Rendida ante él, rendida ante Harry

7 0 0
                                    

Su voz envenenada recorría cada pequeña célula de mi cuerpo haciéndome estremecer. Su aliento frío en mi cuello me generaba escalofríos. Su mano en mi cintura quemaba, ardía. Sentí como sus labios formaron una sonrisa cuando respondí a su accionar, su mano izquierda estaba en mi espalda baja, jugando y acariciando en busca de algo. Mi respiración comenzó a hacerse más densa y espesa, su mano fría entró en contacto con mi piel, mi camiseta se elevó un poco dejando que el frío se apodere de mí, me acomodé en su regazo.
Si el supiera que esto me gustaba, estaba muerta.
Sonrió una vez más cuando su mano llegó a mi sostén, lo miré por unos segundos dejándole entender que no me sentía cómoda con esto, cerré mis ojos cuando él suspiro entrecortado. Su otra mano que anteriormente estaba en mi cintura ahora estaba en mi rostro, acariciaba con su dedo pulgar mi mejilla mientras articulaba unas palabras que debido al calor del momento no pude comprender, acomodó unos cabellos rebeldes que se escapaban de mi rodete atrás de mi oreja. Me acercó a su cuerpo aún más dejando nuestros rostros con un centímetro de diferencia.
Joder, su olor era magnífico. Adictivo.
Sonrió por lo bajo mientras miraba mis labios, cerré los ojos con fuerza cuando él se apoyó en mis labios rápido, pero con fuerza. Era un beso cálido e inocente, aunque su mano seguía en mi espalda jugueteando. De un momento a otro me veía sin remera y él sin camisa, se manejó para quitarme el sostén de alguna forma y me contempló unos minutos.
-Joder, que estás buena, eh-mencionó forzando la vista para entender mi figura ya que no había mucha luz. Me acomodó más horcajadas de él para que su rostro quedara enfrente de mis pechos, sonrió y con su mano se posó en uno de mis pechos, cerré los ojos y suspiré tirando levemente mi cuerpo para atrás cuando sus labios entraron en contacto con uno mis senos.
-Mierda-articulé por lo bajo intentando no alzar mucho la voz. -Harry. -susurré provocando una sonrisa en el contrario.
Cuando terminó su accionar volvió a mi cuello dejando besos húmedos, mis manos viajaron por su torso hasta llegar a su jean negro que marcaba sus piernas bien trabajadas. Desabroché el botón y bajé su cierre dejando a la vista su boxer azul y su miembro erecto. No podía ver con claridad debido a la oscuridad, pero el calor de su cuerpo era notable, realmente necesitaba atención y rápido.
Lo bese aún más, dejándonos sin aliento mientras mi mano bailaba intentando encontrar los boxers de Harry y bajarlos. Bajé mis besos a su cuello, a su pecho, a su estomago hasta su pelvis mientras mis piernas se acomodaban separándose del cuerpo de Harry y para al final quedar arrodillada ante él.
Mi lengua ya se encontraba en su sexo cuando el morocho no dejaba de suspirar en lo alto.
-Ahí-suspiraba Harry mientras llevaba sus manos a su cabeza y luego a su cabello. -Joder, -mi boca hizo un movimiento rápido dejando que la respiración del contrario se entrecortara-eres buena. -Lo escuché decir cuando sus manos llegaron a mi cabello. Empujó un poco con ambas manos mi cabeza haciendo que el miembro cupiera más en mi boca, me quejé. Harry comenzó a empujar más generando una embestida con mi boca. Retorció su cabeza para atrás abriendo cada vez más su boca y dejando que un suspiro largo pero entrecortado saliera.
Antes de que pudiera terminar me impulso con ambas manos para quedar frente a sus labios y besándonos frenéticamente, sin filtro. Alguno de nuestros dientes chocaron.
Con ambas manos me tomo por las axilas, se levantó y me sentó en la cama, sonrió. Seguía parado desnudo, pateo su pantalón hacia un costado, apoyó su mano en mi mejilla y la acarició.
-Esto es equitativo, ¿no? -sonrió mirándome con una mirada agresiva y dominante, el brillo de sus ojos se desprendía. Lo miré sorprendida y curiosa. Se agachó quedando los dos a la misma altura, llevo una de sus manos a mi rodilla y separó mis piernas, besó el mi vientre por arriba mis bragas y luego el elástico de esta, sonrío una vez más y con un tirón fácil las rompió. Me retorcí en el lugar, me miró una última vez y escupió una gran cantidad de saliva en mi sexo, suspiré. No sé qué carajo estaba haciendo, pero se sentía increíble.
Su lengua atrevidamente llenó todo mi sexo hasta llegar a mi clítoris dónde gemí por lo alto llamando su atención. Está sensación no la había tenido nunca antes y se sentía increíblemente bien.
Comencé a moverme, no sé qué era ese sentimiento en mi vientre, pero quería más. Sus manos me acorralaban cuando quería moverme, su lengua pasaba más rápido y más rápido. Su lengua paso por última a vez cuando llegue a mi limite y mi espalda se dobló lo más que pudo mientras mi cabeza se tiraba hacia atrás.
Lamió por última vez mi sexo.
-Estas deliciosa. -agregó cuando se acomodó para quedar frente a frente nuevamente mientras que con el dorso de la mano se limpiaba el labio inferior, me analizó un rato mientras yo lo miraba cegada del placer intentando recuperar el aliento. Capturó mis labios atacándolos y un sabor dulce invadió mi boca. ¿Así sabía yo?
Intentando recuperar la compostura él me observó y abrió más mis piernas, tomó mis caderas y acercó mi cuerpo al suyo, mi entrada a su miembro. En un movimiento rápido me alzó quedando yo agarrada a él, mis piernas se enroscaron en su espalda. Se sentó en la cama, quedamos como empezamos, solo que desnudos y más deseoso del otro.
-¿Debería meterlo o quieres que te prepare preciosa? -dijo con un tono pícaro y sensual. Asentí apenada.
-Prepárame-susurré. Harry sonrió de costado y me corrió al costado para yo caer de pecho a la cama. Esta tenía su olor, tan profundo y embriagante.
-Bien. -lo escuché decir, seguramente sonriendo. -Me gusta esta vista, puedo ver bien ese culo que traes. -dijo riendo bajo. Me moví un poco, pero unas manos capturaron mis pantorrillas. - No, preciosa. -separó mis piernas. -No te muevas. -ordenó.
De reojo pude ver como se estiró hasta su mesa de luz abriendo el primer cajón. Sacó un pote rosa pequeño, al minuto se escuchó un ruido extraño. Con una mano me acomodó para que quedara en cuatro, aunque mi cabeza seguía apoyada en la almohada. Tomó mi trasero y sentí como algo estaba cerca de mi entrada. Algo frío y mocoso la tocó, sin aviso comenzó introduciendo la yema de su dedo anular y cada vez lo metía más adentro, parecía que su dedo nunca iba a terminar. Me removí cuando sentí el segundo dedo entrar.
-Estas bien estrecha, cariño, necesitaremos más de dos dedos. -susurró mientras mis manos agarraban la sábana con fuerza. Sus dedos se movieron tocando un punto clave, me moví. Continuó tocando haciéndolo todavía mas profundo, introdujo otro dedo. Gemí bajo, esto se sentía raro, pero magnífico. Algo extraño comenzó a pronunciarse en mi vientre, solo quería que él continuase, pero sin aviso alguno de repente sacó sus dedos rápido. Dolió.
-Auch-dije por lo bajo.
-No vas a venirte tan fácil, preciosa.
Me quedé inmóvil, quería sentir esa sensación de nuevo. Mierda, Harry, ¿por qué me haces desearte tanto?
Lo vi perfectamente cuando se estiró de nuevo en busca de algo en su cajón de la mesa de luz, ahora saco un pequeño paquete plateado. Joder, lo íbamos a hacer. Mis mejillas se tornaron rojas, estaba nerviosa. Gracias a la falta de luz Harry no pudo notar mi rostro. Comenzó a colocarse el condón. Se movió colocándose detrás de mí, me tomó de la cintura y con un poco de fuerza me giró para quedar frente a frente. Lo miré a los ojos, el brillo perseguía ahí, deseoso y desesperado. Pero algo había extraño en su rostro, no estaba haciendo nada, esperaba, no se que es lo que esperaba.
-¿Qué? -le pregunté curiosa, ¿qué es lo que quieres ahora Harry? No más rollos.
-¿Qué quieres que haga? -dijo sonriendo. Lo miré confundida. Harry mira como estamos, ¿qué otra mierda voy a querer que hagas? Joder.
-¿A qué te refieres? -respondí haciéndome la inocente sin entender.
-Pídemelo. -habló. Mierda, quería que lo diga. Quería moverme, pero mis piernas estaban al costado de su anatomía y con una de sus fuertes manos las mantenía inmóviles.
-No me jodas. -fue lo único que pude decir, quería mantener mi orgullo al menos.
-Vamos, preciosa, habla sucio para mí. -ordenó. -Sabes lo que quieres, pero siempre tienes miedo a decirlo. -observó. Joder, este siempre tenía razón con lo que decía. No es por mucho que por eso estoy a sus pies.
-Hazlo. -estaba muy excitada y haría cualquiera para que ese hombre entrara a mí.
-¿Qué cosa? -dijo juguetón haciéndose el tonto. -¿Qué quieres que haga, Effy? -Mierda. El apodo que él sabia bien que tanto me gustaba. No quería decirlo, no quería que esta vez él ganara, no.
-¡Solo mételo de una vez por todas, Harry! -me carcomió la ira, el deseo y la necesidad de sentir a ese hombre. Sonrió mostrando los dientes y sin dar mas vueltas introdujo su miembro. Eso dolió.
-¡AH! No tan rápido, Harry. -dije empujándolo un poco con mis manos, dolía mucho. Me retorcí intentado familiarizarme con el dolor.
-Quieta, aún no entró todo. -dijo tranquilo. ¿Qué aún no entro todo? Esto dolía como infierno. Pero había una mezcla dentro de mí, el dolor y placer se mezclaban. Cuando quise respirar para vencer el dolor Harry dio una envestida rápida y profunda tanto que me corto el aire. Un grito salió de mi garganta, joder, dolía, pero lo necesitaba.
Las envestidas al principio eran lentas y duras, seguras y fijas en el punto débil que me hacia quebrar la espalda y retorcerme del placer. Mordía mi dedo índice para evitar que los gemidos salgan, no quería que él me escuchara.
-No hagas eso, -se quejó. Tomó mi mano y se acercó a mi rostro. -quiero escucharte. -me ordenó cuando agarró mi muñeca y la impulsó contra el colchón. Hizo una envestida aún más profunda y pequeños gemidos se escucharon en la habitación.
Lagrimas se asomaban en los ojos debido al dolor. Las envestidas ahora eran más rápidas y profundas, quería hacerse venir. Agarró una pierna mía y la paso para el otro lado así yo quedar piernas abiertas ante él. Su mentón estaba elevando, sus caderas también. Envestía y envestía mientras me miraba con esos ojos oscuros y su boca entre abierta emitiendo sonidos como suspiros bajos. De vez en cuando lo escuchaba quejarse. Gritos y gemidos salían de mi desesperadamente. Mordió su labio inferior haciendo fricción, haciendo fuerza.
Cerré los ojos con fuerza, algo allí abajo comenzó a emerger, como una burbuja a punto de explotar. Envistió más profundo, en un rápido movimiento salió y entro nuevamente, abrí mis ojos ante el impacto y gemí en alto. Continuó hasta que llegué al orgasmo, tiré mi cabeza hacia atrás y grité desde mi garganta. Elevé mi pecho, lo escuché gemir y quejarse dando a entender que él también había llegado, pero continuó con las envestidas para prolongar el éxtasis.
Me miró a los ojos, lo miré a los ojos. Nuestros pechos subían y bajaban. Apoyó su cabeza en mi hombro intentando recuperarse aún dentro mío. Se movió y se acomodó al lado mío, pasó un brazo por debajo de mi cuello y empujo mi espalda para poder abrazarme, mi rostro reposaba en su pecho.
-Eres pequeña, eh. -murmuró. Lo miré por arriba de mis pestañas confundida.
-Si, me llevas casi dos cabezas y media, tú...- me interrumpí ya que mientras hablaba entendí a que se refería. Cerré mis ojos y oculté mi rostro en su pecho nuevamente apenada. Harry rio y me miró.
-Que linda. -fue todo lo que dijo antes de que yo cayera rendida ante el sueño.

Fragmentos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora