16. Mevie (+18)

421 5 0
                                    

Caliente.

Así me encontraba ahora, ¿La razón? Pues claro, la reina de Auradon y su maldita perfección, pero debo consolarme con masturbarme mientras pienso en ella, pues ese trasero tiene dueño y lastimosamente no soy yo.

-¡E!- Gritó Mal llamando a mi puerta.

Mierda, corrí a acomodarme, lavarme las manos, y guardar cualquier artefacto sexual. Miré mi reflejo, bueno no estaba tan roja.

-Pasa.- Dije, ella entró y cerro la puerta.

Se veía seria, juro que si ese tarado la había lastimado iban a volar pelos de bestia en todos lados.

-Debemos hablar de Dizzy.

-¿Que hizo?.

Mal Berta llegas a decir algo en contra de la relación de Celia y Dizzy y juro que te mataré aunque me duela hacerlo.

-Bueno... ella, Celia y los gemelos, estuvieron haciendo dibujos... nuestros.

Maldita pequeña, jamás volveré a decirle nada.

-¿N-Nuestros?- Pregunte intentando fingir que no entendia.

-Besandonos, de la mano y todo eso.

-No le veo el problema.

-Se distraen en clase, y distraen a los demás. El hada Madrina quiere que hables con ella.

-¿Yo? ¿Y por qué no puedes hablar tú?.

-Porque yo... tengo que hacer cosas con Ben.

-Claro, si los dibujos fueran de Ben y tú seguro no te importarían.

¿Yo dije eso? Bueno sí, lo hice.

-Evie, no seas inmadura.

-¿Como me llamaste?- Pregunté, mi tono de voz cambió.

-I-nmadura.

-¿Sabes por qué Dizzy hace esos dibujos?.

-N-No.- Respondió temblando.

Una lagrima cayó sobre mi mejilla, ¿En serio? Será hoy el momento en el que me atreva a decirle lo que siento.

-Es mi culpa que ella haga esos dibujos.- Mi voz se entrecortaba; -Yo fui quien le dijo que estaba enamorada de ti.

-¿Lo estas?.

Asentí y agache mi cabeza, ella me miró, me tomó por la cintura y nos juntó los suficiente para besarnos.

-M-Mal... espera, esto está mal, t-tienes novio, esposo.

-Quiero que me muestres hasta donde puedes llegar.

-Mal, si me haces empezar...

-Correre el riesgo.

La besé, mis manos se enredaron en su cuello, aunque no demore en bajar los besos a su cuello, saque su remera con un poco de ayuda, mis besos bajaron hasta sus pechos, mi lengua jugó con ellos un buen rato, hasta que mis besos bajaron hasta su muslo, donde lami su entrepierna sin quitar aun sus bragas, ella lanzó un pequeño gemido.

-Mal, ¿Estas segura de esto?.

-Vamos, princesa... ¿O le tienes miedo al dragón?.

Quité sus bragas, abrí sus piernas con facilidad, y comencé a chupar cada una de sus partes, pasé mi lengua por todo su clitoris, y la miré.

-F-Follame por favor.

-No te oigo.- Mentí.

-¡Follame maldita sea!.

One Shots [De todo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora