Kim Seok-Jin

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Kim Seokjin - Querida ama de casa

"¿Están listos para irnos?" Le preguntaste a tus hijos cuando se estaban poniendo los zapatos, listos para ir a la escuela. "Si, mami." Respondieron. Tu esposo todavía estaba en la ducha, así que le dijiste que irías a dejar a tus hijos al autobús escolar. Cuando recibiste un "esta bien" como respuesta, tomaste las mochilas en tu mano y te fuiste.

"¿Mami?" Tu hijo, Donghyun te llamó. Él sostuvo tu mano mientras caminabas y tú hija sostuvo la otra. "Si, cariño." Respondiste, mirándolo. "¿Qué haces todo el día?" Pregunto. Frunciste las cejas ante una pregunta tan repentina. "¿Por qué lo preguntas?" "Porque nuestro maestro preguntó ayer sobre el trabajo de nuestros padres". Tu hija respondió en lugar de Donghyun.

"Puedes decirle que soy ama de casa". Dijiste. Tu hijo hizo un puchero por tu respuesta. "Pero mami, ¿Por qué no trabajas? Todos mis amigos, tienen una mamá que trabaja". Dijo y ahora entendiste lo que quiso decir. Puedes entenderlo, a la mayoría de niños de su edad les gusta presumir la profesión de sus padres. Lamentablemente, ¿como puedes decirles que su padre simplemente no te deja? Que tenías un trabajo increíble, pero tu jefe era la persona equivocada. Tu jefe fue el quien te ató a él y te encerró en una prisión llamada matrimonio.

Querías volver a trabajar. Sabías que Jin no te dejaría, pero intentarlo no sería malo. Estas haciendo esto para que tus hijos no se avergonzaran de ti. No es que lo sea, te quieren por quien eres. Pero querías hacer algo cuando no había nadie en casa. Estabas muy sola cuando tus hijos estaban en la escuela y Jin se iba a trabajar.

Después de dejar a tus hijos en el autobús escolar, estabas de regreso a casa. Estabas considerando pedirle a Jin que te dejara trabajar. No para el, eso es seguro. Recuerdas las veces que usaste el trabajo para él como su secretaria. El solo pensamiento te hizo estremecer. Su posesividad y obsesión era algo que no puedes manejar.

Cuando llegaste a casa, lo viste tratando de atarse la corbata. "¿Puedo ayudar?" Preguntaste con calma. Miró hacia ti y movió su mano hacia adelante. Tomaste la corbata de sus manos y comenzaste a atarla. Te miro todo el tiempo. Ya estás acostumbrado a su mirada, así que realmente no había problema.

Después de atarle la corbata, decidiste hacer la pregunta. "Jin, quería preguntarte algo". Dijiste con voz tímida. "Prosigue". Dijo mientras se ponía sus calcetines. "Estaba pensando que debería empezar a trabajar, ya que me aburro cuando tú y los niños no están en casa". Dijiste. Dejo lo que estaba haciendo y te miro, una mirada divertida. "Que valiente eres al hacerme esa pregunta". Sonrío y se levanto, acercándose a ti. "¿Por qué querrías trabajar? ¿Hay algún hombre con el cual estes saliendo a mis espaldas? ¿Quien te quisiera de todos modos?" Su última frase hizo romperte el corazón.

"Simplemente me aburro". Dijiste, tratando de ser lo más genuina posible para tener su permiso. "Bueno". Se encogió de hombros. Te sorprendiste bastante cuando accedió sin reprochar. Le sonreíste hasta que "eso no significa que no harás tus deberes. Quiero que la cena esté preparada cuando esté en casa. Todo debe estar en orden". "Esta bien, esta bien. No te decepcionare". Dijiste besando sus mejillas y corriendo a la habitación, notando un indiferente Seokjin parado como estatua, sonrojándose.

Habías conseguido un trabajo en una panadería como panadera. Como eras muy buena con la repostería, obtuviste el trabajo fácilmente. De alguna manera de las arreglaste los primeros días, ya que lograste llegar a casa y preparar la cena. Tus hijos estaban en casa del tutor, así que no tenías que preocuparte por ellos también.

