𝗕𝗕 | Las luces brillaban en sus viseras, pero la verdadera incógnita relucía en sus miradas: ¿podrían superar el pasado y redescubrir la confianza, o estaban destinados a seguir rivalizando en las pistas de manera perpetua?
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Oscar respiró profundamente antes de comenzar a hablar. Sabía que lo que estaba a punto de decirle a Emma podría cambiar su relación para siempre.
─Emma, cuando te fuiste a Mónaco, yo... yo cambié. ─comenzó Oscar.
Emma lo miró con curiosidad, sin entender adónde quería llegar.
─¿Qué quieres decir?─preguntó.
Oscar se levantó de la silla y comenzó a caminar por la habitación.
─Conocí a alguien. ─dijo finalmente.
Emma se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. No había esperado eso.
─¿Quién?.─ preguntó, intentando mantener la calma.
─Lily. ─respondió Oscar.
Emma se levantó de la silla y se acercó a Oscar.
─¿Y qué pasó con ella?─ preguntó.
Oscar se detuvo frente a Emma y la miró a los ojos.
─Me enamoré de ella. ─dijo.
Emma se sintió como si su mundo se hubiera derrumbado. Había confiado en Oscar, había creído que él sentía lo mismo por ella.
─¿Por qué me lo dices ahora? ─ preguntó, intentando contener las lágrimas.
Oscar se acercó a Emma y la tomó de la mano.
─Porque te prometí que te diría la verdad. ─dijo. ─Y porque necesito que sepas que mi relación con Lily no fue algo casual. Es seria.
Emma se sintió como si hubiera sido traicionada.
─¿Y qué hay de nuestra promesa? ─preguntó. ─¿La promesa de esperar el uno al otro?
Oscar se miró los pies, avergonzado.
─Lo siento, Emma. ─dijo. ─No pude cumplir esa promesa. Me enamoré de Lily y no pude evitarlo.
Emma se sintió como si su corazón hubiera sido roto en dos. No sabía qué hacer, no sabía qué decir.
Se alejó de Oscar y se dirigió hacia la puerta.
─Creo que necesito irme. ─dijo.
Oscar la llamó, pero Emma no se detuvo. Salió de la casa, cerrando la puerta detrás de sí.
La verdad había salido a la luz, y nada volvería a ser igual.
Emma caminó sin rumbo, intentando procesar lo que acababa de escuchar. La promesa que había hecho con Oscar, la promesa de esperar el uno al otro, había sido rota. Y peor aún, Oscar se había enamorado de otra persona.
Llegó a un parque cercano y se sentó en un banco, intentando calmarse. Pero no podía evitar sentirse traicionada y herida.
"¿Por qué?" se preguntó a sí misma. "¿Por qué tuvo que enamorarse de ella?"
Recordó los momentos que había compartido con Oscar, los momentos en que habían hablado de su futuro juntos. Y ahora, todo parecía haber sido una mentira.
De repente, su teléfono sonó. Era un mensaje de Oscar.
"Emma, lo siento. No quería lastimarte. Por favor, háblame".
Emma se miró el teléfono, indecisa. Quería ignorar el mensaje, pero una parte de ella quería saber más.
"¿Qué quieres decirme?" respondió finalmente.
"Quiero explicarte todo", respondió Oscar. "Quiero que sepas que mi relación con Lily no fue algo planeado. Simplemente sucedió".
Emma se rió amargamente. "Sucedió", repitió. "Eso es fácil de decir".
Oscar no respondió de inmediato. Emma se preguntó si había dicho demasiado.
Finalmente, Oscar respondió. "Emma, por favor. Necesito verte. Necesito hablar contigo en persona".
Emma dudó. Quería evitar a Oscar, pero una parte de ella quería saber más.
"Está bien", respondió finalmente. "Mañana. En el café de la esquina".
Oscar respondió de inmediato. "Gracias, Emma. Estaré allí".
Emma se miró el teléfono, sintiendo una mezcla de emociones. No sabía qué esperar del encuentro con Oscar, pero estaba lista para enfrentar la verdad.
La pregunta era, ¿estaba lista para enfrentar sus propios sentimientos?