Apostando- vic fuentes

capitulo 7 (final)

Vic me tenía los ojos tapados. Puse mis manos encima

de las suyas y una sonrisa de tonta enamorada se dibujó en mi rostro.

- Vic - susurré.

- _____ - susurró contra mi oído. Se sentía tan bien su cercanía y de alguna manera hacía sonar mi nombre erótico.

Me di la vuelta para enfrentarlo. Estaba realmente hermoso,

sus ojos más brillantes que nunca, y no sé cuánto tiempo

estuvimos así, contemplándonos.

- Quiero enseñarte algo - murmuró Vic después de un largo rato.

- Oh, claro - respondí despertando de mi ensueño.

- Ven aquí, bebé - me sonrió.

Me condujo a la parte trasera de nuestra casa, donde se

encontraba la piscina. Antes de abrir la puerta para acceder

me observó atentamente y me di cuenta de que no iba vestido

como siempre. Llevaba una camisa negra, unos jeans morados

oscuro y sus supra negras. De verdad que quitaba el aliento,

con su pelo perfectamente despeinado que lo hace ver demasiado

sexy, no estoy segura de que esté permitido ser tan malditament*

caliente. Yo en cambio sólo llevaba una camiseta caída por el hombro

blanca, unos pitillos negros y unas manoletinas blancas con mi típico p

elo suelto. Intenté no parecer desesperada por lanzarme encima suyo,

pero Dios, con esa mirada me estaba derritiendo, mis rodillas se sentían

como gelatina, quería llorar y gritar, no se puede ser tan estupidament*

guapo de pies a cabeza, es ridículo.

- Prométeme que no saldrás corriendo - dijo Vic nervioso. ¿Por qué demonios haría una estupide* así? Lo último que querría ahora mismo es alejarme de él.

- Te lo prometo Vic - contesté con el ceño fruncido.

Me dio una sonrisa nerviosa, tomó una profunda respiración

y abrió la puerta. Oh, Dios mío. Mis ojos no daban crédito a lo

que veían. ¿Es esto por lo que esperaba que saliera corriendo?

Porque definitivamente quería lanzarme encima suyo.

Era realmente precioso todo aquello.

La piscina estaba llena de pétalos de rosas, rojas y blancas

al igual que el césped. Luces blancas adornaban las paredes,

el árbol y por encima de una mesa dispuesta para dos personas

con velas en el centro. Se veía realmente increíble, como esas

típicas escenas de película. Un millón de preguntas asaltan mi

cabeza, y mi cerebro estuvo a punto de colapsar cuando

Vic carraspeó fuertemente.

- ¿Qué te parece, es demasiado? - dijo con la voz muy pequeña, muy poco propia del Vic engreído que conozco.

- Vic... es, es hermoso - estaba alucinada - ¿por qué? - pregunté, a lo mejor no era para mí, a lo mejor solo quería mi opinión y yo ya estaba montando películas en mi cabeza sobre nosotros teniendo cuatro hijos y un perro llamado Sam.