Emmet Cullen- Fanfic

Cap.2

Emmett observó quedamente como la desconocida que había intentado controlarle caía rendida de rodillas en la tierra como si estuviese agotada cual mortal luego de un esfuerzo titánico: ¿Qué rayos ..? los de su clase no experimentaban tales estados debilitantes.  Lo más curioso fue como Edward parecía saber que le ocurría, dado que él y Alice corrieron hacia la  neófita para estabilizarla,pero antes de que pudieran poner sus manos en ella Emmet decidió ver por sí mismo que estaba mal con aquella extraña criatura, tras un momento terminó por hecháserla  al hombro descuidadamente.  

-No tan rápido- dijo al ver que Edward hacía un ademán de acercarse, escanéo el lugar rapidamente hasta ubicar donde su oponente yacía desorientado mirando a la nada, extinguida la formidable bestia solo quedaba un espíritu roto que  no podía sacar a otro de su miseria, una lástima-Ella viene conmigo- declaró clavando su mirada en Carlisle .

Jasper y Bella se adelantaron para detenerle pero Alice y Edward, quien parecía haber entendido algo que se les escapaba a los demás, se interpusieron deteniéndolos. Alice le observó por un segundo antes de dedicarle una mirada aprehensiva a la mujer sobre su hombro.

Emmet se marchó del lugar sin mirar atrás. Allí no se le había perdido nada.

No fue difícil perder  a  los guardias menores de los Volturi que decidieron ir tras él por su cuenta. Aro no se arriesgaría a romper el frágil equilibrio entre los clanes  enviándolos tras él, pero tampoco los disuadiría de hacerlo,  si llegasen a morir no habría ninguna gran perdida pero en el remoto caso de que pudiesen matarle: los Cullen habrían perdido al más fuerte de la casa. Era un ganar-ganar para el astuto líder de los capas rojas.

Él  era muy conciente de la extraña quietud de su carga. Había esperado algún tipo de resistencia, no la  laxa complacencia con la que la que ella se estaba comportando. Los miembros de la chica se balanceaban sin voluntad, como si de un ser humano inconsciente se tratase. Muy raro. 

Emmet se dirigió hacia el norte, dejando atrás Saint Elmo, en el estado de Colorado. Debía reconocer que los rumanos habían tenido una excelente idea al emplear un pueblo abandonado para almacenar su ejércto de neófitos. Usando esa misma lógica decidió que  otro pueblo fantasma, más alejado, le proveería un excelente lugar para decidir como reanimar a la  mujer  y encontrar al fin paz  a través del don de la misma. Un don tan increíble como peligroso: control mental. La vampiresa que colgaba de su hombro derecho podía controlar a otros .  

Si era honesto consigo mismo Emmet no tenía en mente una estrategia que le garantizara la colaboración de la poderosa desconocida, pero por lo poco que había visto ella no debía de ser buena en el combate cuerpo a cuerpo dado que se apoyaba demasiado en su don y este parecía agotarla de alguna forma. Como no tenía medios para coaccionarla a someterse a su voluntad,  presionarla hasta que perdiese los estribos y lo matase  sacándolo de su miseria sonaba como un excelente plan en lo que a él respectaba.  No se le había pasado por alto la forma en la que ella protegía al hombre bestia con el que había estado luchando, por lo que apenas ella recuperara la conciencia la espolearía diciendo que lo había despedazado.

Múltiples pasos hacían eco detrás suyo, volturis que querían probar su valía . Emmet sonrió de lado maliciosamente con los labios sellados: hoy era un mal día para molestar a un hombre que no tenía nada que perder. Sin miramiento alguno depositó su carga en el suelo, y se preparó para enfrentarlos, deshaciéndose facilmente de sus persecutores , dos vampiros de rango bajo que tentaron muchísimo su suerte. Luego de reducir a sus atacantes a una pila de cenizas con la ayuda de un encendedor descartable, recogió la chica del suelo y retomó su viaje.