El cocinero del reino [YM]

Capitulo 1

Los reyes habían anunciado hace dos semanas un festejo, donde muchas personas de todo el pueblo, diferentes reinos cercanos y lejanos podían asistir en búsqueda de la mejor chica para un matrimonio.

Habían contratado a más chefs del pueblo, los mejores, habían comprado alimentos de las mejores cosechas y mandado arreglar todo con sumo cuidado, dejando ver el palacio demasiado lindo.

Pocas horas faltaban, las sirvientas estaban preparando el traje del príncipe mientras otras llenaban la tina de la mejor manera para que así su príncipe se pueda bañar con tranquilidad.

Park Jimin, el único hijo de los reyes Park's, un joven de veinte años que estaba dispuesto a cumplir las órdenes de sus padres para obtener el orgullo de estos hacia el, un joven que no pensaba en casarse para nada pero no estaba en sus opciones desobedecer a sus padres.

- Esto es realmente absurdo.. No quiero casarme

Murmuró mientras miraba el techo y se recostaba suavemente en aquella tina espaciosa, se sentía frustrado por no poder hacer nada para detener la idea de sus padres, pensaba en muchas cosas pero sabia que ninguna era capaz de realizar para prevenir la boda.

Después de aquel baño seco su cuerpo con una suave toalla al igual que seco su cabello con una toalla aparte, su cuerpo al igual que su cabello olía delicioso a su parecer por haber usado una nuevo shampoo de fresa como también uso una nueva crema corporal con olor a vainilla, sonrió con levedad sintiéndose nuevamente tranquilo y relajado, luego tomo su bata, se lo puso y salió del baño viendo a sus sirvientas ya listas con el traje en mano.

No dijo ninguna palabra solo tomo el traje sin ser grosero y se metió a su vestière para poder cambiarse con mas tranquilidad, al verse en el espejo con aquel traje blanco con pequeños detalles dorados no pudo evitar sonreír por sentirse tan bonito, Jimin tenia un cuerpo delgado y muy envidiable por muchas chicas ya que se decía que su cuerpo era mejor que el de una y aunque se ponga un saco de papas como ropa aun le quedaría bien porque es el príncipe y el príncipe es totalmente hermoso a la vista de todos.

Salió de su vestière y pudo notar como sus sirvientas lo miraba con una suave sonrisa porque ya sabían que ese traje era perfecto para el, aun no era su boda pero se podría decir que es el mejor traje que personalizaron a la medida del príncipe. Luego rápidamente las sirvientas se acercaron para poder arreglar de mejor manera aquel bonito traje blanco.

- Se ve muy bien príncipe.

Jimin sonrió un poco al escuchar el alago de una de sus sirvientas y simplemente asintió con levedad mientras levantaba los brazos y se mantenía en una posa en forma de "T" para que sus sirvientas puedan arreglar su traje con mayor facilidad.

Después de algunos minutos terminaron y tomo su saco para así finalmente salir de su habitación siendo seguido por sus sirvientas, podía escuchar desde ahí a su padre dar un gran discurso a toda la gente que ya se encontraba presente.

- Hijo! Al fin estas listo, acércate, tu padre esta por terminar

Dijo la reyna mientras tomaba del brazo al príncipe con delicadeza y lo llevaba hacia el escenario junto a su padre, el rey.

- Y aquí mi único hijo como también el único príncipe de este reino.

El rey puso sus manos en los hombros del príncipe mientras este solo sonreía con nervios al ver como todos los invitados lo veían con emoción y entusiasmo.

- Empezaremos con este festín, siéntense para que puedan deleitarse con los deliciosos platos que presentaran nuestros cocineros del reino.

Al terminar con el discurso los reyes y el príncipe fueron a su mesa para poder esperar de los platillos que ya repartían los cocineros

- Hijo, hemos contratado a muchos cocineros nuevos espero que te guste la comida de estos

El príncipe simplemente asintió y soltó un leve suspiro escuchando la música clásica sonar en todo el reino como también escuchaba las animadas platicas de los invitados hasta que su mirada se perdió en un cocinero que se acercaba a él a dejar su respectivo plato, no sabia porque le llamaba tanto la atención, será por el simple hecho de que al cocinero no le importaba hacer platica con el príncipe como lo hacían los demás, también le llamo atención que el cocinero se mantenía tan serio que ni siquiera cruzaba mirada con el príncipe y simplemente se retiraba a seguir con su trabajo, le llamo la atención su desinterés hacia el, muy tonto la verdad pero para el tenia sentido..

Min Yoongi un cocinero que remplazo a su madre por motivos de salud, un joven de tan solo 22 años que aprendió a cocinar por parte de su madre que esta ahora se encontraba en el hospital por las múltiples golpizas que recibía por su esposo, un alcohólico y apostador que solo iba a su casa a pedir dinero y a discutir con su esposa e hijo.

Yoongi había sido recibido por los reyes ya que su madre era gran amiga de ellos por ser tan amable y generosa como también por los ricos platillos que preparaba para el principe. El primero mencionado se encontraba en ese lugar para conseguir dinero ya que tenia que pagar la cirugía de su madre, se podría decir que cocinaba muy bien incluso mejor que su madre.

- ¿Quién es el..?

Pregunto el príncipe apuntando al cocinero el cual volvía a la cocina para ayudar a sus demás compañeras, no podía quitar la mirada de este, le había sorprendido su actitud, sabia que otros cocineros se hubieran quedado a hablar con el como también lo hubieran mirado con una sonrisa y con mayor interés pero este.. Simplemente sirvió su comida y se fue.

- Oh él es el hijo de la señora Min, es dos años mayor que tu  me comento que su madre se encontraba delicada de salud y necesitaba el trabajo para poder pagar su tratamiento, se llama Min Yoongi.

- Que lástima.

El príncipe sonrió con levedad al escuchar el nombre del cocinero y simplemente asintió para después ver la comida que había dejado aquel hombre, sin mas empezó a comer entusiasmado sintiendo ese rico sabor, cerro sus ojos mientras masticaba con tranquilidad.

- Mm, esto es delicioso

Dijo después de tragar la comida y volver a comer con sus ojitos brillosos por el buen sabor que tenia la comida que había preparado el joven Min para él.