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Privarme del alcohol no sirvió de nada, aún así me levante cansado y con un ligero dolor de cabeza. Me hubiese quedado en la cama si no fuera por la ansiedad de esperar la llamada de la chica que había conocido ayer.

"Por dios..." dije internamente al sentir como me quemaban los huesos al salir de la cama. La noche anterior había sido mas de lo que tenía establecido normalmente, aún así no había sido gran cosa.

Baje rápidamente al estudio y me senté en la silla de cuero que seguía fría, me provoco escalofríos su contacto.

Mire hacia al teléfono fijamente, estaba perdido entre mis pensamientos y ese proceso del cerebro cuando despiertas muy temprano. ¿Cuando sonaría? ojala hubiese dado un horario, ¿Exactamente que era temprano para esa chica? esperaba que su temprano fuera 8 am y no 10 am, si no me había despertado temprano para nada.

Alfred entro a la habitación y al mirar que estaba ahi sentado me miro extrañado. No era comun que me despertará tan temprano por cuenta propia.

— ¿Tiene algún plan para hoy? — pregunto Alfred viéndome atentamente, tratando de descifrar la razón por la que estaba despierto tan temprano.

— Hasta ahora no — dije mientras fingía mirar alrededor de la habitación, como si estuviera interesado, pero en realidad no había mas que libros alrededor mio y muchas tonalidades cafés.

—  Le prepararé un café — me atacó por un momento con su mirado, note un pequeñito movimiento en sus ojos, yo asentí ante el tema del café, rápido volvi mi atención al teléfono oscuro y elegante.

Intente hacer algo, no tenía nada que hacer, solo papeles que me había dedicado a revisar ayer. Y aunque pensé que fingir que lea ponía atención me iba a llevar a eventualmente si hacerlo, algo inundaba a grandes gotas mi inundada mente;

Tenía el sentimiento que no iba a llamar.

Alfred llegó con el café de las mañanas, faltaban 40 minutos para que dieran las 9 y Alfred sirviera el desayuno.

— ¿Amo Bruce? — Alfred me miró burlón pero su tono de voz no lo reflejaba.

Importaba poco los papeles que fingía revisar y levante la mirada enseguida— ¿Si?

— ¿Espera una llamada? ¿O mirar al teléfono cada 15 segundos se volvió un tic habitual de usted?

Tal vez no era tan discreto.

— Espero una llamada.

— ¿Y como es la señorita?

Bueno...

Imposible que supiera, no había manera, para el solo había salido con un viejo amigo de la escuela por su cumpleaños.

— Claro que es una chica — respondió ante mi silencio.

No sabia si decirle que era esa chica. Tal vez se lo tomaria peor que con Selina.

— No es nada — decidí mentir — Me hice amigo de una chica, si, pero me levante temprano porque me estaba muriendo de hambre.

— El desayuno en esta casa siempre se sirve a las 9, así que no hay razón para levantarse temprano — dijo alzando la ceja sutilmente, había dicho una idiotez y Alfred empezaría a sospechar.

— Me dijo que llamaría— una verdad para ocultar una mentira serviría — solo que no dijo a que hora. Eso es todo.

Ya estaba desayunando en la cocina, ya eran las 9:20 y el teléfono no había sonado ni una sola vez. No iba a llamar. Tenía todas la razones por las que no llamar; muy peligroso, muy estupido, no le beneficiaba en nada.

— Debería relajarse — Alfred me miro con una pequeña sonrisa, en sus ojos se escondía un tono burlesco que trato de ocultar mirando hacia la mesa de la cocina.

— Estoy bien — dije mientras miraba el plato algo vacío perdidamente.

—Aun no me ha dicho como le fue en su fiesta.

— Estuvo normal — respondí con un sonrisa rápida.

Mentiroso.

Pues que bien.

Escuche desde lejos el teléfono sonando.

— Yo voy — corrí hacia el estudio y levanté rápidamente el teléfono, estaba apunto de hablar hasta que recordé que era lo que tenía que hacer.

"No hables"

— Hola — la voz de la chica ya estaba impregnada en mi cerebro, la reconocí al instante — Llamo para confirmar el pedido que se hizo hace un día — hubo un silencio, me repetía una y otra vez no arruinarlo, no contestar — ¿Hola? ¿Me escucha?

Y colgó.

— Pues eso fue rápido — Alfred me miró por la puerta.

— Fue una llamada equivocada.

Alfred tomo una bocanada de aire — No soy tonto ¿Que me ocultas?

— Stella Falcone.

— ¿Que?

El teléfono volvió a sonar.

— Hola — la voz tranquila de la chica me hizo olvidar que Alfred me estaba cuestionando sobre el nombre que acababa de tirar al aire — Perdón por el ruido, estoy subiendo escaleras — ademas de su voz a la que le faltaba un poco de aire se escuchaban pasos sobre madera que crujia — ¿Que tal?

— B-bien ¿y tú? — titubee, tonto.

— Además de las ratas en el ático, todo bien.

Alce mi vista por un momento, me arrepentí cuando me topé con la mirada de reproche de Alfred. Tal vez me había pasado esta vez.

— Cuelgue ya, lo van a terminar matando niño tonto — Dijo susurrante tratando de arrebatar el teléfono de mis manos pero sin mucho esfuerzo.

— En fin, no lo pensé mucho, podrías venir a donde trabajo, es seguro, ven a buscar un libro, es una librería café, en Rhode avenue, en la quinta cerca de la iglesia, la vas a reconocer, esta forrada de libros. Hablamos ahí. Hoy, si puedes después de las 12:30, es mi rato libre.

— Claro, suerte con las ratas — dije con un sonrisa tonta.

Puse el teléfono de nuevo en su lugar. Sentía el regaño por venir.

— Pensé que le había quedado claro. ¿Usted sabía que iba a estar en la fiesta?

— No — mentí... obviamente sabia que iba a estar ahí, había hecho todos mis esfuerzos posibles para siquiera llegar a el tema de Stella con Ronnie sin verme como desesperado — no sabía que iba a estar ahí, fue de la nada.

— ¿Y no pensó que tal vez esa niña tenga a las personas mas peligrosas de gotham  vigilandole el cabello y la espalda 24/7? — dijo Alfred masajeándose la cien, probablemente pensando en que haría si me había metido en un gran problema.

— Se ve tranquila sobre eso...

— Si, y ese truco de llamar y luego colgar no es algo que hace alguien que sabe que la vigilan.

Alfred solo decía verdades y yo fui un tonto, tal vez quede atontado por la manera en la que me miraba con sus ojos azules, tanto que olvide por completo que podría ser una loca, como todos en esta ciudad.

— Lo siento...

— ¿Ella sabe de los Búhos?

— Ya sabia de lo que le iba a hablar antes de si quiera mencionar su nombre.

— Bueno... — bufó Alfred

— Tengo que ir a una librería. Ahí es donde trabaja.

Alfred miro con desapruebo y abrió los ojos — ¿Con que trabaja eh?

— No seas así con ella — le reproche — Es amable.

— Deja de babear niño tonto.










....

tarde milenios en actualizar NO ME HABIA GUSTADO LOS TRES CAPITULOS QUE HABIA ESCRITO ANTES!!! así que los borre y volvi a escribir este :3

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2023 ⏰

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𝙒𝙀𝙎𝙏 𝘾𝙊𝘼𝙎𝙏 | bruce wayne . . .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora