𝓊𝓃𝒾𝒸𝒶 𝓅𝒶𝓇𝓉𝑒

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Louis estaba enfermo.

Estaba enfermo de amor por Harry.

Durante los últimos ocho años, lo único que mantenía su mente ocupada todo el tiempo, era Harry.

Harry había llegado a su vida con un pincel multicolor. Iluminando y pintando todo a su paso. Louis había tenido días difíciles y duros. Durante un tiempo él creyó que así sería su vida en adelante, pero Harry llegó para demostrarle que no. Llegó para demostrarle que su vida podía ser asombrosa si él se lo proponía.

Louis sonreía otra vez. Le sonreía a Harry y a las personas que pasaban por su lado en la calle.

Su relación había comenzado de una manera poco regular. Louis quería un café. En realidad le gustaba el té, pero el café era tan amargo como su humor aquel día, y por si fuera poco, la máquina no funcionaba. Entre maldiciones y ceños fruncidos, apareció Harry.

- ¿Sucede algo malo con la máquina, caballero?

- Esta basura no me da mi café, y ya le he dado dinero.

Louis volteó su rostro para encontrarse un rostro sonriente con rizos cayendo a cada lado de sus mejillas.

- Creo que debe presionar el botón verde para confirmar que es el sabor que desea.

- ¡Lo he presionado ya cuatro veces! No soy idiota.

El hombre de rizos continúa sonriendo. Entonces presiona el botón verde una vez más y como por arte de magia para Louis, el café empieza a caer sobre el vaso.

- Vete a la mierda.

El hombre rizos frunció el ceño. Él no estaba seguro de si se lo había dicho a él o a la máquina.

- Gracias -murmuró Louis mirándolo un momento, antes de salir del lugar apresurado.

Tres días después el castaño entró al mismo café, pero en lugar de comprar uno de la máquina decidió pedir un té.

Al acercarse al mostrador, se encontró con el chico de rizos de hace unos días sonriéndole otra vez.

- Buenos días. ¿Cómo puedo ayudarte el día de hoy?

- Me gustaría un té verde. Sin azúcar. Solo té. Por favor.

- Claro que sí. Ahora mismo lo preparamos. ¿Lo quiere para llevar o desea tomar asiento.

Louis observa a su alrededor. El lugar no está vacío, pero tampoco está lleno. Aunque no es grande, tampoco es pequeño, hay un par de mesas, unas vacías y otras ocupadas. La mañana es tranquila y Louis no quiere llegar al trabajo. Tal vez puede faltar hoy. En realidad no es algo muy escandaloso es su trabajo, él puede faltar hoy.

- Tomaré asiento.

Al volver la vista hacia el mostrador, se encuentra con el uniforme del chico, puede ver en el gafete claramente en letras negras y mayúsculas el nombre escrito allí. Harry.

- Enseguida le llevamos su té. ¿Le gustaría agregar algo a su pedido?

- No, gracias Harry.

El rizado sonríe con alegría antes de asentir.

- ¿Cuánto es por el té?

- Un euro con cincuenta.

Louis asiente entregándole las monedas al rizado.

- Muchas gracias por su compra.

- Gracias a ti.

Louis camina hasta una de las mesas cerca de la inmensa ventana que muestra la calle.

Lucky Because I Found YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora