Twenty five

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Tan encaminado en sus pensamientos que no se dió cuenta que había llegado a buscar a Niki hasta que Heeseung le dió un pequeño apretón en el muslo para que volviera al mundo real. Salió de su trance con tal de pasar a buscar a su hijo al preescolar.

Entraron tomados de la mano para esperar la tan ansiada de su pequeño que desde el último salón lo vieron correr hasta donde ellos emocionado porque saldría con sus padres. Jake se agachó y lo espero de brazos abiertos para recibirlo en un gran y reconfortable abrazo.

–¡Mami, ya están aquí! –dijo emocionado el pequeño Niki quien fue tomado en brazos por su madre pasándole su mochila a su padre.

–Obvio, si te dijimos que te pasaríamos a buscar para ir a comer juntos.

–¿Hay algo que se te antoje, Nini? –preguntó su padre.

–Mmm... habían unos juguetes nuevos en la cajita feliz y quiero ir a ver si aún están. Vamoos.

La pequeña familia partió rumbo al Mcdonalds mientras que en la radio ponían música para tener mejor del ambiente.

Niki iba tarareando la canción puesta en la radio mientras iba mirando la ciudad a través de la ventanilla del auto. Sus padres, al mismo tiempo, intercambiaban miradas algo nerviosos, sabiendo la situación que se enfrentarían hoy más tarde.

Habían decidido que ese día le dirán a Niki. Por supuesto con palabras que el pueda entender. Hallando la manera de que le hiciera el menor daño porque aunque se lo expliquen sea cual sea la manera su hijo de igual manera le dolerá, les guste o no.

Tenían miles de escenarios en sus cabezas, buenos y malos. Esperando que el único que no exista sea donde el pequeño les odie y sufra toda su vida.

Harían lo posible para que eso no ocurra, esa era la razon la cual estaban en camino a donde su hijo quería comer.

–Ya estamos aquí. –Anunció Heeseung.

–¡Si! –Alargó el menor.

Ambos padres bajaron junto al menor tomados de la mano al recinto donde comerían haciendo la orden para los todos. Una cajita feliz para Niki y un Mac combo para los mayores.

La inquietud de la pareja disminuyó al ver como su hijo comía tan entusiasmado contando su día en clases, tenía las mejillas llenas de papitas y aunque sabían que era de mala educación hablar con la llena no les importó en lo más mínimo al ver esos pequeños ojos contaban su emocionante día mientras comía con fogosidad.

–Anton dijo que su papá trabajaba en una empresa de juguetes y que tenía su pieza repleta de ellos. Tambien sabe inglés, como tu mami. –Tomó un sorbo de bebida.– Él es muy genial, dijo que nos invitaría con Sunnie a jugar con sus legos, también tiene cartas pokemón.

–¿Intercambiaste las tuyas también? –preguntó Heeseung interesado.

–Si, dijo que tenía más y muchos peluches. ¿Podría ir a su casa porfis? –preguntó con ojitos de cocodrilo a sus padres.

Ambos mayores rieron al ver lo manipulador al ver como Niki ponía esos ojitos, él sabiendo que no le podían decir que no al verlos.

–Hablaremos con los padres de Anton entonces para que puedan juntarse a jugar. –Dijo Jake.

Al terminar de comer la familia partió rumbo a su hogar. Niki emocionado en los asientos de atrás jugando con su nuevo juguete sin darse cuenta de las miradas preocupadas que sus padres le daban por el espejo retrovisor.

Abriendo la puerta de su hogar Jake fue al baño de su habitación para vomitar toda la tensión que lamentablemente se transmitía a su estómago. Estaba sumamente aterrado por la reacción de su hijo, no sabría si lo odiaría le tendría rencor, si quisiera conocerlo o no. Le gustara o no, él estaba en todo su derecho de conocerlo si quisiera, aunque quisiera no podía negárselo.

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⏰ Última actualización: Aug 15 ⏰

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