𝔇𝔲𝔩𝔠𝔢 𝔭𝔢𝔠𝔞𝔡𝔬 (JENLISA G!P)

Capitulo 1

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**𝕯𝖚𝖑𝖈𝖊 𝕻𝖊𝖈𝖆𝖉𝖔**

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—¡Maldición! —jadeaba mientras corría—. Llegaré tarde. Esto me pasa por beber de más y perder el puto coche.

Mi nombre es Lisa Manoban y soy detective encubierta. Actualmente estoy en una misión para encontrar al líder de una de las mayores mafias en Corea.

Para muchos, esto sería emocionante, pero para mí es solo una fuente de estrés interminable. Si no me apuro, me van a regañar... otra vez.

—¡Mierda! —miro el reloj. Por suerte, llegué a tiempo, solo espero no toparme con la teniente.

—¡LISA! —gritó una voz detrás de mí.

—Mierda.

—¿Crees que esto es un Kinder? Llegas demasiado tarde otra vez —suspira la teniente Jihyo—. Toma tu misión y haz tu trabajo.

—¿Qué es esto? —pregunto mientras hojeo los documentos.

—Tu misión, fuentes confiables nos informaron que Jennie, la famosa "Princesa de Corea", fue vista anoche en un bar remoto. Es un maldito pez gordo así que si logramos capturarla, toda su red caerá.

—¿Pero tenemos claro quién es ella? ¿Al menos alguna foto?

—No tenemos imágenes confirmadas. Por eso esta misión es de alto rango, Lisa. Más te vale estar alerta.

—Bien, estaré atenta.

Y así, una vez más, mi jefa Jihyo me regañaba por llegar tarde, justo antes de darme una nueva misión. Tenía que ir encubierta a un club donde se rumoreaba que estaría Jennie, la legendaria líder de una organización criminal masiva.

—Ah, ya me lo imaginaba, otra pista falsa —me quejé mientras revisaba los archivos. La verdad es que no teníamos ninguna información precisa sobre Jennie. Todo lo que sabíamos era que manejaba su imperio a través de intermediarios. Esto iba a ser mucho más difícil de lo que pensaba.

Decidí que después de un día agotador, me merecía un descanso, así que me dirigí a uno de los clubes de moda.

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En algún lugar de Corea, el sonido de un disparo resonaba en la noche.

—¡BANG!

—¡Por favor...! —gimió un hombre, arrodillado frente a Jisoo—. Perdóname la vida. —¡Por favor...! Tengo una familia

—En ese caso, les enviare tus restos en una bolsa— Sin dudar jalo del gatillo y el cuerpo cayó inerte al suelo.

—Lady Jisoo, está hecho —Dijo dando una leve reverencia ante Jisoo, la segunda al mando de la organización criminal, dirigía cada operación con mano firme. A su lado, Tzuyu, su despiadada mano derecha, sonreía con satisfacción.

—Jennie ha vuelto a los clubes —informó Tzuyu.

— Me estoy cansando de hacer todo el trabajo pesado.—Dijo Jisoo con un tono furioso y agotado a la vez—.

Para Jisoo, Jennie era más que una líder: era un pez gordo para los oficiales antidrogas, una amenaza que debía ser eliminada. Pero Jennie siempre estaba un paso adelante, usando a sus subordinados como peones en un tablero de ajedrez mortal.

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**Jennie**

Mientras tanto, en una sala privada de lujo, Jennie apagaba su cigarro con elegancia.

—Consejal Lee —dijo con una sonrisa sádica—. Soy una persona muy ocupada, y aun así vine hasta aquí para divertirme un poco. ¿Y ahora te atreves a interrumpirme con quejas sobre una simple abogada?

Jennie miró al consejal con desdén, mientras sus guardaespaldas lo agarraban por el cuello, estrellando su cabeza contra la mesa.

—No hago tratos con gente que me haga perder el tiempo. Agradece que fuiste amigo de la familia Miyou, porque de lo contrario, ahora mismo estarías muerto —dijo Jennie, susurrando cerca de su oído—. Saquen a este pedazo de mierda de aquí.

Un portazo resonó cuando los guardaespaldas lo arrastraron fuera del club.

—Jennie, los sabuesos de la teniente Jihyo están aquí —le susurró uno de sus hombres.

—Mierda... Bien, asegúrense de encontrar una salida discreta.

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**Lisa**

Lisa, una maestra del disfraz, se movía entre las sombras del club. Nadie conocía su verdadero nombre, solo su alias, Lys. Para el mundo, era un fantasma; para la mafia, una amenaza letal.

—Supongo que en la zona VIP no encontraré nada. Esto es una pérdida de tiempo —murmuró mientras se preparaba para retirarse.

Pero justo en ese momento, chocó accidentalmente con Jennie.

Jennie la miró con interés, una sonrisa juguetona asomando en su rostro.

—Hola, disculpa por el golpe —dijo Lisa, mostrando su identificación falsa—. Me llamo Lys.

Jennie exhaló humo lentamente antes de responder:

—Llámame Bonnie.

—Bueno, Mrs. Bonnie, gracias y disculpa de nuevo. Debería retirarme.

Mientras Lisa se alejaba, sintió la mirada penetrante de Jennie sobre su espalda.

—¿Por qué le diste tu tarjeta de presentación? —preguntó Mina su guardaespaldas, una fría y calculadora mujer perteneciente a la Yakuza, quien había sellado una alianza con la mafia coreana.

—Porque se me antojó —respondió Jennie con una sonrisa traviesa—. Es muy de mi tipo.

Mina la miró en silencio, mientras Jennie añadío mirando de reojo la figura de Lisa alejandos:

—Espero verte de nuevo, pequeña coneja...