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CAPÍTULO 4|
¿VAMOS A LA FIESTA?

Era viernes y las clases avanzan con normalidad, por suerte la caída de Dereck no había sido la gran cosa ya que casi nadie habló de ello en todos esos días. Dereck estaba en clase de literatura con Tristan a su lado, que tenía una curita en tabique de la nariz, que fue lo que más lo afectó en la caída. No habían cruzado palabras desde el accidente en Educación Física, sólo algunas miradas.


—Lamento lo de tu nariz. —habla Dereck.

—¿Qué? —balbucea Tristan dejando de escribir para plantar los ojos en su compañero.

—Que lamento haber caído encima de ti. —dice la disculpa con la cara ardiendo por la mirada de él, Dereck no se había disculpado en esos días porque lo evitó en cada momento—. No fue mi intención, Corina me empujó.

—Lo sé. —Volvió su mirada marrón al cuaderno—. No es nada.

—Para el viernes de la semana próxima, mezclarán arte y literatura, deben traer un poema inspirado en una pintura. —Informó la maestra notando que faltaban pocos minutos para terminar la clase, se escuchó como algunos bufaron—. ¡Silencio! No lo harán solos, lo tendrán que hacer con el compañero a su lado y no hay cambios. —Terminó de hablar, soltando un baldé de agua en Dereck que no dudo en voltear a mirar a su compañero con un nudo en la garganta, este imitó su acción. No sabían cuanto tiempo se quedaron así, mirándose, sólo parpadearon cuando el timbre sonó y dio fin a esa clase.

Dereck guardó sus cosas lo más rápido que pudo y salió del aula junto a Milo y Dustin que a diferencia de este, estaban felices de ser compañeros.

—¿Qué pasa? —le preguntó Dustin en el pasillo, notando su humor.

—Me toca con Tristan. —Musitó, deteniéndose frente a su casillero y guardando unos libros—. Con Tristan —macullo como si decir ese nombre estuviera prohibido.

—¿Y?

—¿Que acaso no lo ves querido Dustin? A Dereck le gusta el de los tatuajes. —Exclama Milo sonriendo, pero borró la sonrisa porque cuando empezaron a caminar se ganó un pellizco de parte de él peli castaño—. ¡Hey!

—No me gusta. Sólo que es un poco misterioso y excéntrico, además me da mucha vergüenza estar en la misma habitación con él, a solas, por lo del accidente la otra vez. —confiesa por lo bajo. En parte era cierto, se ponía colorado con solo recordarlo.

—No es tan grave. —Comenta Milo.

—Además, ya pasaron dos semanas...

—¡Chicos! —se escuchó la voz chillona de Natalia, para después verla saltar sobre la espalda de Milo, este brincó del susto. Si no fuera por el hecho de que Dustin llevaba la mochila de Milo, todo en su interior estaría muy roto por el salto—. Tranquilo. Soy yo. —Completo entrelazando sus brazos alrededor del cuello de el pelinegro.

—Si. Ya lo sé. —Musitó con sarcasmo y caminando con ella en su espalda. A los minutos ya se encontraban afuera del Instituto.

—¿Qué vamos a hacer hoy? —preguntó Natalia a lo que Dereck respondió:

—¿Qué quieres hacer hoy?

—No lo sé, es fin de semana y... —finge que está dudando para luego hablar—. Quizás podríamos ir a una fiesta en la casa de Malcon... —y solo bastaron esas palabras para que todos se detuvieran. Natalia bajo de la espalda de Milo para recibir miradas curiosas de parte de los hombres.

—Si. —Aceptó Milo.

—No.

—¿Por qué no? —responde Natalia a la dictadura de Dustin.

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⏰ Última actualización: Apr 24 ⏰

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