— A partir de hoy cuidaremos de un pollo demonio. — decía el profesor de aquella clase.
Ese pollo era como cualquier otro pero aparentemente este no tenía cabeza sin embargo mueve las alas como si estuviera vivo. Bueno, al tratarse de un demonio pollo no era tan difícil de creer.
— Cuidaremos este pollo por cien días y después nos lo vamos a comer. — Dijo nuevamente el profesor.
Y ahí estaba Asa Mitaka, mirando con cierto desprecio a ese pollo demonio. Ella miró como todos sus compañeros estaban sorprendidos por aquel pollo pero ella decidió irse del aula.
— Que miedo, ¿viste como nos miraba Asa? — decía un alumno.
— Si, yo estaría igual si un demonio hubiese matado a mis padres. —
Asa iba caminando por los pasillos y se encontró con tres amigos que ocupaban todo el espacio para pasar.
— Dejen de usar todo el pasillo, no puedo pasar. — Pensó
Paso enfrente del baño y habían 3 amigas hablando.
— El baño no es lugar para charlas, váyanse. — Pensó.
Con dirección de ir hacia la azotea vio a una pareja acaramelada en las escaleras.
— Ojalá y se mueran — Pensó.
Ya en la azotea se apoyo en la barandilla y comenzó a comer un bocadillo que llevada con ella.
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— Pocos amigos vas hacer si sigues comiendo sola. —
Aquel comentario vino de la delegada de la clase.
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— ¿Quién necesita amigos? No sirven para nada. —
— Al parecer eres una chica bastante genial, eh. ¿Te importa si te acompaño? —
La delegada se apoyo de la barandilla junto a Asa, esta misma miraría el bocadillo que llevaba la delegada.
