Advertencias: ninguna
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Estabas mirando el partido completamente embobada, tenías uno de los lugares más cercanos a la cancha y perfecto para mirar a isagi, ese cliché que tú mejor amigo fuera el chico que te gustaba.
Eran los últimos minutos del juego y no parabas de morderte las uñas con ansiedad, isagi tenía el balón y estaba a punto de meter gol pero notaste como estaba dudando, querías gritar y apoyarlo pero por más que gritaras el no lo escucharía.
- Isagi... -paso el balón y su compañero no metió gol, no podías expresar lo que podías sentir al ver solo una expresión, estaba decepcionado de si mismo.
Tenias ganas de correr hacia el campo y abrazarlo, demostrarle tu apoyo pero no podías, allá solo podía ir la prensa o familia de los jugadores, y ninguno era tu caso.
Saliste del estadio corriendo buscando a isagi, pero no estaba por ningún lado, lo habías llamado un par de veces pero no respondía, no lo podías culpar porque sabías lo importante que era para él el
fútbol.
Suspiraste y decidiste dejarlo descansar, si te hubiera necesitado te llamaría, verdad? Caminabas hacia casa algo triste, pasabas cerca del río y mirabas a unos niños jugar.
- Que divertido sería ser una niña otra vez... -hablaste en voz alta deteniéndote mirando el lago, ibas a continuar caminando pero había un chico caminando con su bicicleta, ibas a pasar de él pero notaste enseguida que era isagi, aunque no pudieras ver su rostro lo sabías.
Lo que no te esperabas era que de repente grito.
- Isagi... -fuiste hacia a él y sostuviste su mano, te miro un par de segundos y te abrazo con toda su fuerza, olvidaba que tenía muchísima más fuerza que tú y te estaba ahogando, pero no querías que te soltará.
Estaba usando demasiada fuerza y estaba completamente recargado en ti así que inevitablemente terminaron en el pasto, el lloraba desconsoladamente en tu hombro mientras acariciabas su cabello como podías.
- Pude haber metido gol... Pero... pase el balón... -balbuceaba sin parar y a penas lograbas entender lo que decía.
- Isagi yo... Estoy segura que la próxima vez tomarás una mejor decisión... -intentabas apoyarlo pero no podías ni respirar, ya hasta comenzabas a ver borroso.
- No puedo hacer nada... -se separó con molestia y se tumbó por completo en el césped, aprovechaste para tomar una gran bocanada de aire y tumbarte a su lado intentando recuperar la respiración.
-No digas eso, isagi, yo creo que tú eres genial y... Tu carrera seguirá más allá de aquí, estoy segura -tenías el rostro rojo a causa de la falta de aire y también de la vergüenza, una vez más casi le decías que morias por el.
- ¿Por qué crees eso? Perdí un partido importante solo por dudar de mi y mira como acabo...
- Tú no lo ves isagi, pero eres increíble y que dudaras por un momento es normal, tal vez eso te pudo costar un juego pero de errores se aprende, deberías confiar más en ti mismo..
- No quiero volver a casa... -murmuro acercándose de nuevo y abrazándote con menos fuerza-
- ¿Quieres quedarte aquí a morir de frío? -bromeaste acariciando su cabello, honestamente tampoco querías irte, no te importaba quedarte ahí toda la noche.
