ROCK BOTTOM ── JAYDICK

⠀⠀⠀⠀dry flower

Dry Flower :: Flor seca.

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Dick pasó tres días en el hospital, Jason iba a verlo, pero parecía ser el único, nada de familiares u otros amigos.

Estaba sumamente sorprendido, aquel maravilloso y valiente chico del que estaba completamente enamorado no tenía a nadie.

Jason notó que Dick parecía vacío, aunque era porque no llegaba a comprender que en realidad estaba roto, hecho pedazos.

Aún así, el menor pasaba todo el día a su lado, faltaba a la escuela para quedarse con él, aunque el primer día Dick no quiso hablarle.

En ese momento no había hecho mucho, lo había dejado, hablando él sólo, pero el segundo día estaba más dignado a tener una respuesta.

Cada vez que el ojiazul se volteaba para no verlo Jason levantaba su silla, rodeaba la camilla y se sentaba de nuevo frente a él, así lo habían hecho al menos cinco veces, hasta que Dick había comenzado a llorar.

—¿Puedes parar? —pidió, en sus ojos había furia, además de lágrimas, que comenzaban a caer por sus mejillas— ¿Por qué haces esto? ¿Por qué te quedas? Jason... Yo no soy nada, ¿Qué haces aquí?

Jason estaba sorprendido por el estallido de Dick, no pudo evitar quedarse unos segundos congelado, viendo al mayor hundiendo su rostro en la almohada.

El menor se acercó a la cama, colocó una mano sobre el brazo de Dick, frotándolo lentamente, con cariño, apoyó el mentón sobre la camilla, un ojo del chico escapó de la almohada para mirarlo.

—Me importas —fue lo único que pudo decir.

Dick negó, se alejó de él, apartando su rostro de la almohada, tomando distancia, su corazón latía muy rápido al tener el rostro de Jason tan cerca.

—No, no lo digas, por favor... No debo importarte, ¿Por qué te importaría?

Dick se movió con intención de voltearse, pero Jason lo retuvo, las manos del menor fueron hacia el rostro del ojiazul, alzandolo, unió sus labios de forma rápida.

Apenas había apoyado sus labios sobre los de Dick, sus ojos seguían abiertos, el mayor lo miraba con miedo, Jason intentaba darle calma, cerró sus ojos con lentitud, acariciando las mejillas del contrario.

Sintió los labios de Dick temblar bajo los suyos, movió un poco sus labios, ladeando su cabeza, apretando un poco el labio inferior del mayor con los suyos.

Cuando Dick correspondió no pudo evitar sonreír. Tardaron un segundo en que los movimientos del beso se acoplaran, hasta terminar con el mismo ritmo, y el mismo sentimiento en sus pechos, floreciendo conforme sus labios se tocaban cada vez más.

Dick lo empujó de golpe y comenzó a negar, Jason lo miró confundido un momento, hasta que el chico comenzó a llorar.

—No, no, no, no —repetía, mientras más lágrimas caían por su rostro—. ¿Por qué haces esto? ¿Por qué me haces esto? —Dick llevó una mano a su pecho, sobre su corazón, apretó la tela de la bata, como si así pudiera comprimir lo que sentía.

Jason negó, se volvió a acercar a él con más lentitud.

—Porque me gustas, Dick —habló con suavidad.

Dick comenzó a negar.

—No, mientes...

—¿Por qué te mentiría, Dick?