Nótame || NightError

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Nightmare se sentía un tanto incómodo estaba en su departamento, frente a él estaba Dust que lo aprendía con la mirada, detrás Error un tanto inquieto y molesto por la presencia de la chica sostenía un cigarro en sus labios.

Nightmare no la tenía fácil.

–Ya te puedes ir.–Dijo señalando la puerta.

Dust lo miró pícaramente.

–Lo haré sí me das algo de dinero.–

Nightmare no tenía ganas de discutir, tomo unos cuantos billetes y los metió en el pantaloncillo de la albina para después susurrarle, «Estas interfiriendo»

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–Error...–Nightmare le tomó por la cintura, el azabache retrocedió por instinto y le miró con tristeza.

–Debí decírtelo desde el inicio, pero creí que los consejos de chicas resultarían mejor, pero vaya mierda. Esa mujer es una amiga especial para mí, ella sugirió que antes de hacerlo te dejase de hablar un par de días, es su fantasía tal parece.– Refiriéndose a Dust.–

–No estoy entendiendo, Night.–

–Error–Nightmare sacó algo de su bolsillo derecho del pantalón y se arrodilló junto a él–¿Me harías el honor de ser mi esposo?–

El rostro de ambos se tiñó de un leve rojo carmín, en las manos de Nightmare dentro de una pequeña caja se asomaba un anillo de oro con el nombre del azabache grabado.

Error apretó los dientes y asintió varias veces como si aún no le hubiese quedado claro al moreno, el cual intento sacar el anillo delicadamente sin éxito, el anillo salió volando, rodó debajo de la cama.

–Estúpido.– Recibió un insulto de su pareja quién aún nerviosa se agachó a buscar el objeto.

–Ahora eres mi mujer, Erry.– Nightmare se acerco por detrás y le abrazó escondiendo su rostro en el cuello de Error.

–Error...– Su respiración estaba agitada.

–Nightmare... No me hagas esperar, he tenido suficiente de eso.–

Error y Nightmare se unieron en un apasionante y suave besó, ambos amantes fueron trasladados a sus días de locura juvenil.

¿Quién se hubiera imaginado que aquella conexión de bocas iría más allá de eso?Conforme pasaban los segundos las ropas de los chicos solo resultaban más incómodas, sus cuerpos rogaban por la desnudez, y como fieles sirvientes se despojaron de ellas.

Nightmare se dedicó unos instantes a observar el esbelto cuerpo del azabache quién lo miraba con una inmensa sonrisa.

Las pieles desnudas se rozaron, creando una sensación de calidez, ocasionando que sus suaves miembros palpitasen y tomarán la dureza de una roca.

Las morenas manos separaron las dotadas piernas del azabache, recorriendo aquella piel que tanto conocían, hasta llegar al firme miembro donde la masturbación subió de ritmo, la espalda del Error se arqueó y Nightmare no resistió más la excitación de que le ocasionaba ver así a su pareja.

Su mano izquierda se deslizó con rudeza hacia la parte baja de su compañero he introdujo el primer dedo ocasionando los gemidos de su igual. Su mano desocupada masajeaba las rosas tetillas de Error.

Un segundo dedo se introdujo, era más que bienvenido. Al cabo de un rato, Error fue el primero en hablar.

–Con eso basta– Sacó la mano de Nightmare y abrió sus muslos para él.

Error gimoteó al sentir como su compañero entraba en él, no era la primera vez que lo hacía, pero las sensaciones que sentía eran las mismas que aquella ocasión, sus instintos le suplicaban más y el no tenía opción para resistirse a ellos, o más bien no quería encontrarla.

los estómagos sudorosos de ambos se tocaban y el placer aumentaba de nivel conforme el tiempo pasaba.

Error sintió como las embestidas subían de intensidad. El placer y un leve dolor inundaron por completo su cuerpo, estremeciendo cada parte de este, llevo una de sus manos a las sábanas que reposaban debajo de él y se aferró a ellas, quería sentir todo el peso de Nightmare sobre su cuerpo, quería sentir mas aquella piel rozándole en un Vaivén.

En esa tarde hicieron el amor a lado de una gigantesca ventana sin cortinas, a ese paso ya no les importa si eran vistos, ambos se habían entregado a la pasión y no había más que el deseo de ser consumidos por aquel fuego.