De regreso al principio

Capítulo 10 - El plan de Lucius

Charlus bajó las escaleras, listo para partir hacia la reunión del Wizengamot que había sido programada. Levantó una ceja sorprendido cuando vio a su esposa toda animada y tarareando para sí misma.

Por su experiencia con la familia Black, sabía que las mujeres negras nunca tarareaban.

"¿Debería tener que esconder un cuerpo?" Cuestionó a su inusualmente feliz esposa.

"Oh, no seas tan dramático, esposo". Ella reprendió a su esposo a la ligera.

Luego sonrió de corazón antes de pasar una carta.

"Ah... ¿Buenas noticias, supongo?" Continuó leyendo una carta, antes de reírse a carcajadas.

"Bueno, parece que los dos han logrado que él esté de acuerdo".

"¿Y dudaste de su habilidad?" Dora cuestionó a su esposo con una ceja levantada.

Charlus negó con la cabeza rápidamente.

"No. Sabía lo que podían hacer. Pensé que él podría sofocar sus avances. Pero, otro Potter se enamora de una mujer negra.

Merlín, eso se está convirtiendo en una tendencia por ahora." Murmuró.

"¿Te estás quejando de casarte conmigo, Charlus Potter?" Cuestionó peligrosamente a su marido.

"No querida. ¿Cómo puedes siquiera pensar así? Eres lo mejor que me ha pasado en mi pobre excusa de vida". Él se rió con cautela.

"Mmm." Ella le palmeó la mejilla. "Buena salvación, esposo". Ella sonrió mientras se inclinaba para besarlo.

"Por el amor de Merlín, ¿pueden ustedes dos detener eso?" Los dos saltaron cuando se escuchó la voz de Arcturus.

"No quiero ver a mi hermana y su esposo besándose frente a mí y especialmente a plena luz del día". Él amordazó.

"No seas malo, Arcturus". Dorea lo reprendió mientras le daba un beso en la mejilla.

"¿Qué pasó para que ustedes dos estuvieran tan animados temprano en la mañana?" Se quejó mientras les preguntaba a los dos.

"Parece que tu sobrino ha sacado la cabeza de la tierra y ha comenzado a darle cabeza a sus sentimientos", explicó feliz Dorea.

"Ah. Sabía que no sería capaz de resistirse". Arcturus se rió entre dientes.

"Melania se pasará de la raya cuando se entere de esto".

"¿Nos vamos?" Charlus se levantó de la mesa.

"Te veré en la cena, Dor". Él la besó en la mejilla y se dirigió a la sala Flú.

Milicent Bagnold se frotó los ojos con cansancio. Ella había estado bajo mucho estrés recientemente. Los constantes ataques a las aldeas muggles. Podría no haber sido motivo de preocupación si no fuera por el hecho de que era un grupo de magos los que estaban causando que esto sucediera.

Para cuando sus Aurores llegaron a la escena del crimen, la única vista a la que fueron bienvenidos fue la de los muggles muertos y su tarjeta de visita. Su marca.

Una serpiente que sobresale de un cráneo.

Al principio, había descartado al hombre como un sociópata común que sería fácil de atrapar y llevar ante la justicia.

Pero, lamentablemente, ese no fue el caso. Él había sido completamente devastador. Era hablante de parsel. Era el heredero de Slytherin y esa era su tarjeta de presentación. No tenía documento de identificación. Sin registros ni nada por el estilo.

El pánico masivo que estaba causando era un gran problema. Los nacidos de muggles estaban misteriosamente terminando muertos. La marca flotando sobre su lugar de muerte.