ROCK BOTTOM ── JAYDICK

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Sapling :: Pimpollo.

[FINAL ALTERNATIVO]

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Dick acomodó su capucha antes de entrar a la escuela por última vez, apretando un poco el sobre en su bolsillo.

Divisó a lo lejos a Conner, y por más que lo que menos quería era acercarse a su matón, era el único en que confiaba para darle la carta a Jason.

No podía negar que el chico había cambiado drásticamente, desde que Jason lo había mandado a la mierda unas semanas atrás.

Conner ya no se juntaba con Garth, ni con nadie, y tenía un aura tan triste que no daban ganas de acercarse.

El matón había quedado atrás, y ahora parecía una persona atormentada por todo lo que había hecho.

Nada alejado de la realidad.

—Uhmm... ¿Conner? —lo llamó el mayor, el Kent se volteó, Dick notó que el chico ya no lo miraba de la misma forma que lo hacía cuando lo golpeaba, o le decía cosas feas, nada de ese brillo divertido y casi maligno. Ahora era una mirada totalmente apagada.

Sintió algo de pena por él.

Sacó el sobre de su bolsillo y lo extendió hacia él, los ojos de Conner lo siguieron.

—¿Podrías darle esto a Jason? —pidió.

Conner tomó el sobre con lentitud.

—Es algo para él, no lo leas —dijo el mayor.

El menor asintió, sosteniendo el sobre entre sus manos, alzó su triste mirada de nuevo hacia Dick.

—Gracias —dijo, sonriendo un poco—, Adiós, Conner —añadió, antes de voltearse para salir de la escuela.

—Jason te esperó toda la primera hora —dijo el chico, su voz sonaba ronca, haciendo que Dick detuviera el paso.

— Lo sé —murmuró.

Escuchó a Conner acercarse a él, se encogió con algo de miedo, pero se sorprendió cuando el otro apoyó su mano suavemente sobre su hombro.

—Jason te quiere en serio, Grayson —dijo, aunque la mirada de Dick no se movió del suelo, estás atento a sus palabras—. Es absurdo que no me haya dado cuenta antes de cómo te miraba; y ayudé a Garth aquella noche sin saber que también le haría daño...

Dick frunció un poco el ceño, Conner hablaba con un tono tan real que no pudo evitar alzar su vista para mirarlo, notando que en sus ojos había lágrimas.

—Dick, enserio lo siento —dijo—. Nunca te traté ni siquiera un poco bien, y tú... Nunca me hiciste nada, siempre sufrías sólo.

>>En la fiesta... Yo no creí que Garth haría tal cosa, pensé que era más de lo mismo, más de los golpes... Ya lo sé, soy un idiota —una sonrisa penosa apareció en sus labios—. Soy muy inocente a veces, Dick, no me doy cuenta de las cosas en la primera. Pero sigue siendo mí culpa, en serio, en serio lo siento.

Conner lo miró con tanto arrepentimiento, y tanta pena que Dick no pudo evitar sonreír un poco para él.

—Está bien, Conner, acepto tus disculpas —dijo, su tono era casi tímido—. Todavía no puedo perdonarte, pero aprecio tus palabras.

Con eso, Conner sonrió un poco, se apartó de él un momento, para pasar sus manos por sus ojos, limpiando sus lágrimas.

—Y... Tú te llevas más con él, ¿Cómo está Tim?