-Genial, gracias -
-De nada-
Terminé de entrevistar a otro estirado de Harvard, todos iguales, así que preferí hacerlo más rápido.
-Donna, esto es lo que haremos: trata de incomodarlos y antes de hacerlos pasar hazme un guiño si alguno dice algo listo, ¿bien?-
-De acuerdo, ¿Qué estás buscando?-
-Otro yo-
-Es decir: petulante, egocéntrico y que se cree más listo que los demás-
-Por eso te quiero, tú me conoces -
-Mi plan es poner mi cargo a la orden en diez años, habré logrado mis metas y aún seré joven para hacer otra cosa- dijo Jessica que estaba teniendo un almuerzo al lado de un hombre mayor (no lo suficiente para parecerme atractivo).
-Apenas ayer te dejé al mando-
-No, el tiempo pasa más rápido cuando tienes cien años-
-Pero mira lo guapo que soy-
Jessica rio, pero inmediatamente dió un suspiro.
-¿Qué te sucede?-
-Phillip, ¿Cómo supiste que sería tu sucesora?-
-Lo intuí -
-Temía que dijeras eso; mi instinto me dice Harvey, mi corazón, que aún no está listo-
-¿Cuál es el problema?- preguntó Phillip.
-Él es el problema, si el líder de la firma ignora a sus empleados, no tendrá mucho que liderar-
-¿Qué piensas hacer?-
-¿Qué harías tú?-
-Al hombre le falta compasión, démosle algo que lo obligue a ser compasivo; ¿salmón?- Phillip le ofreció el plato a Jessica.
Y ese algo iba en camino.
Mike había entrado al hotel, observó todo como un cachorrito al que sacaron a pasear por primera vez, al hombre de botones que empujaba el equipaje, el cartel que anunciaba entrevistas para graduados de Harvard en la habitación 2005, etc.
Pero como todo cachorrito, estaba nervioso, así que entró al baño y se refrescó la cara con un poco de agua, cerró la llave y se secó con un pano de papel.
-Tu puedes hacer esto- se dió apoyo emocional a si mismo viendose en el espejo.
Mientras esperaba el ascensor, vió a un padre y a su hijo quejarse, pasaron junto a un cartel que anunciaba: La piscina está cerrada.
Mientras caminaba hacia la habitación acordada, el mismo hombre de botones intentaba abrir la puerta de una habitación junto a otro hombre de traje, intuyó que algo andaba mal.
-Disculpe, me gustaría ir a nadar, ¿Tiene buenas piscinas?- preguntó al hombre de botones.
-Por supuesto señor, somos el mejor hotel de la ciudad-
Recordó el cartel que anunciaba el cierre de la piscina.
-¿Me daría la hora?- dijo al hombre de traje.
-Oh, sí- al alzar la mano Mike pudo ver una pistola en guadada en su funda, -Son las 10:00- contestó.
-Gracias-
Continúo caminando, ya no entraría a la habitación, por obvias razones, así que recordó de nuevo el anuncio de las entrevistas, ahí es donde iría.
Los hombres acordaron el seguirlo, así que el hombre de botones caminó tras él.
Mike corrió por las escaleras de servicio, el maletín chocó contra el barandal, haciendo que los seguros se abrieran, y por supuesto él no lo notó.