Capítulo 3: Mi Deber...

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—¿Dónde está mi ángel favorito? —hablo con alegría, me apresure en la casa que no era mía y simplemente entre en la oficina de aquel ser que obtenía de mi mucho más que odio y horror.

— ¿Estás aquí? — al verlo levantar la mirada y dirigirla a mí me emocioné, corrí a sus brazos quitando todo lo que estorbara y lo bese, sentí como respondía y estrechaba mi cintura.

— No tienes ni idea de cuánto te amo— le mire con devoción, con un amor infinito entregándole todo de mi, al hacerlo se que podía jugar conmigo, pero sé que puedo confiar en él y me amara igual.

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— ¡Asta respondé!—

Me asusté ante tal grito, miró a magna y este tiene una mirada preocupada, le miró sin entender hasta que soy jalado de nuevo y caminado hasta salir de la escuela.

— ¿A donde vamos? — pregunto dejándome llevar, él no dice nada y mantiene una mirada sería. Me asusta un poco pero aún dejó que me guíe, al final es el único amigo con el que me llevo bien y no siento incomodidad.

— Te llevaré a conocer a mi jefe — me quedé callado, esta es la primera vez que dice que me va a llevar, conoceré al señor que cuida de magna.

No caminamos mucho, ya la escuela está en el centro, nada queda muy lejos. Entramos en lo que parecía un club y de hecho eso era.  Aunque al ser de día, todo está cerrado y limpió.

—¿Que haces tan temprano aquí? — ya dentro quien nos recibió fue una mujer casi desnuda y que traía una sonrisa consigo.

Magna al verla hace una mueca y yo aparto la mirada avergonzado, — Vengo a que lo mires un poco, ya que eres una bruja y eso. —

Miró a magna con incredulidad y a la mujer que me mira sonriendo.

— ¿Que ocasionó que piénses en mi? — dijo apartando la mirada y caminando por el club, la veo tomar de una repisa una botella y beber de ella.

Magna suspira y me jala para sentarnos en uno de los sillones, — Ellos volvieron —
Pronuncia mirándome con un toque de lástima, yo solo lo miró sin entender.

— ...— ella solos nos mira, y siento su mirada especialmente en mi rostro y un tanto de lástima que muestra de sus ojos.

Me muerdo los labios apartando los ojos y mirando la habitación, hasta que un estruendo me sobresalta y miro como una pared se abre a la mitad y deja salir a un hombre de aspecto feroz y mirada oscura, teniendo un cigarrillo en la boca se acerca dejando pasos pesados. Trago fuerte al sentir tal presencia y un miedo me recorre el cuerpo como un sentimiento familiar.

¿Quién es?

—Magna... — dijo acercándose a mi amigo a pasos rápido, magna se tensa y lo mira retandolo, no entiendo pero me aparto y veo como magna resive un golpe que lo deja en el suelo. — ¡MALDITO BASTARDO!

Grito del susto y retrocedo, este me ve y reacciona de manera diferente, me observa de arriba hacia abajo sin ningúna pena.

— ¿Que hace él aquí? — dice sentándose en la barra, la mujer le sirve un baso de licor y sonrie sin responder.

Me acerco con cuidado a magna que me aparta la mano y lo miró suspirando, siento que esto es algo familiar.

Miró de nuevo a los presentes. Dejamos que el tiempo pasará, aunque me sentia confundido ¿Puedo confiar en ellos?

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— Ellos son buenos, son raros pero bueno — miró a magna sonriendo, este se esfuerza por esplicar como es su familia, aunque es una muy rara.

— Está bien, Yami-san es un hombre muy confiable lo comprobé hoy— dije dándole ánimos. Él me sonrio acompañándome hasta la calle en donde vivo, nos despedimos y seguí mi camino.

Me reí imaginando a Vanessa cómo apretujaba a Magna en sus pechos y Yami se reía, junto a Henry quién era el dueño del local. El bar los toro negro.

De pronto una brisa fría se coló en mi cuerpo, esa sensación familiar ya la conocía, asustado salí corriendo deseando llegar más rápido a la casa. De pronto fui jalado y caí de bruces al piso, sentí dolor en mi boca y como un sabor metálico se expandía, el dolor seguía por mi cuerpo y especialmente el tobillo.

Quería llorar, ¿porque solamente me ocurría esto? ¿Que he echo? Las lágrimas ya habían embarrado mi rostro, de la oscuridad se alzaba una sombra y sentí mi cuerpo temblar, aquello era peligroso lo sabía .

— ¡Jajajaja! ¡POR FIN PUDE SALIR! — sus voz era como gritos, miles de voces juntas, sentí mi alma salir de cuerpo a la vez que aquello tomaba una forma casi como una masa.

¡BAN! ¡BAN! ¡BAN! Los disparos no dejaron de llegar e impactaba en la cosa grasienta, cuando vi quién era di un suspiro de alivio.

La masa dejo de reírse y miro a quien se atravia a serle frente, aunque no se asombraba desde siempre había alguien lo retaba.

— ¡TÚ! ¡Hacía mucho tiempo que no te veía Guardián! Por cierto ¿Donde esta tu protegido? — mientras hablaba sus voces cambiaban desde una niña hasta un anciano, parecía querer tomar una forma pequeña o grande. Pero cuando vio a yuno se detuvo y observo a su alrededor hasta que su cabeza giro en mi dirección, sentí un escalofrío y quería huir con más urgencia. — ¡Pero miren, si es el bastardo! —

Agarrando mi ropa con fuerza vi a Yuno salir corriendo y golpear con una espada al bicho, esploto... Se hizo una grieta en el piso y todo alrededor estaba destruido.

— Tenemos que salir de aquí Asta. — cuando sentí un toque el hombro fue cuando me di cuenta que estaba aguantando la respiración, Yuno solo me tomo en brazos y salió corriendo, veía como de aquel lugar se volvía a reunir agua negra y forma la figura de un hombre, el cual se giró a vernos y sonrió.

— ¡Yuno! — grite sin pensarlo y este se dio cuenta y contrataco, el impulso nos saco volando y caímos al suelo, me moví incómodo y preocupado, Yuno me había protegido. Al instante sentí una mano apartarme y salir, se volvió a enfrentar al demonio. Después de pensar llegue a ese entendimiento, era algo que salió en mi mente cuando nos golpeó.

Quería gritar y poder ayudarle, pero sabía que era imposible y que sólo estorbaria, metiendo la mano en el bolsillo saque aquel papel que había dado Vanessa, específico que si me encontraba en peligro los rasgara que me ayudaría. No pensé mucho cuando lo acepte pero deseo que en verdad funcione, pensé mientras lo partía en dos.

Espero segundos y nada había pasado, al contrario Yuno se encontraba en una situación difíciles, tenía miedo y sin embargo no me hiba. Sentía que al hacerlo traicionaba algo más, ¿Eso era importante? No lo sé, pero si algo le pasaba era mi culpa.

Vi como unas sombras pequeñas se formaban de la oscuridad y salían perros infernales, trague y retrocedí, pero estos no me prestaron atención y corrieron a Yuno.

¡Noooo! ¡NO! No puedo dejar que le hagan algo, con un impulso salí corriendo y senti como algo caliente recorría mi cuerpo, vi una espada formarse en mis manos y por instinto corte. Los perros a lo que había llegado se convirtieron en cenizas, aunque asustado y asombrado, seguí cortando hasta que fui golpeado, cerré los ojos viendo cómo Yuno seguía peleando tratando de llegar a mi.

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Otroooo capitulo más, sé que tardó mucho pero es que no se escribe de un día para otro, al menos no yo. Si siento que no me gusta lo borro y lo vuelvo a hacer, hice este capítulo como varias veces porque no quedaba sastifecha pero ahora sí.

Tengan paciencia que no lo abandonaré.

Solo Mio (Bl, Yuno y Asta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora