única parte.

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Jinyoung tenía algo que contarle a Hyunsuk.

Eran unas palabras cortas, no muy elaboradas. Probablemente le llevaría unos tres segundos decirlas, seis si lo decía muy lento, ocho si tenía que repetirlo otra vez. No era la frase más inteligente que había formulado en su cabeza; a decir verdad, era bastante cliché.

Eran un par de palabras que le quitaban el sueño, que le hacía experimentar largas noches de insomnio y uno que otro cuestionamiento:

¿No es muy brusco?,

¿Y si se lo digo más sutil?,

¿Cuál es el momento indicado para decírselo? ("Ninguno", se respondía a él mismo, mientras bufaba de la frustración, imaginándose mil finales catastróficos).

El quid de la cuestión es que Hyunsuk era una gran persona. No solo por su altura (que, joder, ¿cuándo parará de crecer?) sino que tenía un algo que le llamó la atención desde el primer momento. Su carácter agradable y extrovertido le provocaba una sensación cálida en el pecho; era difícil sentirse ignorado o excluido en su compañía.

Incluso cuando el menor estaba mal pensaba en los demás. Solía aislarse en su cuarto a escuchar música en soledad por unas horas hasta que la tristeza amainaba un poco y se animaba a salir a la sala de estar. No decía mucho, algo peculiar en él. Más bien se limitaba a hablar lo justo y necesario, y algunas veces justificaba su malestar con un "dormí mal anoche". (Jinyoung sabía reconocer cuándo mentía. Esos tres años junto a él le sirvieron para reconocer las emociones de su dongsaeng. Además, era demasiado transparente para su bien).

Esa tarde de sábado era un día de aquellos, en el que Hyunsuk tenía la cara larga y se tragaba sus palabras. Byounggon, Yonghee y Seunghun habían salido a hacer las compras de la semana. Era una lista larga, así que dudaba en que llegaran temprano. Hyunsuk estaba sentado a su lado en el sofá, haciendo zapping en el televisor sin ver realmente lo que estaban transmitiendo. Jinyoung scrolleaba por Instagram, aunque le interesaba más observar a la persona a su lado.

El día anterior había sido un día duro de ensayo. Era una coreografía bastante exigente, repleta de hits y secuencias rápidas. En este comeback Hyunsuk sería el encargado de abrir la canción y comenzar el estribillo. Sabía que, naturalmente, eso le generaba estrés en demasía: Hyunsuk era un bailarín perfeccionista de pies a cabeza.

—No puedo hacerlo —dijo en un susurro cansado al terminar la última pasada. Lo pudo escuchar gracias a que estaban cerca, ambos tomando agua como dos locos deshidratados—. Es muy complicado. No puedo.

Jinyoung frunció el ceño. ¿Acaso no estaba viendo lo mismo que él? Le estaba saliendo sinceramente bien. Bueno, quizás algunos movimientos no eran los más fluidos o precisos, pero Hyunsuk era un aprendiz rápido; sabía que podía solucionarlo.

—No digas eso. Podrás hacerlo —le dijo Jinyoung luego de secarse el agua de la barbilla. Hyunsuk lo miró, sobresaltado.

—Hyung, no sabía que estabas ahí —murmuró. Jinyoung tuvo que contener una sonrisa; Hyunsuk podía ser bastante despistado cuando quería.

—Sukkie —Se acercó hacia el menor y le puso una mano en el hombro en un gesto familiar—. Confía en tí, ¿sí? Lo harás increíble, como siempre. No seas duro contigo mismo.

Hyunsuk había mirado la mano en su hombro y asentido, como ausente. Luego de eso, fueron llamados por su manager para volver al departamento.

Jinyoung volvió a ese momento en la sala de estar. Miró de reojo al menor, a su postura, y notó la manera en la que parecía que estaba posando aún sin pretenderlo.

words don't come easy (but feelings do) • YoonbaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora