La Iglesia Primera

Inicios, comienzos y partidas

Cuan hermosas son vuestras moradas

tienen música tocada por manos enamoradas

y el brillo de vuestros ojos me trae paz y consuelo

perfectas emociones para este aventurero

Muchas cosas dejé para llegar a vosotros

y con toda inocencia soporté muchos enojos

¡No estás haciendo lo correcto! pronunciaron muchos labios

¿más como habría de negarme a ser oveja de este rebaño?

Si el buen Pastor es aquel que nos dirige

con su amor benevolente nos gobierna y también nos rige

Y ha puesto a Ricardo para velar por nuestras almas

¡Oh! cuan intensas predicas me traen paz y calma

Más cuanto golpea a veces con su lengua

me pone en un espejo y aquel reflejo a mí me enferma

pero sé que es por mi bien, maldito sea todo este ego

que se vuelve un oponente más brutal que el mundo entero

Niños, ancianos, varones y damas

desde pecadores a justos allí claman