Después de eso Shufu no tardó en descubrir al pequeño espíritu de conejo que vivía en el Lanshi conmigo, entendí por él que los padres del pequeño conejo habían fallecido, pero no entró en detalles.
Él decidió mantener a WangJi ocultó, incluso de la secta, así que era nuestro secreto, WangJi estuvo de acuerdo porque sus padres le habían dicho que los cultivadores podían llegar a ser peligrosos, así que vivía en el Lanshi con nosotros y volvía a su forma de conejo cuando quería recorrer la secta.
Shufu le enseñó a escribir, a leer y también le enseñó a tocar el guqin como a mí. Era lindo verlo esforzarse en aprender, no era expresivo, pero había logrado un entendimiento rápido de su lenguaje corporal.
Shufu le dio túnicas de su tamaño y le enseñó a ponérselas con paciencia, le enseñó a peinarse y también le enseñó a usar palillos para comer. Shufu se había encariñado con WangJi a pesar de que no era su responsabilidad, pero lo trataba como a un erzi tanto como a mí. Incluso llegó a enseñarle algunos conceptos básicos del cultivo, sin embargo, al investigar más en el pabellón de la biblioteca nos dimos cuenta de que los espíritus animales tienen una manera distinta de cultivar, WangJi había aprendido con el tiempo, de manera instintiva, qué es lo que debía hacer para cultivar y formar un núcleo como un espíritu de conejo.
Los espíritus animales poseían núcleos fuertes y una energía espiritual inagotable, por esa razón los cultivadores los ambicionaban para sus propios cometidos.
No aprendió muy bien sobre las reglas de la secta, pero sí había algunas que no rompía, por lo que, a pesar de ser un espíritu libre seguía rigiéndose por algunos parámetros impuestos en el muro de las reglas. Sin embargo, había algo que WangJi no hacía a pesar de las veces que Shufu se lo había recalcado y eso era dormir en su propia habitación, era terco cuando quería y Shufu aprendió a vivir con ello.
WangJi solía tener sus cosas en su habitación e incluso algunas veces había creado un tipo de madriguera con sus túnicas sobre su cama, pero nunca dormía ahí, de hecho, su almohada siempre estaba en mi cama. Él se preparaba para dormir en su habitación y antes del toque de queda ya estaba inmiscuido debajo de mi manta, dormía y se acercaba a mi como si temiera que fuera a irme a algún lugar.
Al principio me pareció bastante inusual, pero aprendí a adaptarme a ello, Shufu me explicó que podría deberse a la pérdida de sus padres, así que el conejito buscaba algún tipo de apoyo en mí, lo cual no me molestaba. Así que cada noche dormía con WangJi, algunas veces le contaba sobre mí día y él me escuchaba atentamente, jugábamos cuando Shufu no estaba y otras veces me dedicaba a enseñarle algunas partituras que ya sabía.
WangJi era inteligente y diligente, incluso los más pequeños de la secta le habían tomado cariño porque era usual verlo merodear por la secta, nadie sospechaba de un pequeño conejo y todos sabían que venía del bosque, así que no trataban de alejarlo o llevarlo de nuevo, sabían que volvería a su hogar en cuestión de tiempo, así que WangJi tenía un gran margen de libertad para ir por la secta, siempre que fuera en su forma de conejo.
Él era obediente, pero sólo algunas veces. Tenía un espíritu juguetón muy usual en los conejos y solía molestarse con facilidad, era muy tierno cuando hacía un tipo de puchero y mi corazón se rendía ante él, de esa manera Shufu entendió que era muy permisivo con WangJi, aunque él tampoco podía negarle nada a pesar de que trataba de desapegarse algunas veces.
Este día tendría mi propio hogar, era algo que se había decidido apenas tuviera la edad adecuada, había hecho mi debut con éxito y ahora debía vivir por mi cuenta.
No había visto a WangJi en el día, así que supuse que estaba jugando con algún discípulo. Sabía que no debía preocuparme por él, así que puse todas mis túnicas dentro de mi bolsa QianKun, introduje algunas partituras e incluso algunos peines y horquillas, coloqué mi guqin en mi espalda, mientras Shuoyue y Liebing colgaban de mi faja.
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Un conejo para la soledad y una caricia para el amor [Lan XiChen/Lan WangJi]
Fanfiction«Había un conejo con hermosos ojos dorados que merodeaba por los pasillos de la secta y algunas veces, Lan XiChen jugaba con él». Historia corta dedicado a una pareja impensable, que sí bien no es de preferencia particular en el fandom no implica qu...