× IV ×

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× Edderkopp ×

Pov omnisciente.

Habían pasado varios días de aquel amistoso con el Bayern Munich y ya el equipo celeste había vuelto a Manchester a seguir entrenando. Álvarez, a pesar de que quiso, no le contó nada sobre su drama que tenía con su ex-compañero de River a Haaland ya que, a pesar de que el noruego parecía ser con quién más confianza había agarrado, no lo quería preocupar con su fallida vida amorosa y, además, estaba demasiado cansado mentalmente como intentar encontrar las palabras adecuadas en inglés para explicarle todo lo que había pasado entre él y Fernández.

Al volver a Manchester se integraron dos incorporaciones más al equipo, el sueco Manuel Akanji y el español Sergio Gómez. Manu, como le llaman al sueco, desde el primer momento demostró una personalidad cálida y muy tranquila, por el otro lado Sergio, demostró ser alguien muy simpático y gracioso sin embargo bastante tímido y ansioso con los grupos grandes de personas. Desde el minuto cero el español notó que Álvarez era alguien que por lo general andaba por si solo, a veces acompañado por Haaland y otras por Foden, pero en su mayoría distanciado de los demás así que en el minuto uno se le acercó al argentino y al minuto dos ya el español se le había pegado al joven araña. Por más de que se había vuelto amigo del español con una increíble rapidez, su cercanía con Erling había incrementado mucho y eso le otorgaba una comodidad grande al argentino.

Pasó apenas un mes y medio, demasiado rápido para el gusto del que disfruta de la vida, no había pasado mucho, en los partidos el Man City arrasó cómo una furiosa marea celeste gracias a lo increíblemente fácil que Haaland lo hacía parecer y ahora se venía un desafío del que en Argentina se llamaría como "un partido aparte" o "un partido distinto", a tan solo una semana se estaba palpando la previa del Derby, los diablos rojos contra los cityzens, azul contra rojo, la batalla épica que es favorita de todos.

Durante esos días, el joven cordobés y demás compañeros habían notado el mal humor de Erling, resultó ser bastante obvio para todos la repentina seriedad con la que el noruego entrenaba y esto lo intrigó mucho a Julián y a Phil, a la moción se sumó Sérgio porque justo estaba pasando, así que el argentino decidió preguntarle de frente al noruego apenas finalizaron el entrenamiento.

- Eu, Erling. - lo llamó el cordobés con timidez al notar el gestó fruncido de su amigo.

Haaland volteó manteniendo aquel gesto en su rostro, un aura extraña cubría al joven androide que provocó que Foden y Gómez, quienes estaban al lado de la araña, tragaran saliva y se mantuvieran a una distancia considerable del argentino y el noruego. Erling no dijo nada, solo levantó el mentón en señal de que estaba escuchando y Álvarez al notar aquello ladeo levemente la cabeza al notar la actitud del más alto pero aún así continúo.

+ ¿Está todo bien? + preguntó frotando suavemente sus manos en señal de nerviosismo.

+ ¿Por qué? + cuestionó algo tajante a la pregunta de su compañero mientras agarraba su botella de agua.

El argentino frunció levemente el seño al escuchar ese tono desafiante, pero no pretendía buscar conflicto, así que tomó un poco de aire y prosiguió con tranquilidad.

+ Porque estás muy serio y pareces enojado estos días. + dijo con algo de torpeza en su vocabulario pero con la suficiente seriedad en su tono para que darle a entender al noruego que no le había gustado el tono de su respuesta anterior.

+ No sé de qué hablas. + respondió manteniendo ese aire cortante que llevaba en esos últimos días.

Esta última respuesta no le causó mucha gracia al cordobés, podía ser tímido y tranquilo pero si había algo que todos los que habían jugado con el jóven de Calchín saben era que Julián es poco tolerante con la insolencia, la araña apretó la mandíbula con fuerza en señal de molestia y ya no le quedaba mucha paciencia de sobra, se podía aguantar muchas cosas pero una mala actitud era algo que siempre detestó. Haaland por su parte estaba distraído juntando las pelotas que estaban cerca suyo y de Álvarez, al notar que el cordobés no le estaba diciendo nada lo miró de reojo y le hizo una seña con la mano, apuntando a su oído, resaltando por segunda vez que estaba escuchando.

The Damn LanguageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora