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Con la situación actual, Shen Yuan se sintió demasiado angustiado. Él no tenía familia ni amigos; en general no había alguien que se preocupara si algún día desaparecía de la nada. ¡No existía alguien que lo buscara! ¿Cómo podría ser rescatado de esa situación?

Posterior a aquella junta donde se le ignoró por completo, lo dirigieron (de nuevo sin su permiso) a una cumbre aledaña, no muy lejos de donde se encontraba anteriormente. Dicha estaba rodeada por un enorme y precioso bosque de bambú, que fue lo que más llamó la atención de Shen Yuan mientras caminaba escoltado de un muchacho. En el camino se toparon con diversos jóvenes, quiénes, al verlo, se apresuraron a mostrarle sus respetos. Gracias a esta peculiar caminata, Shen Yuan se sintió rebosante de un leve sentimiento de importancia.

Shen Yuan era alguien que no carecía de talento y fuerza. Eso más sus esfuerzos dieron como resultado una pronta formación de núcleo; sin embargo, y a pesar de ello, ante la sociedad no era destacable en lo absoluto. Todavía podía ser considerado joven y hasta «un niño inexperto», por lo que no tenía relevancia alguna en el enorme mundo del cultivo. Recibir tantas atenciones en esos momentos lo llenó de un repentino orgullo.

¡Pero no debía dejarse llevar! ¡Todo eso estaba mal! Tenía que salir de ahí cuanto antes.

El muchacho, quien también parecía ser uno más de los discípulos del pico, lo dejó en la puerta de una pequeña y bonita casa hecha con este mismo material que rodeaba la cumbre.

Pese a la indicación que le dieron sobre entrar, Shen Yuan estaba en realidad muy dudoso de realizar cualquier movimiento. Se quedó parado en la entrada, con el cuerpo rígido mientras su mirada trató de analizar su alrededor buscando algún peligro. Si bien la apariencia exterior de la fachada no era mala, temía que en el interior se hallase una cruel prisión y miles de armas que esperaban por torturarlo.

Por fortuna, cuando al fin entró, cayó en cuenta de que aquello no tenía ninguna pinta de calabozo. La imaginación de Shen Yuan había volado demasiado lejos, pero, en su cabeza, la idea de estar encerrado en un lugar lúgubre con las extremidades encadenadas no sonó tan descabellada. Al fin y al cabo ya había sido secuestrado, ¿qué más no podía esperar?

La pequeña casa de bambú en la que se encontraba era bastante cálida pese a sentirse muy solitaria. Shen Yuan la examinó de un extremo a otro y al final concluyó que aquella pertenecía al verdadero Shen Qingqiu. Este hombre vivía una vida bastante cómoda antes de desaparecer. Shen Yuan se preguntó en dónde estaría realmente.

Su corazón latió con rapidez cuando su mente, de manera súbita, se llenó con miles de preguntas que le congelaban el cuerpo. ¿Y si el tipo había muerto? ¿Qué sucedería con él si jamás regresaba? ¿Tendría que vivir toda su vida encerrado?

De repente sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

Shen Yuan era un alma libre que amaba explorar todo a su alrededor. Pensarse así mismo atrapado en esa casa durante el resto de su vida, le bajó los ánimos hasta el piso y aumentó su terror.

Basta. Todo estaría bien.

Shen Yuan negó vehemente con la cabeza y continuó revisando sus alrededores.

Alguien llamó a la puerta de la pequeña casa y Shen Yuan detuvo su inspección de manera momentánea para ir a atender. Afuera se halló un hombre con una caja pequeña en las manos. Si no mal recordaba, Shen Yuan había escuchado al hombre alto de antes llamar a este «Mu-shidi».

Su mirada pareció preguntar con, quizás, un poco de apatía, «¿qué hace aquí?» Pues el otro, incómodo bajo esos ojos un tanto feroces, le explicó con rapidez que haría un pequeño chequeo.

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⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

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Shen Qingqiu²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora