Capítulo 4: Toros Negros, somos cazadores

757 48 7
                                    

Sentí un dolor agudo en mi estómago y mi cabeza parecía a punto de explotar. Todo pasó tan rápido que apenas pude comprender lo que estaba sucediendo antes de ser atacado nuevamente. El guardián que me protegía estaba teniendo dificultades para luchar contra el demonio.

No pude evitar soltar un quejido de dolor, especialmente cuando sentí un fuerte dolor en la cintura. Miré mis manos y vi una enorme espada negra, con líneas rojas palpitantes recorriendo su superficie. Me asusté, pero no solté mi agarre. Miles de perros infernales se reunieron a mi alrededor, fruncí el ceño y apreté la espada con fuerza, cortando el aire. Aunque no le di a ninguno, los perros infernales parecieron huir de mi espada.

—¿Pero qué...? — susurré, antes de agitar nuevamente la espada. Los perros infernales no se acercaban y me miraban esperando su oportunidad. Vi cómo el caos se extendía a mi alrededor y observé a varias personas heridas.

—¡Quítate del medio! —grito el guardián, antes de ser arrojado lejos por él y soltar la espada. Vi cómo el guardián comenzaba a ganar ventaja, o al menos eso creí, hasta que vi al monstruo explotar y lastimar al pelinegro. El suelo se comenzó a abrir, dejando salir humo rojo y verde con un olor a podrido. Negué con miedo y tragué fuerte.

Me levanté rápidamente, acelerado, queriendo ir en ayuda, pero fui arrojado al suelo por pequeños diablillos. Intentaban arrastrarme hacia el agujero.

— ¡No, no, suéltame! —grité, respirando agitado y luchando con todas mis fuerzas. Clavé mis uñas, sintiendo dolor pero sin dejar de luchar.

—¡Aaah! — grité desesperado, antes de sentir otra explosión y ser tomado de las manos y levantado en el aire. Vi a Vanessa, la mujer que acababa de conocer, llevándome consigo.

Miré sin entender y localicé a Magna en medio de la batalla, cortando cabezas con un bate. Todo parecía surrealista, ya que vi cómo el bate se encendía y parecía lanzar bolas de fuego.

— ¡Jajajaja! ¡Parece que tienes una situación divertida aquí, muchacho! — dijo el imponente hombre mientras me daba unas palmadas en la cabeza. Lo miré con desagrado y me alejé de ellos.

— Déjalo, Yami-sama, seguro que está asustado — habló la mujer mientras me tomaba de la cara y me dejaba un ligero beso que pareció tranquilizarme. Me sentí un poco mejor.

— ... Yo, yo no entiendo lo que está pasando, pero por favor ayúdenlo — dije mirando al pelinegro con una gran tristeza, deseando poder ir y ayudarlo.

— ¡Hey, tranquilo! ¡Somos los Toros Negros! — dijo un chico de cabello castaño y ojos azules con una sonrisa. Magna se acercó a mí, muy preocupado, pero lo ignoré sin siquiera dirigirle la palabra.

— Vanessa, mírale el núcleo en su cuerpo. Destruyéndolo de un solo golpe — dijo el hombre, claramente el líder. Lo miré de reojo y él se volteó para mirarme con una sonrisa. — Mi nombre es Yami, mocoso. Nosotros somos cazadores y nos encargamos de alimañas como esos — añadió señalando a un perro que era perseguido por un cordero de nube...

Me tomé la cabeza. ¿Acaso todo esto era una alucinación?

Pero desde que llegaron, todo pareció mejorar y pude ver al guardián más relajado. Fue entonces cuando presencié cómo una luz púrpura se incrustaba en el monstruo y lo hacía explotar.

La calma regresó y solo quedaron los restos de lo ocurrido. Un miedo instintivo me invadió y quise huir, pero Magna me agarró. Me solté enojado y lo empujé.

— No me creíste. No solo eso, me llamaste loco y dijiste que necesitaba ir a un médico. ¿De verdad eres mi amigo? — le reclamé, mirándolo fijamente. En ese momento, él se levantó, enfadado, y me golpeó.

— ¿Y qué crees que hice hoy? ¡Te llevé a conocer a mi familia para que te ayudaran! Y, en lugar de ver eso, me culpas, ¡cobarde! — esas palabras resonaron en lo más profundo de mi ser. Lo miré con dolor y salí corriendo, escuchando su grito, pero no me detuve. No podía hacerlo y, sobre todo, no quería hacerlo.

De repente, caí de bruces al suelo y vi unos zapatos caros manchados de lodo y sangre.

— Eres un poco ingenuo o simplemente estúpido... Ven, vamos — dijo mientras me tomaba en brazos y me llevaba con él. Cerré los ojos, deseando que todo se quedara así para siempre.

En ese momento fue muy tierno, pero solo era un mínimo descanso antes de la tormenta, una batalla se acercaba decidiendo en destino y la vida de muchos.

0oƸ̵̡⁠Ӝ̵̨̄⁠Ʒo0

nota: bueno sé que me he tardado un poco mucho, sip. Tengo y no tengo escusas, primero estoy estudiando y he estado muy atareada, no he olvidado está historia y la amo mucho como para hacerlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Solo Mio (Bl, Yuno y Asta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora