[Sabrás Que Te Amo] -Pedri x Gavi-

02

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La luz del sol se filtraba por las persianas de la habitación, lo cual provoco que el pequeño Gavi que estaba despertando se llevará una mano a la cara para protegerse de la irritable luz.

El pequeño revoltoso estiró un brazo hacia la pequeña mesita de luz color negra, agarrando su teléfono móvil fijándose así la hora viendo que eran las 10:15 de la mañana.

Decidido a levantarse levanto la fina sábana color blanca de su cuerpo dejando ver así las manos de Pedri rodearlo por la cintura. Sabía que este no lo soltaría fácilmente por lo que atino a volverse a tapar y ver su móvil hasta que el mayor se dignara a levantarse o por lo menos a soltarlo.

Pasaron unos 40 minutos más o menos, cuando el canario empezó a removerse en la cama restregando su cara contra el cuello de Gavi cómo si de un gatito se tratara.

-que haces príncipe- hablo Pedro con la voz ronca, lo que hizo que Gavi se estremeciera.

-nada, solo esperaba a que te levantaras- hablo Gavi dándose vuelta para quedar frente a frente con el mayor estaban demasiado cerca lo que provocó, que sus mejillas se tornaron rosas mientras su pulso se aceleraba y demostraba obvio nerviosismo, el mayor se relamio los labios y se acercó lentamente hacía los rosados labios de su menor, apretó más su agarre sobre su cintura haciendo que Gavi se acerque más si es que eso era posible.

Y finalmente junto sus labios quedándose quieto para darle tiempo al menor de separarse, cuando vio que el chico no lo alejaba empezó con un suave Vaivén moviendo sus labios sobre los de su enamorado, siendo seguido por este.

Gavi paso sus delicadas manos por la nuca del canario subiendo una de ellas a su pelo para agarrarlo y tirarlo para atrás con ternura, mientras una montaña rusa de emociones recorría todo su cuerpo.

Sentía felicidad por qué al fin había podido besar aquellos labios que tanto había deseado besar, y joder se sentía tan bien, sentía que estaba en las nubes, en el mismísimo cielo.

Y ni hablar del mayor, el se sentía tan bien que no tenía palabras para describir lo que estaba sintiendo, simplemente con tener al menor entre sus brazos le hacía querer meter a Gavi en un frasco de cristal y guardarlo entre sus brazos para que nadie pueda lastimarlo, y Así protegerlo.

Se separaron por la falta de aire en sus pulmones, el mayor junto sus frentes de una manera dulce, suspiro tratando de alejar sus nervios para haci confesarse de una solo vez.

-gavi- llamo nervioso- tu me gustas, no solo eso yo y-yo creo que estoy enamorado de ti, no, no creo se y aseguro que estoy enamorado de ti y se que capaz tu no sientas lo mismo y está bien no puedo obligarte a sentir algo que no sientes solo quiero hacerte saber que- tomo una pequeña pausa para tomar aire estaba hablando un poco rápido por los nervios- si tú me das la oportunidad de enamorarte, no te vas a arrepentir y-yo te amo y me tortura pensar en ti como tú mejor amigo- termino tomando una gran bocanada de aire, realmente estaba nervioso.

Gavi no sabía que decir simplemente no le salían las palabras, obvio que le encantaba la idea de poder ser algo más que un amigo para Pedri, pero también le aterraba la idea de tener que esconderse, una parte de el le decía que debía de ceder y dejar de pensar tanto, pero otra parte le decía que debía pensar en las consecuencias que esto conlleva.

Pero el prefirió hacerle caso a lo que le decía su corazón, y su corazón le decía que viviera el momento y que ya habría tiempo de pensar en las consecuencias.

A Pedro lo estaba matando el silencio de el pequeño, el ya se esperaba el rechazo de este y su silencio le dió a entender que este no sentía lo mismo que el.

Estaba apunto de hablar y decirle al pequeño que estaba bien si el no sentía lo mismo, cuando la voz del menor lo saco de sus pensamientos.

-a mi también me gustas Pedri y ten por seguro que yo tampoco quiero seguir siendo solo tu amigo- la voz del menor sonaba tímida y delicada ala vez.

Sin embargo las palabras del menor hicieron que Pedri ensanchará una gran sonrisa, que por la emoción abrazo a el menor demasiado fuerte contra su mismo cuerpo, dándole besitos tiernos sobre su cuello.

-y que dices ¿quieres intentarlo?- pregunto el mayor cerca del oído de Gavi.

-s-si, si quiero intentarlo- pronunció nervioso el pequeño revoltoso.

Y haci pasaron unos cuantos minutos abrazados dándose mimos mutuamente. Paso la mañana y ellos aún seguían acostados, con sus piernas entrelazadas y sus cuerpos pegados.

Se levantaron los dos decididos a pasar el resto del día fuera de ese hotel.

Se bañaron, cambiaron y alistaron al instante, saliendo hací a dar un tour por la hermosa isla. Los dos con una sonrisa radiante en sus rostros, que estaban seguros que nadie ni nada podría quitarla.

Se sentían tan felices el uno con el otro, sentían que sus corazones ardían en llama gracias al calor que el otro le provocaba.

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