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Bajo el dosel del bosque iluminado por el sol, Beomgyu sonrió cuando Taehyun colocó suavemente una corona de flores en su cabeza. Las flores eran sorprendentemente blancas, las hojas y los tallos estaban agrupados y retorcidos unos sobre otros.
Taehyun sonrió mientras él también estaba adornado con pequeñas flores blancas, aunque para nada como la corona que estaba regalando.
La corona de flores fue un hermoso regalo, pero Taehyun no sabía por qué la había hecho. Fue solo un pensamiento simple que le vino a la mente cuando vio las flores junto al campo abierto. Vio lo brillantes y bonitos que eran, así que decidió hacer un dulce regalo para Beomgyu. Sin dudarlo, las tomó y las acomodo como un detalle para su amigo.
¡A Beomgyu le gustaría esto! Había pensado mientras salía del campo con la corona de flores.
Y efectivamente, eso pasó. Beomgyu le dijo que se lo colocara en la cabeza ya que no quería dañarlos al colocarlos bruscamente con sus propias manos. Entonces, con cuidado, Taehyun colocó la corona de flores sobre su cabeza y la ahuecó un poco, asegurándose de que la corona estuviera bien ajustada.
Una vez que estuvo a punto de dejar caer los brazos, escuchó algo.
"¿Mmm?" Taehyun tarareó mientras giraba la cabeza hacia atrás.
No vio nada.
Los arbustos detrás de él estaban quietos y las ramas bajas de los árboles se balanceaban como bailarines en cámara lenta. Todo estaba tal como permanecía momentos antes.
Todavía. Tranquilo. Pacífico.
Sin embargo, Taehyun no dejó pasar el sentimiento, porque por alguna razón, sintió que debería tratar de entender qué era. Era un sonido tan extraño, y sabía que debería ignorarlo, pero no pudo evitarlo. Quería saber lo que acababa de escuchar, pero al mismo tiempo, no quería pensar demasiado.
"¿Taehyun?"
Taehyun volvió la cabeza hacia Beomgyu, quien lo miraba interrogante.
"Taehyun, ¿qué pasa?"
"Oh... Nada...", murmuró Taehyun. "Yo solo...."
Luego giró lentamente la cabeza, pero aún así, los arbustos detrás de él no se movían y las hojas de arriba simplemente se balanceaban con la ligera brisa. De repente, un escalofrío le recorrió la piel, pero lo ignoró y en cambio se permitió sentir la luz del sol que lo tocaba tan cálidamente.
Qué ridículo.... Pensó con una leve sonrisa mientras se volvía hacia Beomgyu, quien aún esperaba una respuesta. Luego dejó caer los brazos y dejó escapar una pequeña risita.
"Nada. Solo pensé que escuché un silbido".
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