"68"

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Narra Grecia Evans

No podía describir todo lo que sentí al estar en los brazos del hombre que amo, simplemente fue magnífico. La forma en la que me tocaba, su manera de observarme y besarme, seguía siendo la misma. ¿Cómo iba a negarme a esas caricias? Jamás. Hacía tanto que no hacía el amor con él.

Yo siempre estaba de viaje y las veces que teníamos intimidad eran pocas, y los encuentros estaban llenos de vacíos y faltantes de amor.

Pero una cosa estaba clara ahora, que iba a seguir entregando cada parte de mi a Fabián, y él a mi.

Pero ahora mi hijo es más importante, y que su padre sepa es aún más importante.

Le dije que se diera una ducha mientras yo preparaba algo de comer, no había probado nada en todo el día. Solo espero que su reacción no sea mala, y al igual que yo espere con ansias ir por él.  

Tanner me llamó para decirme que el FBI ya está en esto, quieren a Albert y yo quiero a mi hijo y a mi madre. Mañana me darían más detalles

Apago la estufa y sirvo la comida que hice en dos platos.

«Espero pronto seamos tres»

Oigo sus pasos, levantó la mirada y lo veo entrar a la cocina. Le había contado todo en la habitación, mi hijo, Albert, mi madre.

Se sentó en la encimera y le acerqué el plato de comida. Me senté a su lado y empecé a comer.

—Se parece a ti —soltó de pronto

Lo miré

—Tiene tu cabello —dije con una sonrisa

Él permanecía en silencio mientras comíamos, me sentí nerviosa, quería que me hablara, no me importaba si le gustaban las cosas o no, que me hablara y ya, quería saber.

—Tenemos que ir por el

—¿Lo...lo dices, en serio? —deje de comer. Él no me miraba —Fabián... Mírame

Levantó la mirada y estaba humedecida, dejó la comida a un lado y se levantó, imite su acto. Frente a frente me abrazó. Un poco anonadada acepté su gesto y lo oí sollozar en mi oído.

—No creí que reaccionarías así...

—Está vivo, de verdad estaba vivo Grecia —me apretó más hacia él —Nuestro hijo...

Nos separamos y él besó mi frente

—Perdón, no te creí... Cuando siempre tuviste razón —sonreí ante sus palabras

—No vamos a lamentarnos más, está es otra oportunidad que nos da la vida, nosotros, nuestro hijo... Para tener una familia

El asintió

—Mañana iré a ver al investigador del que te hablé, trabaja con el FBI y es poco tiempo para que Albert este tras las rejas y pueda tener a mi madre y a nuestro hijo. 

—No puedo ni imaginar la situación de Elena. —se separó de mí y suspiró —Todo siempre estuvo planeado... —lo miré

—¿A qué te refieres?

—Se llevó a tu madre, para así tenerla para él, y solos espero, espero a que tuviera un hijo, y así tener la familia que siempre quiso tener, con Elena.

Fabián se veía enojado, impotente. Lo comprendía, y después de atar cabos como lo había hecho se debía de sentir incluso culpable.

—¡PARA JUGAR A LA PUTA CASITA! —gritó

Cerré los ojos ante su grito y me mantuve en mi sitio

—Calmate...

—¿Cómo no lo pensé antes?  Es capaz de todo, asesinó a su propia familia, los padres de Máximo, y no tengo duda que por su culpa mi abuelo también está muerto

Me acerqué lentamente hacia él y lo abracé por detrás, recosté mi mejilla en su pecho y suspiré, estuve así hasta que se calmó un poco más.

—Tenemos que actuar antes que él —se volteó y me tomó por la cintura —Esta vez voy a matarlo.

No dije nada, solo lo abrace otra vez. Una sensación, que conocía muy bien, me estaba invadiendo, era miedo, miedo de Albert, que le hiciera algo a mis sobrinos, o a Fabián.

Albert Campbell es un hombre sin piedad, no le importa ni su sangre cuando se trata de conseguir algo. Pero ya no me importaba si Fabián se manchaba las manos con su sangre, tenía que hacerlo.

[...tres meses después...]

Hoy el FBI va a ir a Holanda, van a atacar la mansión de Albert, dónde está mi hijo y mi madre. Estoy mordiendo mis uñas del pánico que siento.  Fabián va a ir y no sé si sea buena idea, pero ni quise insistirle en que no fuera, ya que él sabe lo que pienso.

Estamos en la central del FBI, incluso la Interpol está en esto, las cosas se van a poner feas allá, Albert es un capo peligro, y con mucho poder, ha hecho cosas terribles y no deja rastro aparente. Un mal presentimiento se aloja en mi estómago pero intento ignorarlo, ya que estos días no me he sentido bien.

Tomo un poco de la avena que tengo en una taza  

—Grecia —salté cuando sentí una mano sobre mi hombro

Me giré y ví a mi hermano, él también iba a ir. Cómo aquel día en el que él y Fabián fueron por mi a Rusia

Lo abracé enseguida, el río un poco

—Todo va a estar bien

—Todos tienen que volver bien Luca, tu mi esposo, mi madre y mi hijo

—No vamos solos hermana —acarició mi mejilla —Estamos armados y...

—No se por que tu y Fabián insistieron en ir. Ustedes no son policías ni nada, son hombres de negocios de oficina.

—Grecia —apareció Celeste a su lado

—Tu no deberías dejar que mi hermano valla

Estaba realmente nerviosa, no quería que ninguno de los dos fuera

—Todo va a estar bien. Hay infiltrados en la casa, Albert no está, tienen la guardia baja, es ahora o nunca

Tenía razón, tres meses, que es poco tiempo para mí, el FBI infiltró a su gente en la casa, gracias a eso pudimos tener los horarios de los guardias, las partes de la mansión e incluso le hicieron una prueba al niño, si es nuestro hijo, y mi madre, quien lo cuida y él le dice mamá. 

Parece que el niño, cuyo nombre era Jake, le decía mamá a mi madre y papá a Albert. Al pensar en eso me hacía enojar si, pero me aliviaba saber que estaba con mi mamá, y ella es única, y algo debe de saber que ese niño quizá es mío, no creo que esté enterada, aunque con las amenazas de Albert quizá tenía idea.

—Hora de irnos —Fabián se acercó palmeando la espalda de Luca

Nos miramos fijamente, mi hermano y cuñada se alejaron y nos quedamos el y yo en el pasillo 

—Deja de beber eso —me quitó la taza de avena dulce que tenía en las manos

—Lo siento, últimamente soy adicta —reí nerviosa

—Todo va a estar bien —trató de tranquilizarme

—No quiero perder a nadie más Fabián...

—Y eso no va a pasar —tomó mi rostro entre sus manos —Te lo juro —mi piel se erizo cuando lo oí decir aquello, besó mis labios relajándome con la grata sensación que me daba al besarme

—Trae a nuestra familia —asintió —Y mata a ese maldito si puedes










...

Nota de Escritora: Si estás leyendo esto, déjame saber que piensas hasta ahora. Es el capítulo "68" mi historia más larga hasta ahora por eso ¡Comenta que tal te parece la novela!

¿Fabián traerá al niño y a Elena de vuelta?

¿Luca y Fabián estarán bien?

¿Dónde está Albert?

¿Albert tendrá un haz bajo la manga?

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