Si mañana fueses a morir, ¿qué harías hoy?
Cada movimiento que Sky hacía sobre el escenario desbordaba de gracia. Dejaba que la música poseyera cada fibra muscular de su cuerpo, viéndose como una conexión instantánea entre él y la música. Como si él fuese hecho para ella, y ella para él.
Las luces que se reflejaban en el glitter de su maquillaje y en los brillos de su traje le hacían ver como una supernova. Y de la misma manera que una, él abría sus brazos como si estuviese expandiéndose como si abriese sus alas, siguiendo la melodía y dejando a los expectadores con el aliento atascado en sus gargantas. Sus manos terminaban cada paso con la delicada posición de sus dedos característica de un bailarín.
Era como un ave surcando los cielos. Se veía libre. Se veía siendo él mismo.
Jimin...
En mi mente retumbaba su nombre mientras yo sostenía la bandeja con mi mano derecha, donde reposaban unos vasos que había ido a retirar de una mesa ya vacía. Pero cuando la música comenzó y su nombre fue anunciado no pude evitar detener mi andar y girarme hacia el escenario.
No podía moverme. Cada vez que le miraba bailar, las personas desaparecían de mi alrededor y lograba olvidar todo. Y entonces, yo también me sentía libre. Sentía como si pudiera confiar en que habría un pequeño haz de esperanza al final de este camino que estábamos recorriendo porque sentía que valía la pena estar vivo después de todo.
Podría haber pasado horas observándole bailar, sin cansarme nunca, abrazando esos momentos de libertad efímera.
- ¿Por qué te gustan tanto los autos? - me preguntó una vez, mientras ambos estábamos dentro de uno de los autos que yo había arreglado y sacado a pasear para probarlo.
Con mis manos acaricié el volante del costoso vehículo, palpando el cuero que lo cubría. Jimin estaba a mi lado en el asiento del copiloto, con sus rodillas contra su pecho, abrazándose a si mismo y con la cabeza inclinada hacia mi lado.
- Los autos son... para mí algo así como las alas para las aves - respondí, acomodando mi espalda sobre el respaldo y sintiendo la comodidad de un auto con un buen diseño - Son capaces de llevarte a casi cualquier lado... y si conduces lo suficientemente rápido, puedes escapar de lo que sea. Incluso de ti mismo.
- ¿Quieres escapar de ti? - preguntó con la voz suave. Yo mantenía mis ojos sobre la superficie tersa del cuerpo bajo mis palmas.
- No exactamente de mí, pero sí de mis pensamientos. De mis preocupaciones y mi vida - Inspiré hondo, inflando mi pecho y solté todo el aire, me desplomé contra el respaldo, cerré mis ojos y solté el volante para apoyar las manos en mis muslos. Abrí los ojos para ver la carretera desierta hasta donde había conducido. Me hacía imaginar que al final estaba la salida, y que aun así nunca lograría alcanzarla con vida - Cuando conduzco a toda velocidad, cuando corro carreras... siento que mi vida no puede atraparme. Siento que mis pensamientos quedan atrás, y ya no puedo pensar en nada más. Es, en esta ciudad, la única libertad que puedo permitirme.
- Como yo con la danza - reflexionó. Giré mi cabeza para verle, haciendo contacto visual con sus ojos color avellana, su mirada estaba relajada mostraba una sutil sonrisa en sus labios - Cuando bailo... olvido todo por un momento. Cuando soy Sky, soy otra persona. Olvido mis demonios, aquellos que me persiguen para recordarme que nunca podré ser feliz.
Para algunas personas, ese pensamiento podría llegar a ser demasiado trágico y exagerado. Pero para Jimin y para mí era una triste realidad.
- Y también me sucede contigo. Cada que te beso, o hacemos el amor, no puedo pensar en otra cosa más que en ti y en mí. Es como cuando bailo. Me conecto con el momento. Como si estuviera bajo un hechizo, y soy feliz por ese tiempo. Pero una vez que termina, la realidad me golpea - sus ojos se pusieron brillosos y su expresión se tornó seria, incluso algo fría. Era la resignación y el vacío - Me despierto de esa fantasía, se deshace el hechizo, y entonces viene el dolor.
ESTÁS LEYENDO
• SKY ; Dreaming ~ [JIKOOKMIN] • (3SHOT)
FanfictionEl distrito de San Marco tenía todo lo que Jungkook odiaba; las personas eran privadas de su libertad de expresión. Allí, ser quien eras podía poner una bala directo en tu cabeza. La ley no le amparaba y, por ende, él se aseguraba la vida manteniénd...