Sun and Moon

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Un día de tantos a una nube se le ocurrió presentar a todos sus amigos el sol, la luna, los cometas, las estrellas, los planetas y las constelaciones; al parecer el sol y la luna no se entendían, la luna se quejaba de que el sol era muy sobrevalorado y este a su vez decía que la luna era muy apagada.

No tuvieron interés en conocerse hasta que la luna por quien sabe qué motivos le hablo al sol, este prefirió evitarla por lo que la luna no insistió más y lo dejaron ahí.

Paso un tiempo y la nube le pidió un favor al sol, era el cumpleaños de luna y quería hacerle un regalo especial por lo que necesitaba su ayuda, el sol acepto solo porque la nube era su amiga, mas no imagino que la luna se haría tan importante en su vida desde el momento en que acepto ayudar a su amiga.

Varios días pasaron después del cumpleaños de la luna y el sol con ella eran cada vez más cercanos, la luna brillo un poco más que antes y, el sol estaba contento con eso; pero no imagino que ese mismo brillo lo haría hacer locuras por la luna.

El sol se enamoró de la luna y daría todo por su amor, su bella luna.

Comenzaron a salir y la luna empezaba a acostumbrarse a brillar junto al sol y, a su vez, este brillaba mucho más; pero, no se daba cuenta que la luna con el tiempo se alejaba y este causaba que de poco a poco se apagara.

Un día de aquellos la nube, su vieja amiga, le pregunto porque se veía triste y apagado; el sol le conto que se debía a que la luna - Ella se está alejando de mí y eso me hace mal, no soporto sentir su ausencia... - Su amiga le dijo que no se preocupe que con el tiempo todo mejoraría, el sol confió y creyó en sus palabras.

Oh que gran error...

El confió en su amiga porque la nube siempre estaba junto al sol, así que este le hacía caso en casi todo; pero, esto no era lo único, la nube también era amiga de la luna al ser ella quien los presentó a los dos.

La nube era como el puente entre ambos; para el sol era la única forma de saber cómo estaba la luna, pues ella cada vez más se alejaba de él. Y este ya no hallaba más formas se saber de su bello amor, su hermosa amante.

Lamentablemente con el pasar de los días y meses la nube descubrió algo que era posible que dañe al sol. No le quería decir, pero debía de saberlo, era su amigo y no merecía eso.

Así que, fue con él, le dijo que la luna se acercaba cada vez más a la tierra y casi nunca se alejaba de ella.

El sol no lo creía, él pensaba que la luna y la tierra eran solo amigos, que su bella amante nunca le haría daño ni lo dejaría por alguien más.

Otro error...

La luna volvió a acercarse al sol, dándole su afecto, pero aun así paraba con cierta distancia hacia él. Si el sol supiera que solo era porque se peleó con la otra persona que ocupa sus pensamientos en todo momento y ese no era él.

La nube insistía en que su amigo el sol dejara a la luna, pero él se negaba porque sentía que era lo que necesitaba para ser feliz, su mejor amiga seguía insistiendo diciéndole que la luna no era para el que le hacía mucho daño y que debía alejarse pero al ver que el sol no hacía caso, se cansó y lo dejo con su terquedad.

El sol no lo notaba pero la luna le hacía mucho mal y eso todos lo miraban. El sol estaba ciego de amor pero no era tonto ya dudaba, había pasado tantos días solo que ya no sabía ni como encender esa llama que una vez lo hizo resplandecer.

Hasta que, en su duda y miedo, el sol decidió seguir a la luna uno de los tantos días que se iba y volvía varias horas después; un día de aquellos en el que él se quedaba solo sin la compañía de su bello amor.