Keiji Akaashi le gusta mucho el café, conoce la nueva cafetería cerca de su casa para probar, pero no sólo conoció el lugar si no también a Kōtarō Bokuto.
aveces encontras al amor en tu lugares favoritos.
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Keiji Akaashi un estudiante de preparatoria que tiene un particular pasatiempo, probar distintas cafeterías y su menú buscando uno que realmente le guste. A su paladar no le disgustaba lo que prueba pero tampoco le fascinaba los cafés de la ciudad, probaba y probaba en busca de uno que lo enamore.
Salio a respirar y vio que una nueva cafetería abrió a 2 calles de su casa, tenía unas grandes vidrieras por las cuales veías su interior. Todo estaba muy limpio y ordenado, con solo ver eso decidió entrar.
Entro y una campanita en la puerta hizo que el Barista apartara la mirada de su celular y volteara a verlo.
—hola, bienvenido. —sonrió— ¿que le gustaría?
—ho...hola, quisiera probar uno que usted me recomiende— el pelinegro miró el pizarron detrás de él barista que decía el menú.
—claro!, mi favorito es el mocca ¿ese le gustaría?— señaló el pizarron indicándole que era lo que contenia.
—sisi, ese estaria bien— bajo la mirada para ver la placa con el nombre del barista.
este decia "Kōtarō Bokuto" y tenía una carita feliz echa a con fibron a un lado.
—pues tome asiento donde guste, ya se lo preparo y en segundo estará en su mesa— tomo la taza y empezó a hacer el café.
mientras lo preparaba Akaashi miraba cada detalle del barista, sus pelos grises y negros, su piel, sus brazos trabajados y su gran altura, le pareció atractivo.
mientras lo escaneaba con la mirada cuando tenía miedo de que lo viera corría rápidamente su vista a su celular como si viera algo interesante, solo estaba deslizando en instagram buscando encontrar el perfil del barista.
pero no pensaba seguirlo, que vergüenza.
estaba tan concentrado en su celular que no se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor.
—acátiene su café, ¿desea algo más?— apoyo el café en la mesa y saco una libreta del bolsillo su delantal.
—por ahora nada, gracias.
Akaashi estuvo unos 15 minutos tomando el café mientras veía por aquel gran ventanal a la gente caminar, los niños correr y los perros paseando.
Estos momentos lo relajaban y le permitían dejar de pensar en todo el estrés de la vida, el deporte y el amor.
Ya tomo el último sorbo del café y en un instante bokuto ya estaba a su lado.
—¿le traigo la cuenta?.
—claro!.
Retiro todo de la mesa, los sobres abiertos de azúcar, la taza y las servilletas.
Noto que cuando estaba por traer la cuenta anotó en ese papel, aquel muchacho se dirigió a la mesa y dejó la cuenta y se fue rápidamente.
"@callmekou" estaba anotado en una esquina del ticket.
el pelinegro tomo un fibron de su mochila y puso un pequeño mensaje en el.
"me llamo akaashi, te hablaré luego..."
se sonrojó y agarro el teléfono, tomo una foto, dejo el dinero con una propina y se fue con un color carmesí en las mejillas.
