MESSICHOA 2 O.S. [🔞]

Parte única

Memo grita de emoción cuando su novio anota el tercer gol en el marcador empatando al equipo contrario. Messi se irguió orgulloso de ver a su novio animándole desde las gradas mientras sus compañeros de equipo, y del contrario también había que agregar, le miran con recelo, no cualquiera podría tener al animador más hermoso de la preparatoria M -ganador por dos años consecutivos del oro en la categoría de cancerbero- como su animador personal.

—Te amo bebé, estás dándolo todo por el equipo, eres el más chingón! —Memo se desvive y siente su garganta desgarrararse por los gritos que esta pegando, enviándole besos con las manos a su apuesto alfa a la vez.

"Es como un sueño hecho realidad."

"El omega más jodidamente caliente que he visto."

Messi frunció el ceño al escuchar los murmuros de los tipos tras el, como si de pronto olvidarán que era su novio a quien se referían con tales adjetivos subidos de tono. Por suerte su entrenador toma cartas en el asunto antes de que tenga que hacerlo por cuenta propia, que sea bajo no le quita su categoria como alfa.

—Enfóquense en el juego por hoy, tienen el resto de la semana para coquetear con las porristas.

—Che, pibe, eres la envidia por ser el mejor delantero y encima de todo tenés al omega más popular del instituto siendo dos años menor, ¿cómo haces, eh? —le pega un puñetazo juguetón al Dibu, portero de su equipo, probablemente si hubiese sido cualquier otra persona quien dijera eso estaría sobre él rompiéndole el orto.

Miró hacia las gradas donde Memo balanceaba sus caderas al compás de las porras de su equipo de animadores, levantando en alto los pompones albicelestes, al parecer éste sintió rápidamente su mirada quemándole hoyos en la cabeza porque volteó instintivamente y sus miradas se conectaron. Memo tragó saliva, sabía lo que significaba esa mirada calculadora y fría.

—A ponerse la camisa, carajo, hoy se gana! —el grito de su entrenador lo hizo salir de su trance y el silbato sonó avisando el segundo tiempo.

—Hey Memo, ya párale, Messi te está mirando como una fiera en espera de su presa.

Memo deja los pompones en la banca y se lleva las manos a la cadera, mirando con una ceja alzada a Edson.

—¿Qué tiene de malo que aliente a mi alfa a ganar?

—Porque todos sabemos que te encanta lucirte y ser el centro de atención, estás distrayendo a sus rivales y hasta a su equipo, cabrón! —Lainez le reprocha y baja los pompones tomando asiento en las gradas.

—Memo yo creo que te ves angelical,  de grande quiero ser como tú. —Marcelo dice con las mejillas coloradas viendo al omega mayor. Memo le sonríe y acaricia sus cabellos pues al ser el omega más joven de su equipo le guarda cierto cariño fraternal.

—No sé wey, pero haces bien porque hay un chingo de omegas atrás de Messi, así les haces saber que no pueden competir contra ti. —Cuando Kevin dice aquello le da una mirada rápida a Diego, quien le saca la lengua en respuesta.

—Qué dices pendejo, Diego me tiene a mi y desde entonces no mira a otro alfa.  —Edson se entromete y le da un empujón al cachorro alfa.

—Eh, contrólense animales que no quiero que intervengan en el partido de mi amorcito. —Memo interviene y se interpone entre ambos antes de que su pequeña disputa se vuelva algo mayor.

Diego jala a Edson del brazo para impedirle moverse y Marcelo abraza a Kevin por detrás para inmovilizarlo. Memo pone ojos en blanco al escuchar como los alfas jóvenes se gruñen entre ellos mientras los omegas los retienen de atacarse.