Había perdido la noción del tiempo durante el impetuoso trayecto. En su inmersa mente grababa cada recoveco abandonado del bosque como un mapa, no necesitaba frenarse a meditar para saber en donde se encontraba de pie. De todas formas, su resistencia aquella noche era una burla a su especie, apenas podía creer que perder a esa mujer al principio del anochecer había resultado imposible, no luego de todos sus años repitiendo la misma espantosa noche, mes tras mes, un año detrás de otro.
El granero era solo otro refugio en su camino. Ahí podía encerrarse, esperar al amanecer, pasar desapercibido y escapar de sus múltiples asechadores. Se encontraba a mitad de la nada, en una colina pintoresca que al menos lo hacía sentir en paz; por la abundancia del bosque, pocos se aventuraban a ingresar, el ambiente solitario tampoco impulsaba a los viajeros de paso a merodear por la zona, menos con las advertencias de peligro marcadas a lo largo del sendero, colgando de los árboles como letreros, cercando cada límite del bosque de extremo a extremo.
Era el primer lugar al que recurría debido al agotamiento. Las piernas no le daban para un kilómetro más, no se había alimentado bien en días, estaba sediento y exhausto, esperaba perderla pero ahora, a metros de ser atrapado, no logró idear un mejor plan que enfrentarla y desarmarla. En el mejor de los casos, seguiría su destino sin reparar en el pobre hombre desnudo entre el heno y el polvo, en el peor, lo acusaría por indecoroso y lo entregaría moribundo a la mesa directiva de algún pueblito aledaño.
Remus se hallaba reducido a un escondite modesto tras la intrépida persecución, dejando atrás algo más que solo su esperanza por sobrellevar otra fase lunar en su vida. Los escasos minutos que le tomó a la cazadora abrirse paso fueron un breve suspiro de alivio.
Estaba acabado. Con suerte pudo contener el aliento un par de instantes antes de exponerse en un imperceptible gruñido agonizante, resintiendo el dolor muscular. La carrera por su supervivencia le había cobrado toda la energía de la noche, además de su inexistente paciencia y su malograda cordialidad.
Se sentía de verdad irritado. Tanto como lo podía estar un hombre al que no se le había permitido un segundo de descanso, lo que habría sido un gesto decente. Los mechones de espeso cabello castaño se le adherían a las sienes, rozándole los pómulos descaradamente, acariciando la punta de sus orejas enrojecidas. Palpaba el asqueroso sudor resbalándole por la espina, apoyando la espalda en el muro, ignorando la picazón de la hierba en su carne tensa. La cabeza le palpitaba con horror, víctima de una migraña pasajera por la deshidratación a la que había sido sometido gracias a la desconocida detrás de sus huellas. Su garganta estaba reseca, su estómago vacío y su buen juicio fulminado.
Por supuesto que no atendió a ningún intento de llamado. Sus pulmones aún no reposaban ni controlaban la respiración para sostener una conversación casual con la mujer que casi lo mataba de cansancio.
De haber tenido la oportunidad, se habría librado fácilmente de dicha situación pero no. Remus Lupin se dignó a hacer un sutil acto de presencia, jadeando como única respuesta a su insistente interés.
La observó a metros de distancia a través de la cortina de pestañas, entornando los ojos sobre su figura pronunciada, sus piernas esbeltas y su cadera, alzando la mirada con curiosidad, detallando cada rasgo tenue en su cara con especial prudencia. Era joven, no imaginaba su edad aunque estaba seguro de duplicarla solo un par de años, sus mejillas estaban perladas de sudor, extasiada por la adrenalina del momento y entregada a demostrar su buena voluntad a un completo desconocido–así sea dicho, él–.
El bufido que brotó naturalmente de sus labios fue reprimido por un carraspeo, analizándola al botar sus armas junto a una columna de soporte, indicándole que estaba a salvo con ella.
Como si procurara de su ayuda.
¿Acaso no merecía un ápice de respeto humano? ¿La audacia de los cazadores era así de desdeñosa todo el tiempo?
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ACÓNITO +21
FanfictionÉl es una criatura peligrosa. Ella es una cazadora. CONTENIDO +21. No dirigida a un publico menor de edad, ni apto para sensibles. Escenas explícitas de sexo no consensual, sangre, transgresiones y abuso de índole sexual, violencia gráfica, sado/ma...