Bruja

Brorrador. 1

Miro como poco a poco el sol se va escondiendo entre los arboles, dejando el bosque con tonos suaves y colores cálidos. Mis manos no paran de temblar a medida de que pasan los minutos, estando consciente de que tarde o temprano el me encontrará.

Se que fue una idea estupida intentar tener un espacio lejos de el, pero mi instinto se rehusa a no tener libertad.

Miro la el bosque con alegria y por fin sintiéndome plena, el aire, la tierra que siento con mis pies descalzos, el el sonido de un rio cercano, me hacen por fin sentirme viva. Mi conexión con la naturaleza es algo que solo los brujos tenemos, ya que la madre naturaleza y la diosa luna son nuestras creadoras. Así que para mi estar encerrada en ese castillo de rocas y decoración ambigua, viene siendo una cárcel para mi.

Doy un paso con dirección al rio, intentado hacerme a la idea de que por fin me alejare de este pueblo y podré vivir libre sin que ningún hombre me quiera capturar por ser su alma gemela.

Mis pensamientos me atormentan, ya que soy consiente de que jamás escapare de el, aunque mis pies ya están corriendo y mis lagrimas me dificultan la vista. Mi cuerpo esta ansioso de sentir el agua fría abrasando mi cuerpo.

Cuando llego al rio no lo pienso demasiado cuando me tiro al agua, la cual esta fría debido a que apenas hace unas lunas que se fue el invierno, pero en verdad me importa poco que esta temperatura no sea la adecuada para mi, solo quiero entregarme a la naturaleza, solo quiero ser libre y poder venir cuantas veces quiera a esta zona del bosque. Siento como mi cuerpo es abrazado por una frialdad que me cala en lo mas profundo de mi ser.

Pero así como vino esa maravillosa sensación de libertad, así mismo se fue, cuando las manos de ese hombre me toman de la cadera, y el calor de su cuerpo me arropa. Siento como el me jala a la orilla y ahí es cuando me di cuenta de que me estaba ahogando.

— ¡¿Acaso te querías morir?! — Su voz sale en un grito furioso, completamente dominado por su bestia interior. Sus ojos se encuentran rojos, junto con una expresión colérica. Delatando su desesperación por mi comportamiento.

Toso mirándolo un poco arrepentida, aunque sintiéndome enojada por arrebatarme mi momento de paz.

— Solo, déjame en paz. —Me levanto despacio, sintiéndome incomoda por estar mojada teniendo un vestido blanco. —Ya voy a volver, solo quería...

Escucho su suspiro de frustración, mientras que le doy la espalda empezando a regresar a mi cárcel personal.

—Estoy consciente de que es difícil para ti...—Hace una pausa deteniendo mi paso y colocándome su chaqueta para bríndame calor.—Tener que pasar tiempo conmigo, incluso estar en la misma habitación que yo. Pero no puedo vivir sin ti Nicole, la diosa Luna nos volvió almas gemelas y durante muchos siglos te estuve buscando, aunque sea un egoísta no puedo dejarte.

Su voz es casi un lamento, lo miro serena, sabiendo que aunque el quisiera dejarme no puede, los hombres lobos no duran mucho sin sus parejas y la diosa Luna nos quiere juntos. Solo que yo no se que hacer. No quiero lastimarlo, pero el venir de una relación tóxica a esto es demasiado para mi.

—Volvamos, que tengo sueño. Y solo por hoy deberíamos hacer una tregua, estoy cansada de todas las peleas.

—Por fin algo en lo que estamos de acuerdo.

Caminamos despacio mientras hablamos del porque ese bosque era tan bonito. Ambos conscientes de que nos depara un camino largo para ser una pareja, pero con cansancio de nunca tener resultados distintos.