Skate || NAMJIN

« 1 »

Namjoon se sacudió los pantalones y se levantó del pasto, él, Yoongi y Hoseok habían terminado de patinar hace más de treinta minutos, y como siempre, se acostaban en el suelo para charlar y ver el cielo pasar de color celeste a un anaranjado cálido. Tenía tareas por hacer, pero aquella vista era fascinante y no importaba que la hayan visto ya cientos de veces, siempre la querían repetir.

—Creo que ya me voy a casa —anunció tomando el skate y colocándolo bajo su brazo—. Mamá ya no quiere que llegue tan tarde.

—Sí, creo que todos deberíamos irnos, ¿me pasas tus apuntes de física? —Preguntó Yoongi a Namjoon, colocándose a su lado—. No te molestes en decirme que no, tomé tu cuaderno.

—Como sea, devuélvemelo mañana —pidió empezando a caminar—. ¡Nos vemos!

Sus amigos se despidieron igual, vivían en direcciones opuestas, así que Namjoon siempre volvía solo a casa.

Ese día no iba a ser la excepción, se puso los auriculares y cuando estuvo listo, apoyó su skate en el suelo y comenzó a andar. Conocía la calle de memoria, sabía dónde estaban los baches y podía esquivarlos casi de manera automática.

Se detuvo en un paseo peatonal, el semáforo estaba en verde, así que debía esperar para cruzar, no había ningún auto, pero decidió hacer lo correcto, él siempre escogía hacer lo correcto, de hecho, era una de sus cualidades y defectos también.

Tenía puesto los auriculares en ambas orejas y estaba demasiado metido en su mundo como para notar que Seokjin estaba cerca, uno o dos pasos atrás, ambos vivían en la misma calle y eran compañeros de clases desde secundaria, pero no hablaban mucho, en realidad nunca hablaban, solo se saludaban con respeto y nada más. Algún chiste perdido en una fiesta, una foto en grupo cuando fueron de excursión, un par de palabras estando en la fogata del campamento estudiantil...

Nunca nada más cercano.

Namjoon escuchó a Seokjin decir una vez, precisamente en un campamento, cuando estaban en primer año de bachillerato, que los chicos que andaban en skate eran sexys, sin embargo, corrió el rumor de que estaba enamorado de Yoongi, lo cual era una completa mentira. Cuando Seokjin dijo eso, se refería a Namjoon, pero como jamás se los había visto juntos de ninguna manera especial, a los chismosos les fue más fácil decir que se trataba de Yoongi, solo porque habían sido compañeros de proyecto en más de una ocasión.

Para fortuna de Namjoon, Yoongi no tenía ojos para nadie más que no fuera Park Jimin, el chico de segundo año que parecía estar atado de la cintura con una especie de cuerda invisible a Taehyung y Jungkook y por eso nunca tenía oportunidad para cercarse y hablarle, tenía su número, pero le parecía extraño e incluso inapropiado solo mandarle un mensaje para invitarlo a salir cuando nunca habían hablado en persona.

Entonces, justo cuando Seokjin juntó el valor suficiente para tocar su hombro, el semáforo cambió a rojo y Namjoon se alejó lo más rápido que pudo sobre su skate.

—Mierda... —murmuró Seokjin, apretando las azas de su mochila y viendo cómo el chico se hacía cada vez más pequeño en la distancia—. ¿Por qué no puedo solo hablarle y ya?

Namjoon, por su parte, estaba muy metido en su propia burbuja mientras se empujaba con un pie sobre la acera, perdido en su mente, lo cual era irónico, porque cuando se encontraba en ese estado, era porque pensaba en Seokjin. En cómo iba vestido a la escuela y lo lindo que se veía con aquella chaqueta beige, en lo inteligente que era cada vez que los profesores le pedían que pasara al frente a completar algún ejercicio de matemática o de química. En cómo siempre lo veía recostado por aquel árbol en el parque, junto a otros compañeros mientras ellos patinaban, aunque nunca lo encontró mirándolo directamente, porque siempre tenía la cabeza agachada en su cuaderno, siempre dibujando o pintando, aunque la realidad era que lo miraba y mucho, solo que, de forma muy discreta, tanto, que nadie sabía que llevaba enamorado de Namjoon desde el primer año, ni siquiera sus amigos más cercanos.