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—¡Dios..! ¿Por que? ¿Por que tenía que ser la prima y la sobrina de esos dementes de Ibrahim y Babette? —se quejaba el emperador con desesperación.
—Emperador, Sir Raquel lo va a escuchar. —hablo Navier para que su esposo dejara de quejarse a viva voz.
—Emperatriz.. ¿Por que ella? —pregunta Sovieshu realmente aturdido una vez lejos de la casa de cristal.
—porque ella es totalmente perfecta para el trabajo de cuidar de su amante.. —sonrió Navier ocultando sus verdaderas intenciones para que Raquel se llevará lejos a la amante de su esposo. —no hay nadie más fuerte e inteligente que ella.
—¡Emperatriz no estoy-! —se iba a quejar el emperador de aquella decisión tomada por su esposa.
—no se preocupe, no creo que sir Raquel le vaya a quitar a su amante.. —evitó soltar una risa.
—¿acaso todavía te gusta..? —Navier apartó la mirada ya harta de que siguiera quejándose y dándole la espalda.
—por favor, aun que sea dele una pequeña oportunidad. —habló con seriedad.
El emperador calló y asintió totalmente rendido a ante su esposa.
“¿que puedo decirle yo para hacerla cambiar de opinión?, ya está. Raquel es la escolta de Rashta.. Espero que no haga alguna estupidez que me haga arrepentirme. Aun que, pensándolo bien, normalmente el que hace estupideces es Lord Kosair.. ”
“¡estara todo bien!, mientras más se enamore Raquel mejor para mí. Así Kosair dejara de acosarla. Bueno, supongo que ahora puedo irme realmente en paz”
Navier finalmente se fue hacia su respectivo Palacio y Sovieshu siguió quejándose en voz alta.
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Babette Elmis fue una de las concubinas favoritas del anterior emperador.
Ella era la madre del príncipe bastardo Ibrahim Vikt.
