Capítulo 11

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Charlas incómodas

Sábado por la noche.

—Thiago, ¿has sentido cambios últimamente? O, ¿hay algo que nos quieras contar? —me preguntó mi madre cuándo entramos a la casa.

—No... Si esto es acerca de mi relación con Grace, nada extraño ha pasado... —dije, aunque, realmente, no quería tener esa conversación.

Mi padre me hizo una seña para que me sentara en el sofá. Me dejé caer en este.

—No, es acerca de eso —dijo mi madre—. Aunque ese tema lo vamos a hablar en su debido momento.

—Queríamos hablarte si has sentido habilidades únicas o sientes demasiada energía. —dijo mi padre, con cierto aire de que era un tema super importante. Y lo era. Querían saber si yo era telépata.

—¿Por qué pensarían eso? —pregunté sonando inocente.

—La herida de Grace se cerró muy rápido, como si le hubieses pasado energía. Mucha energía. —dijo mi madre y mis padres intercambiaron una mirada. Luego, mi madre pensó sus palabras—. Teníamos dos cosas que decirte, la primera es que tenemos habilidades extraordinarias y las hemos estado escondiendo por mucho tiempo.

¡¿ESPEREN QUÉ?!

NADIE NUNCA ME HABÍA DICHO ESO. Y TAMPOCO LO HABÍA SABIDO DE SUS MENTES. Mi respiración se agitó, me parecía imposible que ellos pudieran esconderme eso por tanto tiempo. ¡Siendo yo un telépata!

—¿Estás bien? —preguntó mi madre, al ver mi estado de shock.

—¿Qué pueden hacer? —pregunté, saliendo de mi asombro y calmándome.

Mis padres volvieron a intercambiar una mirada. Y mi padre tomo la vocería. —Yo puedo escuchar un rango de decibeles mucho más alto que un humano promedio y también cantar o hablar a tonos muy altos o bajos. Además, puedo imitar la voz de las personas.

Tomó un respiro y cantó, fue tan agudo que se podría comparar a una voz de ópera. También imito mi voz y la voz de mi mamá. Me dejo boquiabierto y luego de esto, mi mamá habló.

—Yo puedo ver cosas cuando estoy tocando un objeto—dijo mi madre—, pero es una habilidad que no uso desde hace un tiempo.

Se levantó y fue a tomar un plato, cerró sus ojos e inhalo profundo. —Pude ver las personas que han comido o lo han tocado desde que se creó.

Creo que fue suerte que ese plato no lo hubiera tocado Grace porque ahí me hubiera tocado hacer una explicación más larga. Me levanté, intentando comprender. Tenía muchas preguntas, la primordial era, ¿por qué? Pero para qué me molestaba en preguntar. Yo mismo les había mentido a mis padres desde que tenía mi habilidad.

"Esto no puede estar pasando". Seguía paseando por la sala. Mis padres se comenzaron a preocupar. Y, la pregunta seguía rodeando por mi cabeza, ¿por qué? Después de que me sentía tan solo por lo extraño que yo era, ellos siempre habían sido como yo. Y nunca me dijeron. Todas esas veces que escuche sus pensamientos y fueron pensamientos que me hirieron. Ellos me hubieran podido ayudar a entender, ellos me entendían más que nadie. No habría habido necesidad de haberme sentido como un bicho extraño las miles de veces que entraba a algún lugar y no podía encajar porque cuando llegara a casa mis padres estarían ahí para decirme que pasaron por lo mismo. Tuve que esperarme hasta que mi abuelo me explicó como cerrar mi mente, cuando ellos me hubieran podido haber llevado recién manifesté mi habilidad. Mucho dolor hubiera podido haberlo evitado.

—¿Estás bien? —preguntó mi padre. Tenía ganas de llorar, de expresar mi enojo y gritar. Pero no pude.

—Es mucho que digerir —dije en un susurro. Pero me acordé de otro detalle de nuestra conversación—. ¿Qué otro detalle tienen que decirme?

Telepatía en ColombiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora