capitulo 3

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Oliver era todo un manojo de nervios.

Él estaba sentado sobre una camilla, esperando impaciente a que _____ volviera. Ella le había dicho que iría a registrarlo como donante en la clínica y luego volvería. Por el momento, dejó solo a Oliver en la habitación en donde se realizaría la donación para que pudiera familiarizarse con el lugar y acostumbrarse a la idea que en unos minutos más comenzarían con la extracción de sangre.

Incapaz de seguir pretendiendo una paciencia que no sentía, se levantó y caminó de un lado hacia otro dentro de la habitación. El cuarto era bastante espacioso, sin ventanas y las paredes pintadas de blanco. Al lado de la camilla, había una mesa metálica en donde reposaban diferentes herramientas. Oliver tembló al ver la jeringa e inconscientemente se frotó el brazo en donde infería que le pincharían. Desde que era un crío siempre le ha tenido fobia a las agujas y esta no era la excepción. Si no fuese por el problema en el que estaba involucrado jamás, ni de coña dejaría que le extrajeran sangre. Pero ya no podía arrepentirse, dejaría su miedo a un lado con tal de ganar unos pocos billetes y salir de todo el lío en el que estaba metido.

La puerta chilló al abrirse y _____ entró. Ella le sonrió, y por breves segundos, Oliver sintió que la tranquilidad volvía hacia él. No sabía por qué, pero ella parecía poseer ese don para transmitirle paz en los momentos más tensos. De algún modo extraño, Oliver sabía que _____ no sería capaz de hacerle daño y en silencio se alegró que fuese ella quien le extraería sangre y no otra enfermera, porque de no ser así... realmente no sabía si tendría la suficiente cordura como para dejarse manipular por otras manos.

- ¿Todo bien?- preguntó Oliver y sonrió nervioso.

- Sí.- cerró la puerta a su espalda y se adentró al cuarto. Oliver volvió a su posición de antes y se sentó sobre la camilla. Sus ojos la siguieron y el pulso se le aceleró al ver que comenzaba a revisar las herramientas que estaban encima de la mesa.- ¿Y usted? ¿Qué tal se siente?

- Nervioso.- admitió.

_____ le sonrió, pero Oliver no creyó que fuese por comprensión. Su sonrisa estaba teñida con una malicia y diversión que lo extrañó.

- Será rápido. No se preocupe.

- ¿Me va a doler?

Ella se rió con unas ganas que lo confundió aún más.

- No, no le va a doler, señor. Yo creo que hasta incluso lo disfrutará.

Él no entendió a lo que se refería, pero lo dejó pasar.

Oliver miró con horror el tamaño de la jeringa que la enfermera sostuvo por breves segundos antes de dejarla a un lado y se preparó mentalmente para lo que venía a continuación. Ella se volteó y le sonrió una vez más.

- Ya podemos comenzar con la donación.

- Bien.

Suspirando, Oliver se quitó la sudadera que traía puesta. _____ frunció el ceño y abrió la boca para preguntarle qué hacía, pero cualquier palabra que iba a decir quedó en el olvido al ver lo bien que lucía con una camiseta sin mangas. Dios, esos bíceps, esos brazos... este tío era puro músculo. Desde un principio, su cara fue lo que llamó su atención y la obligó a ir donde él. Pacientes así en la clínica no se presentan todos los días y sin dudarlo fue donde él para atenderlo antes de que otra enfermera lo hiciera. Era tan guapo, que _____ se sintió afortunada por tenerlo como supaciente.

- Hágalo rápido.- dijo Oliver y extendió el brazo en dirección hacia ella. Cerró los ojos con fuerza y tragó duro. Por un demonio, realmente tenía que estar desesperado para dejar que le insertaran una aguja en el brazo. Lo único que deseaba era que la enfermera caliente le sacara sangre rápido para salir pronto de la clínica.

- ¿Qué está haciendo?

Oliver abrió los ojos y al ver la expresión interrogativa en la cara de _____ lo confundió a él también.

- Esperando a que me saque sangre, pues.

Dios mío... pensó_____. ¡Él estaba allí creyendo que donaría sangre, cuando en realidad, ella misma lo registró como donante de semen!

Desde otro punto de vista, la situación parecía bastante graciosa. Así que, viéndole el lado cómico, _____ se rió. Y a pesar de que su risa era preciosa, a Oliver le molestó. ¿A caso se estaba burlando de él?

- ¿Qué es tan gracioso?- preguntó Oliver, fulminándola con la mirada.

- ¡No me estoy riendo de ti! Es que... oh, Dios mío.- ella siguió riéndose.

- ¿Qué?

- ¡Tú no entiendes! ¡Estás aquí para donar semen, no sangre!

Oliver palideció. Observó por un buen rato como _____ seguía riéndose, pero no le causó gracia. Joder y mil veces joder. ¿Cómo podía haber ocurrido esto? Oliver endureció la mandíbula.

- Y una mierda. Yo no pienso donar semen.

Se levantó enfadado, irradiando irritación hasta por los poros. Oyó detrás suyo una última carcajada de _____, y luego como lo llamaba.

- ¡Espera!

Oliver paró su caminata. Al girarse, pudo ver a _____ frente suyo, con una gran sonrisa en el rostro y con los ojos llenos de lágrimas por tanto reír. Y en contra de su voluntad, Oliver se encontró sonriéndole. Era inevitable no sentir cierta atracción cuando la veía de ese modo, radiante y llena de alegría. Le provocaba querer comérsela a besos.

Demonios, realmente quería besarla.

- Por favor, no te enojes.- pidió ella.- nunca antes me había pasado algo así.

- Y a mí nunca antes me habían pisoteado tanto el orgullo.

- Lo lamento.- dijo apenada.- intuí que querías donar semen. Supongo que debí haberte preguntado bien.

- Sí, debió haberlo hecho.

- Y tú debiste especificar que donarías sangre.

Él entrecerró los ojos.

- Usted es la enfermera, debería preguntar e informar mejor a sus pacientes.

- ¿Podrías dejar de dirigirte hacia mí como usted? Mi nombre es _____, puedes tutearme.

Oliver pestañó varias veces, mirándola sorprendido.

- ¿Que te diga cómo?- preguntó sintiéndose como un imbécil.

- A eso me refiero. Dejemos la formalidad a un lado. Me llamo _____Sparks, tengo veinticuatro años y pienso que eres caliente como el infierno.

_____ tomó la iniciativa. Ella nunca antes se había sentido tan atraída por un hombre que era menor que ella, pero Oliver hacía despertar sus deseos más impuros. Lo quería a él, y sólo a él. Quería que la follara sin piedad, que la besase hasta que sus labios sangraran. Sabía que con lo que acababa de decir Oliver se podía enojar, o peor aún, que su cumplido no pudiera ser bien recibido y la rechazara. Pero no podía retractarse. Lo deseaba, maldita sea, lo deseó apenas había posado sus ojos en él.

_____ esperó, y esperó. Pero Oliver no decía nada. Se mantenía clavado en su lugar, sin poder reaccionar o articular siquiera una palabra. _____ no sabía si ver su silencio como algo bueno o malo, pero ante el miedo de que tal vez pudiera rechazarla, lo cogió de la camiseta y lo tiró hacia ella para besarlo.

Sólo entonces cuando sintió los suaves labios de _____ sobre los suyos Oliver pudo reaccionar. Y antes de que pudiera comenzar a corresponderle el beso, ya tenía una creciente erección debajo sus pantalones. Gimió, colocando sus manos en la cintura de ella y acercándola hacia él para profundizar más el beso. Abrió aún más la boca y, cerrando los ojos, pudo disfrutar besarla de la manera más íntima y erótica que le pudo parecer.

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Donador de... Qué!? (Hot) - Oliver Sykes (OneShot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora