Un día al comenzar su vida como estudiante universitario se fija en un chico que, al juzgar por su aparecía, parecía que era alguien no tan sociable así que con confianza decide acercarse a aquel chico de cabellos largos y gris con el propósito de e...
Era una tarde tranquila para ambos chicos que se encontraban en el patio de la Universidad, conversaban aunque Bennett era el que mas hablaba pero eso no le molestaba a Razor, escuchaba con atención al menor que se mostraba alegre al hablar. Era extraño para Bennett sentirse en confianza con el de ojos rubíes, hace unos minutos lo temía y ahora está hablando con el sin vergüenza alguna, puede que no sea la gran cosa ya que el siempre ha sido así con los demás aunque con Razor había algo extraño, como si ya lo conociera desde antes.
— ¡Oh!, creo que estoy hablando demasiado perdón por eso, es que estoy emocionado de tener un nuevo amigo.
Dijo el de ojos esmeraldas mientras mostraba una sonrisa apenado pero el contrario negó rápidamente queriendo que Bennett no se preocupara por eso.
— No no, está bien, no me molesta que hables mucho, en realidad no soy bueno sacando temas de conversación y pues soy más de escuchar a la gente, así que puedes seguir, no te preocupes.—Dijo Razor entre una leve sonrisa para no preocuparlo.
Bennett al escuchar dichas palabras una sonrisa alegre apareció entre sus labios, se sentía ya aliviado por lo que había dicho Razor así que volvió a lo suyo, hablar de diferentes temas que a Razor le parecían graciosas. Ambos chicos se sentían cómodos entre sí, así que no había algún problema.
— Y cuéntame Razor, ¿de donde eres?, me gustaría saber más de ti, aparte me genera curiosidad esa cicatriz que tienes, te hace ver muy genial.
Dijo Bennett acercándose un poco a Razor mirándolo curioso cosa que provocó que el mencionado se pusiera un tanto nervioso por ser el centro de atención ya que este no estaba tan acostumbrando, también se sorprendió por aquel cumplido hacia su cicatriz en su mejilla, para Razor era una gran inseguridad y un mal recuerdo. Así que evitó hablar de aquel tema.
— B-Bueno, vengo de un pequeño pueblo, estuve ahí durante toda mi infancia, es un lugar tranquilo, me gusta, pero me tuve que mudar a la ciudad por el tema de mis estudios, no conozco mucho aquí pero mi primo vive aquí y me ayudo con la mudanza, no se si lo conozcas, también estudia aquí.
Hablo Razor un poco nervioso ya que no estaba del todo acostumbrado hablar de si mismo, no siempre lo hacía o más bien lo evitaba, pero que Bennett se mostrará interesado pues no podía negarse, se sentía cómodo.
— ¿Primo?, no creo que lo conozca, pero me imagino que tendrá algún rasgo parecido a ti, ¿no?, tal vez así logre ubicarlo. —Sonrió un poco cosa que para el contrario lo puso algo nervioso.
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La tarde pasó muy rápido para ambos chicos, estuvieron hablando de diferentes temas que les parecían interesante cosa que les sorprendió al tener las mismas preferencias, Bennett se sentía feliz al encontrar a alguien donde podía hablar de sus gustos sin ningún problema y Razor se sentía cómodo estar con el de ojos esmeraldas.
El timbre sonó indicando que ya era hora para empezar las clases, los chicos se levantaron del césped para sacudir su pantalón limpiando la pequeña tierra y acomodaron su mochila en su espalda para caminar a la entrada de la Universidad. Por mala suerte de Bennett esta vez no tendrían clases juntos así que tuvieron que despedirse para ya dirigirse a sus respectivas aulas. Como de costumbre tomo asiento, saco su libreta junto con su bolígrafo y después de unos minutos el docente entró al aula para ya empezar con la clase.
Las clases pasaron rápido, por suerte hoy saldrían temprano así que al sonar el timbre todos los alumnos salieron salieron del aula, llenando todas las instalaciones de la Universidad. Bennett se apuro en guardar su cosas para también salir, no le gustaba los lugares con demasiada gente ya que en ocasiones tropezaba y terminaba cayendo. Miraba cada lado del lugar en busca de su amiga y si la suerte le sonreía también esperaba encontrarse con Razor.
— Pero mira a quien tenemos aquí, si es el niño mala suerte.— Bennett se detuvo al escuchar aquella voz conocida así que con una sonrisa algo nerviosa volteo a verlos, era Royce y Jack.— Cuanto tiempo sin vernos, Bennett.
Ambos chicos se acercaron más a Bennett, cosa que para el mencionado no se sentía del todo cómodo. Antes aquellos dos chicos por así decirlo eran sus amigos, hubo un momento donde se llevaban bien entre los tres hasta que por extraña razón esa amistad terminó. Bennett aún no sabía la razón del porqué lo dejaron de lado, pero se imaginaba que era por su mala suerte.
— ¡Hey chicos!, ¿qué tal?, no esperaba verlos aquí, pensé que se irían al extranjero a estudiar.—Trato de no sonar nervioso al hablar, en la manera en lo que los chicos lo miraban empezaba a sentirse abrumado, más al recordar las veces en que ellos le hicieron pasar días muy malos.
Los chicos rieron un poco por el comentario de Bennett, pero sus expresiones cambiaron a un tanto serio al mirar el mencionado, empezaban a acercarse aún más hasta quedar al lado de Bennett, este no entendía el repentino cambio de expresiones. ¿Había dicho algo mal?
— Oh Benito...En serio creí que madurarías y cambiarías esa actitud infantil, pero veo que aún sigues siendo un inútil. Tantos años y sigues siendo el niño mala suerte, que tristeza ser tú.—Royce rio al comentar aquello, ignorando la pregunta del menor.— No logramos pasar el examen de admisión para irnos al extranjero así que no nos quedo de otra que seguir estudiando aquí, esperábamos no tener ningún problema en todo este ciclo escolar hasta que lamentablemente te vimos aquí.
Bennett se sorprendía en la manera en que los chicos se dirigían ante el pero no tenía el valor de defenderse, se sentía pequeño. Antes de que pudiera decir algo alguien lo había tomado del brazo para alejarlo de esos dos.
— Bennett te estuve buscando, ven vamos, hay que volver a casa, ¿quieres ir a tomar algo?, yo invito esta vez.— Fischl dijo entre una pequeña sonrisa, ahora tomando de la muñeca a Bennett para ya salir de la Universidad. Ella había notado la incomodidad de su amigo y sabía quienes eran esos dos chicos así que sin pensarlo decidió alejarlo de ellos, más tarde se tendría que ver con esos idiotas.— Bennett, ¿estás bien?
Fischl se detuvo para poder ver a su amigo, Bennett aún seguía procesando todo lo que acababa de suceder hace unos segundos, reaccionó después al sentir como le pellizcan suavemente la mejilla logrando así sacándolo de sus pensamientos, Bennett miro algo confundido a su amiga y se dio cuenta lo que estaba pasando así que rápidamente se disculpo.
— ¡P-Perdón!, estaba pensando en algo pero estoy bien no te preocupes, y si, me perece bien ir a un lugar para tomar algo, se me antoja una malteada.—Dijo entre una sonrisa, trato de ser el mismo de siempre, alegre y optimista ya que no quería preocuparla por su actitud de antes.— Pero yo pago mi malteada, pero podemos compartir el gasto en un pequeño pastel, ¿que te parece?
La chica dudaba mucho a la respuesta de su mejor amigo pero decidió seguirle la corriente, por lo menos quería que olvidara lo que había pasado con esos chicos pasando una agradable tarde aunque Fischl aún seguía preocupado por Bennett.
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