Prólogo

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El tiempo corre tan deprisa, que apenas te das cuenta de lo que paso durante tu vida. La mía está basada en cambios constantes, lados positivos y negativos me ayudaron a formarme.

A veces hablo con mi conciencia, pensando que es lo que he hecho mal, y no sé el por qué, pero mi vida pasa por mis ojos, recuerdos de mi pasado formados por lo vivido y lo contado, como un rompecabezas se terminan uniendo, estoy harto de vivir huyendo siempre del pasado (aunque ahora ya ni lucho).

No conozco a mi verdadero padre (al menos no más de lo que mi madre me contó alguna vez y de lo que yo escuché), pero si conozco a quien puedo llamar "Papá". Lo que sé de mi padre biológico; es que conoció a mi madre cuando ella tenía un trabajo de medio tiempo de oficinista en Atlanta City, se conocieron más concretamente en las reuniones que tenía la empresa con los representantes de la empresa en la que él trabajaba, y claro él era uno de ellos. Mi mamá era joven (más que él), apenas tenía más de veinte años cuando ella se enamoró de mi padre biológico.

Durante el tiempo en que los representantes de Meta-Building S.A. estuvieron en Giorgia, ellos tuvieron muchas citas, juntos. Lo que los llevo a mi concebimiento, algo que mi padre no sabría en su momento, pues, justo en ese momento tendrían que viajar de regreso a Bellwood City, ya que las negociaciones fueron muy fructíferas para ambas compañías.

Cuando mi madre se entero que estaba embarazada, ya era algo tarde para decírselo, pero aun así, durante todas sus citas, mi madre supo más de él, supo su nombre y su lugar de residencia. El nombre de mi padre es Hank Tennyson, ciudadano desde su nacimiento de Bellwood City. Así que hizo todo lo posible por encontrarlo, algo que llevo todos los meses del embarazo, pues la búsqueda no era del todo la prioridad de mi mamá, también lo eran sus estudios universitarios.

Cuando la puerta de aquella casa de un lugar acomodado de la ciudad se abrió, él nos vio a mi madre y a mí, fue cuando la tragedia marcó mi destino, él se rehusó de hacerse cargo de nosotros o al menos de mí. Hank estaba casado, y aquella mujer que era su esposa le grito a mi madre que aquel bebé que tenía en brazos no podría ser de su esposo, asegurando que posiblemente mi madre era una mujerzuela que lo había seducido y que podría ser el hijo de cualquier otro con el que ella se había acostado. Fue entonces cuando nos cerraron la puerta en la cara, para no vernos nunca más. Podría asegurar que mi madre en aquel momento se quebró en llanto...

En Atlanta, los que trabajaban con mi mamá, sabían de aquella relación que tuvo con mi padre, e incluso podrían asegurar que yo era el producto de eso, pues en ese tiempo, mi mamá no tenía pareja. Incluso una amiga de mi madre le sugirió que hicieran una prueba de ADN, para así confirmarle su paternidad a ese infeliz y que si esto llegaba a los tribunales, algunos de los testigos la apoyarían.

Y tal cual, todo paso, la prueba de ADN se hizo, demostrando que él era mi padre biológico, aun así, se negó a hacerse cargo de mí, solo aceptando enviar dinero a mi madre para cubrir los gastos que pudiera tener yo. Eso fue suficiente para ella (por mi parte, debió de hacer algo más).

Sé que sonara muy poco ético, pero durante el tiempo en que él abogado de mi mamá se metía en el caso, comenzaron a formar una amistad. En un principio era algo profesional, pues era parte de un bufete de abogados que representaba a la empresa en la que ella trabajaba, se conocían un poco. Después del caso, ellos empezaron a salir un poco más seguido y con el pasar de los años, se convirtió en la persona que actualmente llamo papá. Puede que suene a novela Latinoamérica, y aun más cuando mi mamá es mexicana, pero es lo que paso entre ellos, no los juzgo, al menos él no nos abandonó y se hizo cargo de un hijo que no era suyo.

A la edad de cinco años, me mude con mis padres a la ciudad de Chicago, en Illinois; y sí, es un lugar muy alejado de donde vivíamos antes. Mis padres consiguieron nuevos trabajos aquí, con los cuales tener una mejor vida, ahora teníamos una casa propia, aunque no muy lujosa, era lo suficientemente grande como para estar cómodos. En este mismo año, mis padres se casaron, invitaron a familiares y amigos a la boda. Mis abuelos maternos no estaban muy conformes con lo que hizo su hija en el pasado, pero al verme, al ver la actual felicidad de mi madre, supieron arreglar las cosas.

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