REPARANDO IDEAS

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No entiendo lo que esta pasando, las personas fuera de la celda se comportan tan extraño, como si yo no existiera, diario me quedo observando a través de la ventana de la celda viendo como personas con batas pasan a lado mio, de vez en cuando cambian las flores, cierran la ventana, platican entre ellos.

pero solo eso, tengo la esperanza de encontrar a alguien conocido, o mínimo a alguien que me dirigía la palabra y responda a mis gritos de auxilio.

me estoy empezando a hartar de esto, necesito encontrar una salida rápido, empiezo a buscar entre las maquina oxidadas de mi alrededor, y logro observar algo, una de estas maquinas tenia un agujero en el pecho, como el de una llave, empiezo a buscar alguna llave en el suelo pero esta demasiado obscuro para lograr ver algo.

al fin después de buscar y cortarme con algunas piezas de metal, logre encontrar una llave, era una llave antigua, la inserto en el pecho de aquel autómata y le doy cuerda, de repente deja salir un grito casi humano, me aleje rápidamente de el, se levanta y desde e otro lado de la celda puedo oír el desgarrador chillido del metal que provenían de sus viejos engranajes apenas funcionado, con movimientos algo bruscos se acerca lentamente hacia mi, me quede paralizado ante el miedo, termina de moverse y estira su fría y oxidada mano, con desconfianza la tomo y me ayuda a levantarme, empiezo a observar que su rostro cambio, ahora era mas humano, como si le hubiera dado vida de nuevo, me sonríe con amabilidad dejando ver un montón de tuercas y mecanismos dentro de su cabeza, le devuelvo la sonrisa un poco desconfiado,

con movimientos mecánicos y torpes me señala su cuello y noto que faltan algunos engranes, me decido por buscar los faltantes para poder reparar a mi nuevo y oxidado amigo, empiezo a buscar en el suelo como hice con la llave pero esta vez no encuentro nada, entonces el me señala el cuello de otro autómata, le quito los engranajes y reparo a mi oxidado compañero, una vez reparado el empieza a hacer extraños sonidos metálicos, decidí mantener mi distancia,... los sonido se detienen y me dice "gracias", con sorpresa y tartamudeando respondí " no hay de que".


Realidad MecanizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora