♡instinto primario ♡

1 Capitulo

Iruka estaba a poco más de un día de distancia de la aldea cuando sintió por primera vez los signos de su celo.
Nervioso y sonrojado, rápidamente dejó la carretera principal y siguió un pequeño sendero hacia el denso bosque. Ya estaba
sudando y tuvo que abrirse el chaleco mientras seguía el pequeño sendero.

Fue en pleno verano, y el aire estaba caliente incluso para esta época del año, combinado con el aumento de la temperatura de su cuerpo, era casi una tortura para Iruka.
Llegó a un claro y gimió cuando una pequeña brisa trajo un ligero olor, bañando su cuerpo como una suave caricia.

Su cuerpo se sentía tan caliente, y se dejó deslizar por un árbol viejo y enorme, usándolo como apoyo mientras se sentaba en el suelo. El olor en este claro estaba haciendo que su cabeza diera vueltas, pero no podía identificar qué era. Todo lo que sabía era que su calor había subido y que lo más probable es que no pudiera caminar más lejos de la carretera principal que esto.

Como siempre que tenía una misión fuera del pueblo, había empacado su medicamento supresor y con manos temblorosas, comenzó a abrir su bolso para sacarlo. Con gran esfuerzo, pudo sacar el paquete y lo abrió rodando junto a él en el suelo, el inyector brillaba en un punto de luz solar que entraba a través de las hojas sobre él.

Ahora que su calor había comenzado de verdad, las pastillas serían inútiles, tendría que inyectar la versión concentrada de la medicina directamente en su torrente sanguíneo para que tuviera algún efecto. Jadeando pesadamente ahora, se recostó contra el árbol por un momento. Era raro que entrara en celo sin previo aviso como este, solo había sucedido unas pocas veces en el pasado, en un ciclo normal siempre podía detectar los signos de que comenzaba mucho antes de que emitiera un olor dulce o mostrara ningún síntoma para ello, y luego sería capaz de suprimirlo con las pastillas sin ningún problema.

Gimió cuando las ondas de placer recorrieron su cuerpo. Empezó a quitarse el chaleco, necesitaría desvestirse un poco para hacer la inyección, y considerando la condición en la que se encontraba, y estaría en las próximas horas, usar tanta ropa sería incómodo. Se quitó el chaleco y lo apoyó contra el árbol detrás de él, para no tener que apoyarse en la corteza áspera.

Quitarse la camisa de manga larga requirió un mayor esfuerzo, pero finalmente, se recostó con la parte superior descubierta. La brisa se sentía agradable y fresca contra su piel caliente.

Volvió a gemir, casi en contra de su propia voluntad, cuando el viento lo rozó. Había algo en el viento, un indicio de algo, y estaba haciendo hervir su sangre. Echó la cabeza hacia atrás contra el árbol y sus manos comenzaron a acariciarse el pecho. Abrió los ojos y miró el inyector, pero decidió que no estaría de más darse placer durante un rato antes de usarlo. Los efectos secundarios de la inyección siempre eran bastante desagradables, y bien podría tratar de obtener algo de placer con su calor, ahora que estaba en un lugar seguro y nadie más lo molestaría y su olor no llegaría a nadie. alfas.

Abrió la cremallera de sus pantalones, y cuando ambas manos se deslizaron hacia su ropa interior y comenzaron a acariciar su erección a través de la tela, gimió ruidosamente.

Poco sabía el chuunin que se había equivocado acerca de estar solo. No hace ni unos minutos, en el mismo claro, Kakashi y otros cuatro ANBU estaban en una reunión sobre una misión que estaban realizando cuando de repente sintieron que alguien se acercaba.
Escondiéndose bien en los árboles y alrededores, se habían agachado, con los sentidos en alerta máxima. Esta era una misión de alto secreto, no podían permitirse el lujo de ser vistos por nadie, amigo o enemigo.

La primera impresión de Kakashi cuando el chuunin moreno había tropezado más o menos con el claro había sido preocupación ya que el hombre parecía herido o enfermo, pero solo le tomó a él y al otro ANBU, unos pocos minutos para diagnosticar qué le pasaba al moreno.