Buen plan.

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Para la hora del almuerzo Harry decide dar un paso más, y para su suerte este es mucho más sencillo que el anterior. Ya el mismo entabló una primera conexión y se colocó en la mira del chico, lo difícil estaba hecho. Ahora solo hacia faltaba colocar a Neville en la mira del joven, si es que no lo estaba ya (Harry esperaba que si)

Era amigo de todos los amigos del pelinegro, afortunadamente no sería raro que se uniera a ellos sin previo aviso.

—Hey, pedimos tus favoritos, muy picantes, salsas y hasta hay pollo frito y panes rellenos —Ron le llama, sonriéndole.

Los ojos de Harry se iluminan ante la vista de toda la comida frente a él, estando a punto de sentarse antes de recordar su idea inicial.

Y lo recuerda porque la vista de Neville está sobre el, ojitos brillantes en admiración que hace que su corazón se apriete.

Oh, ¿debía decir que no?

Sus ojos se vuelven brillantes pero esta vez es por la tristeza, sin embargo intenta ocultarlo restando importancia con una sonrisa apenada.

—Quede con Blaise para comer hoy —miente, sabiendo que nadie dudaría—, ¿me guardas un poco para la cena?

Ginny es quien asiente, sabiendo que su hermano probablemente acabaría con todo de tener la oportunidad.

Neville le mira confundido a sabiendas de que aquello era mentira, o lo hacía hasta que el ojiverde señala tras él, es entonces que asiente, enrojeciendo.

Harry entonces finalmente se encamina hacia las serpientes. Adrian es quien nota su presencia primero y le sonríe ofreciendo sitio a su lado.

—Hola chicos —saluda, dejándose caer en el lugar ofrecido y dándose cuenta de que Theo está frente a él. Suerte, quizá.

—Hola Harry, el tío Reg y Sirius vendrán mañana a primera hora —Draco saluda, dándole un plato con pasta y señalándole el resto de las cosas para que escoja.

—Está bien, dile a Sirius que vaya y me despierte, ¡oh! Podrían ir ambos y jugamos videojuegos un rato —le sonríe, animado.

Draco asiente en una promesa silenciosa, sabiendo que Regulus tendría que sacarles después cuando ninguno quisiera abandonar el juego.

Blaise se coloca del otro lado de Harry y comienzan a comer entre pláticas agradables.

El ojiverde en un inicio se distrae lo suficiente de su misión, y casi no es consciente de que Theo guarda silencio, tenso. Sin embargo lo nota luego de la tercera vez que le mira, en la espera de que diga algo para poder responderle y entablar conversación sin atraer la atención del resto de sus amigos.

Vaya, si que era difícil crear un lazo amistoso con el chico. Neville tenía demasiadas expectativas en que aquello funcionara.

¿Acaso sería él quien tendría que romper su corazoncito de pollo para darle las malas noticias?

—¿Harry? —Tori llama, inclinándose sobre el cuerpo de Adrian para acercarse más a él—, ¿quieres ir de compras conmigo este fin de semana? —pide, haciéndole ojitos de aquella manera que sabe que no puede decir que no.

Sonríe. Dándose cuenta de que en realidad ese era un defecto suyo. No sabía decirle que no a las personas, no realmente.

—Por supuesto, también podríamos ir por helado y tal vez a ver una película después —entonces algo en su cabeza se ilumina—. Theo, ¿no quisieras acompañarnos? —invita al joven de forma casi casual.

Instantáneamente todas las miradas se posan en el pelinegro, Harry nota la repentina sorpresa acompañada de algo más y duda, ¿dijo algo malo?

¿Por qué todos reaccionaban así?

—Bueno, si Tori está de acuerdo supongo que podría acompañarles —acepta, lanzando una mirada de algo (Harry no está seguro de que) a sus amigos, quienes rápidamente vuelven a lo que hacían antes.

Harry está confundido, sin embargo aquello podría ser algo bueno, así que sonríe y lo deja pasar.

Así podría invitar a Neville también, alejarse con Tori y ayudar de esa manera a su rubio amigo.

Sonaba a un buen plan.

Malos entendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora