Único

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Julián estaba esperando a que sonará el timbre para salir, se le hacía muy abrumador escuchar a Enzo en los últimos bancos del fondo hablando fuerte sobre él, intentando llamar la atención de este con cualquier forma posible, todo esto para que se de vuelta a verlo, Fernández tenía como necesidad que el contrario lo mirara. Julián suspiro pesadamente cuando lo escucho reír, claramente dijo algo sobre el que no llegó a distinguir entre las risas de algunos de los presentes.

Si bien Enzo tenía un solo amigo, el resto para él eran solo compañeros, todo lo contrario de Julián, este siempre estaba solo, o a veces charlaba con dos o tres compañeros pero hasta por ahí no más. A veces Enzo cuando el otro no lo veía, desde lejos lo observaba cuando conversaba tranquilamente con otras personas, algo en el pecho le agarraba algo llamado ¿Celos? Le gustaba observarlo, cada gesto que se formaba en su cara le gustaba, en especial cuando achinaba los ojos, todo.

Hasta que esto un día esto culminó cuando en sus propios pantalones se le formó una erección por haber visto al mayor, sintió bronca y hasta que no terminó el día no lo dejo en paz, lo fastidió todo el santo día. Era una forma de sentirse satisfecho después de lo que le causó verlo, claramente lo culpó pero Álvarez no tenía la culpa, ni siquiera sabía.

Desde que entró a la secundaria de River, Fernández todos los días le encontraba algún que otro motivo para hostigarlo, Enzo le tiraba de pelo, cuando Álvarez estaba descuidado le iba de atrás y le levantaba la chomba dejando a la vista el pálido torso del mayor, seguido a esto salía corriendo, apretaba los cachetes de su cara hasta dejarlos colorados, siempre debido a esta acción relativamente seguida a Julián le causaban sonrojos de verdad, ahora en sus cachetes comenzaron a brotar pequeños granitos los cuales claro eran sinónimo de burla para el moreno.

Al principio Enzo era bueno con Julián o eso intentó por unos días, quería que sean amigos o al menos compañeros, pero no podía, un día estaba aburrido y se le ocurrió la brillante idea de molestarlo, al ver que el otro no le refutaba a lo que le decía ni tampoco hacía nada se aprovechó de eso, estaba más que claro que iba a ser su víctima por los próximos y últimos años de la secundaria. A Enzo le molestaba todo del oriundo de Calchín pero más que que nada por como hablaba, la pronunciación que tenia, decía "io" en vez de yo y así con pocas otras palabras que le escuchaba decir.

Julián es tímido, cuando el moreno lo miraba o estaba cerca de él, se le tensaba el cuerpo. A Enzo le pasa que cuando molesta al mayor siente como un malestar, una confusión, no sabía qué le pasaba, pero eso no va hacer frenar el hostigamiento al más bajito, se le alimentaba el ego que con el más mínimo tacto de sus manos con la cara o cuerpo del contrario lograba que empiece tartamudear o le generaba nerviosismos, la impulsividad de Enzo en hacerle cosas siempre está presente en todo sentido, es más que obvio que tiene un serio problema con el mayor que no puede controlar.

El tan ansiado timbre sonó, Álvarez salió antes que todos, no tenía ganas de salir último porque salía cierta persona, tampoco es como si le tuviera miedo... Un poco sí, le tenía miedo a Enzo, es que no sabía lo que él era capaz de hacerle. Se sentó en un banco ubicado en el patio solo con su celular, como siempre no tenía batería, se limitó a no usarlo y comenzó a mirar el patio, se armó un fútbol cinco entre alumnos, entre ellos se unió el moreno que estaba de espaldas, sabía que era él por su característico peinado y por la postura en la que se para con sus manos en su cintura.

Enzo al instante se sintió observado, se dio vuelta y se conectó con los ojos de Julián, lo miró con su mejor cara de maldito sonriente mostrando su dentadura perfecta, se volvió a girar por que el partido había empezado. A estas alturas Álvarez ya estaba cagado de las patas, sintió que ya era pibe muerto. Observando todo esto estaba Gonzalo Montiel; mejor amigo del moreno. A Montiel le caía bastante bien Julián pero por una obviedad que no hace falta mencionar ni siquiera lo saludaba.

𝗯𝗲𝘀𝗼𝘀. enzo & juliánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora