Lentamente las pestañas de Jake se batieron y abrió los ojos, lo rodeó una blancura digna de un hospital y la luz logró cegarlo por unos segundos. Sintió sus brazos cargando con el suero y otras sustancias que desconocía, notó las vendas alrededor de su torso y algunas suturas en el rostro.
Su mente lo llevó de vuelta a esas últimas dos semanas en las que pasó días siendo torturado por diversión, horas en las que no hacía más que llamar el nombre de Sunghoon, como si el corredor fuera a escucharlo. Su vida había cambiado en tan poco tiempo, pasó de ser un empresario a ser un prisionero, y aunque eso sonara todo horrible pudo rescatar pequeñas cosas como haber conocido a Enhypen y también el hecho de que su amistad con Sunoo se había vuelto más fuerte.
Rió con lágrimas en los ojos las cuales se deslizaron por sus mejillas cuando sus ojos se achinaron al reir, se sentía aliviado como nadie se imaginaba, aunque esa sensación no duró mucho pues su cerebro volvió a introducirle la preocupación inminente por el líder de los corredores. Nuevamente las lágrimas salieron y con ellas sollozos. Había abandonado a Sunghoon, esa era la verdad, su cuerpo inútil había decidido apagarse justo en el momento menos indicado.
Decidido e ignorando su dolor se paró de la camilla solo para ser devuelto a ella por un par de manos.
―Apenas despiertas y ya quieres hacer locuras, Shim Jake―la voz de Sunoo sonó en la habitación cuando el chico entró luego de Ni-ki, que lo tenía sujeto a la cama suavemente.
Ver a Sunoo hizo que una mueca se formara en su cara y estirara los brazos para recibir el abrazo que su mejor amigo no le negó. Ambos chicos se sumieron en un lío de sollozos, sonrisas y manos que intentaban asegurarse de que el otro estaba realmente allí.
Ni-ki los miraba alejado unos pasos feliz de verlos reencontrarse luego de pasar por cosas tan difíciles y desconocidas para ellos.La puerta volvió a abrirse y esta vez Jaw, Won, Golden y Jay fueron los que entraron en inmediatamente fueron a abrazarse con los demás. Jake pudo respirar tranquilo al verlos a todos sanos y salvos.
―Te ves para la mierda, Jakey―le dijo Won haciendo reir a los otros chicos y yendo directo a abrazar al herido.
Todos conversaron por unos minutos, poniéndose al día, preguntandole al menor como se sentía.
―¿Y Sunghoon?―preguntó alejandose de Sunoo que estaba hablándole, al ver que nadie le respondia volvió a hablar pero esta vez su voz ya temblaba―Díganme, ¿Dónde está Sunghoon? ¿Está bien?
Jaw lo miró con la cabeza inclinada hacia un costado, sin entender.
―¿Te golpeaste mucho la cabeza?―el menor le habló suavemente.
Jake pasó su mirada a los demás y palideció al verlos igual de confundidos, ¿acaso había preguntado algo malo?
―Vamos chicos, puedo soportarlo―aseguró―Solo díganme cómo está y prometo descansar, ¿si?
Sunoo le acarició la cabeza y sonrió de lado, esa sonrisa no le gustó para nada al rubio.
―Jake, ¿quién es Sunghoon?―cuestionó el pelirosa―No paras de preguntar por él.
Shim frunció el ceño y rio secamente pegandole en el brazo a su mejor amigo.
―Sun no es el momento de hacer bromas―miró al mayor de Enhypen―Dime tú por favor, Ni-ki, sé que sabes como está ¡eres su mejor amigo después de todo!
El silencio reinó en la habitación y Jake tembló. Su mente solo repetía el nombre del corredor, quería verlo, quería sentirlo entre sus brazos, quería pasar sus dedos por los cabellos largos, ansiaba verlo sonreír y que le dijera Dulzura.
―Jake...―comenzó Ni-ki pero el menor ya negaba con la cabeza y reía frenéticamente―No existe ningún Sunghoon entre nosotros. Somos una banda llamada Enhypen y yo soy el líder, ¿lo recuerdas verdad? Venías de tu casa al ensayo cuando un hombre en auto te atropelló, sufriste un accidente, Jakey.
―¡Cállate!―le gritó Shim y tapó sus oídos con sus manos―No es verdad lo que dices, ¡Sunghoon si existe! Es tu mejor amigo, el primo de Jaw...
Suspiró temblorosamente y las lágrimas resbalaban por sus mejillas, era una pesadilla.
―Es mi pareja―sollozó―¡Es mi todo! ¿Es que acaso no pueden recordarlo? ¡No estoy loco!
Las miradas de pena hicieron que su sangre hirviera. Sunghoon si existía y si sus amigos no lo ayudaban entonces él iría a buscarlo. Le importó poco el suero y que el piso estuviera frío en el momento en que se sacó las intravenosas y saltó de la camilla empujando a todos en el camino.
Sus pies corrieron por los pasillos del hospital, no sabía donde iba o por dónde estaba la salida, solo quería verlo. Los demás miembros salieron detrás de él gritando su nombre y calmando a las enfermeras que querían darle un sedante. Jake giró en un pasillo y siguió corriendo, la bata ondeando en el aire, sus ojos ya veian poco por las lágrimas molestas que lo cubrían.
Su mente intentó convencerlo de que era una broma de mal gusto pero rápidamente lo descartó pues no creía que sus amigos fueran así de insensibles con él. Aceleró el paso hasta llegar a la última habitación del hospital, la 1117. Había preguntado a los gritos si conocían a un paciente llamado Park Sunghoon pero nadie pudo decirle nada. Lentamente abrió la puerta y encontró la habitación vacía, un ventanal adornaba la pared dando a la ciudad.
Sus rodillas fallaron y su cuerpo se desplomó, sus ojos lloraban y sentía que el oxígeno no pasaba a sus pulmones. Seguía negando que su mayor no existiera, todo lo vivido había sido real, todos sus besos, sus toques, los días en la Ciudadela.
Se posicionó en bolita sobre el frío suelo y continuó sollozando, recordó la sonrisa cuando corrieron juntos por segunda vez, rememoró esa salida al techo del edificio con un par de cervezas y música.¿Nada había sido real?
Escuchó la puerta abrirse pero no hizo caso a quién le hablaba, pudo ver unos zapatos blancos y asumió que era una enfermera.
Minutos luego sintió el pinchazo en su cuello.
Cayendo lentamente en la oscuridad pensó en Sunghoon, él fue su último pensamiento antes de caer sedado.
ESTÁS LEYENDO
gasoline and fire ✧ jakehoon
ActionJake odiaba su vida dónde tenía que hacerse cargo del negocio familiar, quería sentirse libre. Quería sentir la adrenalina correr por sus venas. Por eso cuando su mejor amigo Sunoo lo llevó a un ambiente totalmente diferente, sin asistentes n...