Sexto sentido

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𝘼𝙧𝙩𝙞𝙨𝙩𝙖: @𝙉𝙪𝙢𝙗𝙚𝙧𝙧_𝟲 𝙚𝙣 𝙏𝙬𝙞𝙩𝙩𝙚𝙧.

Las gotas se incrementaron con fuerza, todo el buen cielo despejado se había convertido en un espectáculo de nubes grises. La fina capa de agua se apoderaba de las calles y hasta ese punto, una lluvia sin piedad la atrapaba desprevenida. No estaba previsto, pero corrió para llegar a una zona seca y con un techo con espacio suficiente. Maldijo en su mente, (T/N) apretaba de sus mechones mojados cuando sus ojos contaban con descuido. Las bolsas de compras cayeron a sus pies y su espalda chocó con la delgada pared de la tienda cerrada, no dijo nada, solo suspiró, creando una onda de vapor salir entre sus labios rosas. Que lástima, ese perfecto día soleado se despidió y ahora la lluvia tormentosa la tenía como rehén. No había vehículos o personas, prácticamente estaba aislada dentro de ese clima.

¿Cómo estarán sus compañeros? Se separó de ellos durante la tarde, y por torpeza no llevó su den-den consigo. No podría llamarlos, pero contaba en verlos pronto, siempre volvían a reunirse de algún modo. No sabía qué hacer, ya estaba helando y si intentaba correr entre la lluvia, lo más probable es que obtuviera un resfriado. (T/N) ya no sabía hasta cuándo esperar y su paciencia la resguardaba de algún modo, pero débilmente. 

Los pasos mojados fueron el tope de atención, su rabillo le avisó con cuidado y la silueta de lo que parecía ser un hombre se acercaba a ella. No dijo nada, juntó sus pies con delicadeza, el aire frío congelaba sus pulmones, pero se mantenía serena, esperando junto a su nuevo acompañante. Por un momento estaba cómoda, pero el extraño picor de ser observada fue el ápice de querer caminar. No le importó mojar sus prendas, ya no estaba con ganas de esperar y solo quería llegar a su hogar lo antes posible. El ambiente abrazaba su cuerpo, combatiendo contra su calor y produciendo una escasa ansiedad por cada pisada producida. Fue astuta, pero trataba de controlar sus nervios por la suave adrenalina al comenzar a correr cuando el mismo hombre la estaba persiguiendo.

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—¿¡Cómo pudiste perderla de vista?! ¡Grandísimo idiota! — los gritos histéricos recaían sobre su cara amargada, pero su paciencia era tan poca que le seguía el juego muy fácilmente. Sanji fruncía su ceño y se lo encaraba a la única persona que lograba sacarlo de sus casillas y gracias a la nueva situación de ahora, estaba más alterado que nunca. —¡Cabeza hueca! ¡Debiste perderte tú, no ella!

Las espadas de Zoro crujieron ante sus movimientos bruscos, encarando a su compañero sin respeto. —¡Pues no es mi culpa que ella sea tan despistada! — le rebatió.

El Sunny era un caos, los gritos bajaban el telón de la desgracia y Sanji era el más irritado. Ya todos habían vuelto por las fuertes lluvias, pero la única persona quien no ha vuelto era el dilema que carcomía al rubio y lo inquietaba de maneras descomunales, aunque todos estaban preocupados por la muchacha, él parecía agonizar de tantas posibilidades horrendas que le podían pasar a su preciosa sirena. Y por más que recibía la confortación de sus compañeros, sus gritos querían romper en llantos de pavor, pero estaba más concentrado en discutir con el pasote y eso lo mantenía distraído en cierto modo. 

—A lo mejor (T/N) pasó a comer algo rico. — Luffy comentó con su inocente indiferencia y sonreía cuando mordía el pedazo de carne comprado durante su estadía en el mercado. 

—¡TÚ ERES QUIEN MENOS DEBE HABLAR! — Sanji le exclamó de forma muy cómica.

La ventana permitía el relajante ruido de las gotas impactar con el vidrio y madera del barco. Las paredes opacaban ese placentero fondo húmedo, brindando ese agradable ambiente. Estaban en la cocina, sus voces respetaban a las de cada uno y Sanji trataba de calmar sus pensamientos con las palabras de sus amigos, entre estupideces y palabrerías. —Será mejor ir a buscarla desde ya, podría darle un resfriado o algo peor, ví que sus ropajes no son para este oscuro clima. — Robin sugirió cuando fue a buscar su abrigo junto a el resto de la tripulación. Sanji fue el primero en salir de la cocina, siendo recibido por la lluvia mientras esperaba para ser acompañado, aunque podría buscarla él mismo.

Eyebrows in LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora