Los raros debemos apoyarnos

3- Siempre estaré para ti

En este momento, Luz se hallaba sentada en una orilla de su cama mientras miraba fijamente algo que ella tenia entre sus manos.

Dicho objeto, era en realidad un libro de cubierta morada y, que en la zona de la portada tenia la imagen de dos chicas: una de piel morena con cabello largo verde que estaba atado por medio de una trenza y vestía un traje blanco y morado con sombrero igual de blanco puntiagudo, a su lado sosteniendo entre ambas un bastón, estaba una chica de cabello largo pelirrojo que llevaba puesto un vestido azul oscuro sin mangas.

Y en la parte de arriba de la portada estaba el titulo que era: "La Buena Bruja Azura".

Con solo ver aquel libro, a la joven le hacia recordar lo que le había acabado tocar de vivir apenas en la noche de ayer.

Morticia Addams vino a su casa, y le comento acerca de la idea de que ella ayudara a los excluidos de Nunca Más durante el tiempo que ellos estuvieran de visita en Gravesfield.

No iba a mentir, la verdad es que la idea en si le parecía algo fascinante, y no dudo en no negarse a aceptar.

La verdad, es que desde pequeña ella ha tenido un gran gusto por lo que es la lectura, principalmente le gustaba todo lo que estuviera relacionado con el misterio y la fantasía, esos dos eran los géneros que mas le gustaban en la literatura.

Es mas, el libro que ella tenia era de sus favoritos y no solo por el hecho de que Azura fuera de su saga de libros favorita, sino porque...

Recordaba cuando al cumplir los 7 años, ese fue un regalo de parte de su padre.

Desde que puede recordar, el siempre la animo a que sin importar lo dura que puede llegar a ser la vida, sin importar lo complicado de los obstáculos ella nunca debe de perecer, sino de seguir adelante con lo que quiera hacer de su vida.

Fue a partir de ese momento, que todo tuvo sentido para ella, que sentía que con los libros ella dejaba de lado los problemas  y se centraba en esos pequeños y fantásticos mundos de lectura.

Aunque claro, en mas de una ocasión el y haberse introducido en eso a mas no poder le trajo varios problemas, y la verdad es que ella no es alguien que se meta en problemas porque quiera sino...

Porque solamente se ha dejado llevar.

Es mas, la ultima vez que su imaginación la llevo a hacer una locura, su madre estaba considerando en mandarla a un campamento de verano, y fue un milagro que su padre la convenciera de no hacerlo y de darle una ultima oportunidad.

Al final, Luz sabía que tenia que mantener cierto control sobre lo que hacia, decidió que era momento de mostrar que había mas en ella que solo ser una chica rara.

Eso obtuvo como resultado, que se pudiera hacer de dos amigas que, si bien no eran muchas, al menos al poder conocerlas mejor fue que entre las tres se pudo formar.

Para Luz no cabía duda de que, su padre siempre supo como entenderla cuando mas necesito de la comprensión de alguien mas.

Pero ahora, el ya no estaba con ella y eso hacia que algo dentro de su mente la hiciera sentirse mas que confundida.

Como si estuviera en un laberinto, del que no estaba segura de si iba a poder salir bien librada.

-¿Todo en orden cariño? -pregunto una voz femenina que saco a la menor de sus pensamientos.

Luz alzo la mirada y vio a su madre Camila asomando la cabeza desde la puerta, mientras la miraba directamente.

-Si mama solo... estaba pensando. -dijo Luz a la vez que se pasaba una mano por su cabello.