Hoy tuviste un pedido de un enorme pastel de cumpleaños, el cual estabas preocupada por no llegar a casa a tiempo. También estabas preocupada por tus hijos. También por el tiempo del horneado del pastel que llevaba mucho tiempo. Miraste la hora y viste que ya eran las 6:37pm. Jin estaría en casa después de una hora, así que tienes mucho tiempo. Empezaste a concentrarte en el pastel.

"Esta hecho". Suspiraste cuando terminaste con el pastel. "Sra. Lee, he terminado por este día". Llamaste a la dueña de la tienda. La Sra. Lee era una señora de 50 años y te trataba como su propia hija. "Esta bien, cariño. Cuídate". Ella te dio una sonrisa.

Cuando llegaste a casa, recogiste a tus hijos en el camino, inmediatamente fuiste a la cocina. A mitad de la preparación de la comida, sonó el timbre. Sabías que era Jin, te limpiaste las manos con el paño de la cocina y abriste la puerta. Le sonreíste y lo besaste, tal y como él había pedido en los primeros días de tu matrimonio.

"Tomare un baño, prepara la mesa hasta entonces". Te pusiste nerviosa a lo que él dijo. "L-la comida aún no está lista". Tartamudeaste, sabías lo que significaba hacer enojar a tu esposo, y realmente lo sabías. "¿Qué quieres decir con 'la cena no está lista'?" Te dijo con tranquilidad. Si de alguna manera, incluso de alguna manera llega a saber que debido a tu trabajo de medio tiempo no pudiste cocinar la cena a tiempo, te acabas de meter en problemas.

"Lo siento, salí tarde del trabajo. Estará lista la cena en 30 minutos". Dijiste '30 minutos' y corriste a la cocina. Sin embargo, 30 minutos no fueron suficientes ya que tus hijos estaban haciendo un desastre en la sala de estar. Jin claramente odiaba el desorden en la casa, así que rápidamente decidiste ir a limpiar.

El día no podía ser peor cuando Jin salió del baño y se sentó en la mesa del comedor. "¡Pensé que 30 minutos eran suficientes para ti!" Grito cuando vio la arrocera todavía encendida. Abriste mucho los ojos "Lo siento, lo siento mucho. Estaba limpiando el desastre que causaron los niños". Temblaste. "Entonces, ¿ahora culpas a los niños de tus errores?" Aceptar de tu error era lo mejor en ese momento. "Lo siento, por favor perdóname." Te disculpaste con voz temblorosa.

"Me ocuparé de ti después de la cena. Ve a preparar la cena. ¡RÁPIDO!". Rápidamente fuiste corriendo a la cocina. Te alegraste de que el arroz ya estuviera listo. Rápidamente fuiste a servirle a Jin y estabas a punto de sentarte en tu lugar pero él tomó tus manos y te hizo sentarte en su regazo. Claramente estabas sintiendo su erección y tus ojos se abrieron en cuanto pensaste lo que sucedería esta noche. El sonrío ante tu reacción y comenzó a comer. Durante toda la cena, su mano bajaba por tus muslos.

"Limpia esto y ven al dormitorio". Te levantaste de alguna manera porque tus piernas estaban entumecidas. Después de limpiar la mesa y los platos, te dirigiste al dormitorio. Pensaste que Jin ya estaba dormido, pero estaba despierto, mirándote con lujuria.

"Desnúdate". Exigió. Tragaste fuerte y sin decir nada te desnudaste. "Tenías un trabajo y era mantener feliz a tu esposo, ¿ni siquiera puedes hacer eso?" Pregunto mientras sonreía y te besaba con dureza.

Nunca podrás olvidar esa noche. La forma en que decidió aislarte. "Ni siquiera pienses en visitar a tus padres este fin de semana. Hasta que sienta que hayas vuelto a la normalidad, te dejaré salir, mi querida ama de casa". Dijo mientras te embestía y llorabas de dolor.

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