𝐒 𝐔 𝐄 𝐍̃ 𝐎 𝐒 𝐏 𝐎 𝐒 𝐈 𝐓 𝐈 𝐕 𝐎 𝐒 || ¿Que es lo que uno puede querer realmente después de tener días difíciles?
Que tal... escapar de la realidad a través de los sueños.
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Las personas murmuraban bastante últimamente, observaban a cierta chica y luego soltaban una risotada como si se tratarase el mejor chiste que habían contado, y en efecto, era un gran chiste.
Veían como una chica estaba más dormida y le habían dado un pelotazo en la cara haciéndole caer. Y todos e cada uno se reían, a excepción del profesor que se encontraba allí, quien con preocupación fue hacia la femenina que se había caído de una forma chistosa en el patio del colegio.
— Señorita, usted se encuentra bien? — pregunto estúpidamente aquel profesor solo para escuchar aún más las risas de los jóvenes que estaban mirando, este le dedicó una mirada severa — ¡Dejen de reírse, o si no, la directora les escuchará y les dejará a todos sin recreo!
"Que buena forma de empezar el dia"
Apenas recobrando su recompostura, se sentó sobre la tierra, ni si quiera le había tocado un lugar pastoso como para caer de la forma más ridícula posible y tratar de agarrarse del aire.
Para mejorar la situación tenía sus manos ahora con tierra, sintiendo asco por eso mismo.
Observó como el profesor se dispuso a regañar y callar a la multitud de estudiantes que estaban, provocó que chasquear la lengua y ella misma se tuviera que ayudar, pues nadie le ofrecía mínimamente una mano como para ayudarla a levantarse del lugar. Se levanto haciendo fuerza mientras miro la culpable de su caída, la pelota y el chico quien tiro la pelota.
Si la mirada matarán, no lo matarían a esa persona, lo mutilaria y le daría de comer a los perros.
— Esto es una mierda. — murmuró para si misma.
Ella andaba solamente caminando y queriendo tomar aire fresco y le reciben de esa forma. Que cruel era la vida cuando se le apetece.
El profesor la observó como se levanto, y preparó su voz para seguramente meterle un regaño.
— Jovencita! debe de fijarse pro donde va y además de que también pudo haberse lastimado. ¿¡Que se el ocurre pasar por la cancha!? ¡Además parecía que estaba sonámbula!— reprocho el mayor de edad elevando su voz.
Ella simplemente lo miro sin decir nada, mantuvo una cabeza gacha para contestarle.
— lo lamento profesor. No descanse bien hoy y no mire bien — se excusó — tendré cuidado para la próxima.
— qué así sea. — Dejo de prestar la atención para observar ahora el chico quien lanzo la pelota — ¡Y tu muchachito! ¡fíjate bien por donde lanzas!
Aquel chico solo sonrió descaradamente. Parando las risas que soltaba junto los demás de su compañero, y actuo de manera apenada ante las palabras del profesor.
— Lo siento, tendré cuidado la próxima vez. Tampoco me fije que pasaba un zombie — dijo.
La muchacha lo miró con odio, mientras que el vacilaba y los demás de su compañeros se reían ante el chiste. Pero rápidamente el profesor los calló.
