Todo está oscuro, tan oscuro que logra nublar mis pensamientos.
Este lugar de nuevo. Hace frío.
Sola, sentada en el suelo que no ayuda a mi falta de calidez, anhelando la suavidad de un consuelo.Frío, tengo frío. Observo el mar desde los huecos entre las columnas del balcón.
Las olas se escuchan agitadas, aunque apenas puedo verlas en la oscuridad.Finalmente empiezo a llorar, debatiendo mentalmente en si dejar de abrazarme a mi misma para tapar mis oidos y defenderlos de los insultos y gritos constantes que se lograban escuchar desde el interior de la casa. Pero si dejaba de abrazarme mi cuerpo estaría más expuesto al viento frío.
Siento un nudo en la garganta y angustia que me aplasta el pecho mientras tiemblo.
El agua se ve negra.
Fría....
No dejo de cuestionarme
Al anochecer
Las cigarras lloran
...
"Que tonta" escucho a una voz decir, seguida del suave tintineo de cascabeles.
Rápidamente me seco las lágrimas saladas como el mar, con la amargura de un mal final.
Espero no tener un mal final.
"¿Scaramouche?" Pregunto tratando de que mi voz no suene temblorosa.
Como respuesta solo sentí que me lanzaban algo suave a la cabeza, rápidamente veo que se trata de una manta y la envuelvo aliviada de tener algo para protegerme del frío.
Me doy la vuelta para ver que Scaramouche estaba de pie en el techo, viéndome con una mezcla de disgusto y preocupación.
"Te dejo a tu suerte unos días y te expones a enfermarte, de verdad eres una tonta" negó con la cabeza, haciendo que los cascabeles tintineen "en serio, no entiendo por qué no me dejas intervenir, se callarían hasta el fin de tus días" dijo refiriéndose a mi madre y su marido, rodando los ojos.
Suspiré pesadamente y me paré para sentarme en el barandal del balcón, cuidando que la manta no se me caiga, mientras escuchaba como el de ojos lavanda bajaba del techo.
Los tintineos suenan como un extraño y necesitado consuelo.
Volteo a ver como deja su sombrero en el suelo.Con mis ojos sigo cada uno de sus movimientos cuidadosamente.
Delicado, decidido, autoritario.
Toma asiento a mi lado y pasa sus manos por su cabello, dejando salir un suspiro pesado y cansado.
Saca un cigarro y lo prende, poniéndoselo entre los labios.Odiaba que haga eso.
"¿Qué pasa? ¿Te disgusta que fume?" Preguntó con una sonrisa confidente, a lo que asentí lentamente, sin cambiar mi expresión agotada y al borde del quiebre "Si lo que sientes es alguna suerte de miedo por mi salud, no llenes tu cabezita de precupación por eso, no soy tan débil como tus abuelos"
Siento una presión en el pecho, como si estrujaran mi corazón y mi garganta.
El humo del cigarro me sofoca.No puedo aguantarlo por más tiempo.
Scaramouche vuelve a suspirar y tira el cigarro al vacío.
Con movimientos no tan certeros, me abraza, y finalmente me quiebro.Hasta el pecho de alguien como él sería suficiente para reconfortarme.
Lloro.Luego de unos minutos, cuando ya sentía más calma, el baladista se separa y se prepara para retirarse, ajustando su sombrero una vez más en su cabeza.
Lo saludo lentamente con la mano, pero antes de irse, se acerca una vez más.
Todo pasó tan rápido. De un momento a otro estaba sosteniendo mi mejilla, sonrojada, mientras él sonreía.
Y no, no fue por un beso.
Me había golpeado.
"Esa será mi llamada para tu despertar, entérate de que eres tonta, pero no débil, así que vamos a salir de esto, te voy a arrastrar si es necesario, pero tu vulnerabilidad no prevalecerá, te lo prometo"
Y sin más, se fue.
...
Llanto del cielo
Se transforma en lluvia
Nube blanca